Capítulo 22 Todo un hombre

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Makeyla se veía realmente desesperada, ella como madre, no concebir el dolor y el sufrimiento para ninguno de sus hijos y menos aún, para sus hijas, así es que ella realmente quería ayudar a la pequeña, pero no sabía cómo.

- No lo sé amor, es una cuestión muy delicada, ya la viste, ella es como un animalito aterrado, le teme a todo y a todos por culpa de ese animal

- Pero debe haber algo que podamos hacer por ella?

- En principio, podemos ayudar a alimentarla

- ...?

- Señora Melinda, podríamos hacerle llegar víveres y dinero a través de usted

- Eso ya lo intenté, esa es la razón por la que ese bastardo le prohibió a Mel que se acercara a mí y que me permita entrar en su casa

- ...!

- Además, si llega a ver cosas que él no le compró, es capaz de matarla a golpes

- No, eso no... Dereck?

- ... Y si le hacemos llegar alimentos diariamente

- Cómo así?

- Dirá que usted recibe comida de una fundación que apoya a los adultos mayores y que lo que le dan es mucho para usted sola y que lo quiere compartir con ella... cree que lo acepte

- Podemos intentar

Así lo hicieron y a partir de entonces, la vida de Melanie mejoró, aunque sea un poco, y en un par de meses ella recuperó peso y su cuerpo presentó mejoría, se veía preciosa, su cabello recuperó su brillo y su suavidad, sus ojos se veían más hermosos que nunca y su pequeña boca de labios carnosos, se veía sonrojada. Afortunadamente, el infeliz de su marido, seguía sin dar señales de vida.

Makeyla y Dereck se sentían contentos de saber, por la señora Melinda, que la niña estaba mucho mejor y Makeyla pudo sentir aunque sea un poco de paz en su corazón, al saber que aquella pequeña de ojos extraños y hermosos estaba mejor y quien iba a decirle a ella y a su esposo que esa pequeña sería muy importante para el bienestar, tranquilidad y felicidad de su familia y la tribu en general.

El tiempo seguía pasando y Andrew estaba a pocos meses de terminar sus estudios, pero se sentía desesperado por volver y para Septiembre, aprovechó el fin de cuatrimestre para pasar un par de semanas con su familia en casa y sorprenderlos a todos para el cumpleaños de su tía Hally.

La tribu se encontraba reunida en casa de los Liang, en la celebración del cumpleaños de Hally y Noah estaba vuelto loco llenándola de atenciones y mimos, todos reían con las ocurrencias de Noah así que nadie escuchó cuando tocaron el timbre de la puerta, excepto Lily que se encontraba en la cocina dando indicaciones a los meseros, así que se dirigió a la entrada y dejó pasar al visitante que aunque no tenía invitación, fue bien recibido por la sorprendida y feliz mujer, pues era de casa y no necesitaba invitación alguna.

Todos se quedaron impactados al ver al hombre de dos metros, que parecía un gigante de cara bonita con un impresionante cuerpo de atleta, vestido con unos vaqueros azules y una sudadera rojo sangre bajo una chaqueta negra que lo hacia ver más guapo si es que eso era posible. Hally fue la primera en reaccionar, corrió hacia Andrew con una enorme sonrisa en su boca y lo abrazó con tanto cariño, la presencia de Andrew era el mejor regalo de cumpleaños que podía haber recibido ese día. Cuatro años y medio habían pasado y por primera vez desde que se fue, el chico regresaba a casa, todos estaban impactados al ver el cambio en el joven que era casi un niño cuando se fue y ahora regresaba convertido en todo un hombre.

Si me dices que me amas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora