31. Vaya, es una larga historia...

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...dijo Emma un tanto abochornada por la excesiva cantidad de detalles y sobre todo, por lo emotivo que se estaba tornando todo—

— Es verdad. —le dije— Mucho de lo que te estoy contando, va a empezar a tener sentido cuando termine la historia.

Emma se lo pensó unos segundos y dijo:

— A pesar de que sigo enojada contigo, siento que hay una parte de tu corazón que nunca quisiste mostrarme. Y creo que me doy cuenta por qué. Hay algo allí que te atormenta, y creo que me va a doler mucho saberlo.

Asentí. Reprimí una lágrima y le dije:

— Pero ya forma parte del pasado. —luego agregué antes de seguir con mi relato—¿Quieres un café?

La vecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora