40. Retazos de un pasado

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Mientras conducía de regreso a casa, el pasado emergió en mi mente como un oleaje implacable. Los recuerdos se desplegaban con una claridad inquietante, desmoronando la imagen de la mujer dulce y tierna que había tratado de construir. Me veía de nuevo en un mundo lleno de secretos y habilidades oscuras que había dejado atrás.

Era una tarde gris y fría cuando me encontré en el viejo centro de entrenamiento. El aire estaba impregnado de un aroma a madera antigua y cera. Delante de mí, el instructor, un hombre de rostro severo y voz grave, me observaba con una mezcla de desdén y expectación. Sus palabras resonaban con una autoridad implacable.

—Emma, el arte de pasar desapercibida no solo requiere habilidades físicas. Debes dominar el arte del disfraz y la infiltración. —dijo con firmeza.

Sentí una presión en el pecho mientras asimilaba sus palabras. La vida que había intentado dejar atrás no era tan fácil de olvidar.

Más tarde, en una habitación pequeña y abarrotada de ropa y accesorios, me encontraba inmersa en un proceso casi ritual. Cambiaba de atuendos frente a un espejo, cada prenda transformándome en una versión diferente de mí misma. Con movimientos rápidos y precisos, cambiaba de una joven inocente a una mujer elegante y sofisticada. Mi mentora, con un aire de profesionalismo frío, observaba mi transformación.

—Recuerda, la clave está en tu capacidad para adaptarte. Cambia tu actitud con tu aspecto. —me instruyó mientras ajustaba un sombrero negro elegante en mi cabeza.

La primera misión en la que me involucré fue en un club nocturno, lleno de luces de neón y música pulsante. Me deslicé dentro del lugar con un vestido rojo que atraía todas las miradas. Me dirigí a un hombre en la barra con una sonrisa coqueta.

—Hola, ¿te importa si me uno a ti? —pregunté, mi tono seductor perfectamente calculado para captar su interés.

El hombre, claramente cautivado, asintió mientras me invitaba a sentarme. No tardé en ganarme su confianza, obteniendo la información que necesitaba con una destreza que ahora parecía una segunda naturaleza.

Recuerdo también una oficina lujosa en la que me encontraba con un atuendo impecable. El hombre frente a mí estaba claramente desconcertado mientras yo mantenía una conversación amistosa.

—Solo estoy aquí para una pequeña encuesta sobre seguridad. —dije con una sonrisa convincente, mientras sacaba una carpeta falsa.

Él, desprevenido, me proporcionó información valiosa, sin sospechar que estaba siendo engañado. Mi habilidad para encajar en cualquier entorno, para convertirme en una persona diferente según la necesidad, era una herramienta poderosa en mi arsenal.

De vuelta en el despacho, después de la misión, me vi en el espejo. Mi reflejo mostraba una mezcla de agotamiento y satisfacción. Me había sumergido en un mundo de engaños y manipulación, un mundo que parecía casi tan real como el aire que respiraba.

—Has hecho un buen trabajo hoy. —dijo mi mentor, con una mezcla de orgullo y frialdad en su tono.

A pesar de su aprobación, una sensación de vacío me envolvía. Las habilidades que había adquirido me habían llevado a hacer cosas que nunca había imaginado. La decisión de dejar todo esto atrás llegó en una noche solitaria en una casa antigua. Mientras guardaba mi última serie de disfraces en una caja, el peso de la elección me aplastaba.

—Ya no quiero esta vida. Quiero algo diferente, algo real. —murmuré para mí misma, sintiendo la determinación crecer dentro de mí.

El deseo de una vida normal, lejos del peligro y la intriga, me llevó a abandonar mi pasado. Había encontrado a Nick, y su sufrimiento me había recordado que el mundo no había cambiado tanto como esperaba. A pesar de mis esfuerzos por empezar de nuevo, la realidad seguía siendo cruel y despiadada.

Al regresar a la casa con una determinación renovada, sabía que debía usar todas las habilidades que había aprendido para proteger a Nick. El pasado no estaba completamente enterrado; ahora debía enfrentarlo de nuevo. No se trataba solo de desentrañar la verdad, sino también de asegurarme de que nadie más sufriera como él lo había hecho.

Mientras caminaba hacia la habitación, mi mente seguía girando en torno a esos recuerdos. Los secretos y habilidades que había dejado atrás estaban resurgiendo, y me encontraba lista para enfrentarlos de nuevo. Nick necesitaba que actuara con rapidez y astucia. La lucha que se avecinaba no solo era una confrontación con el pasado, sino una prueba de mi capacidad para proteger y sanar a la persona que amaba.

No podía permitir que el pasado me detuviera. El odio hacia Jack y los tres hombres que lo habían acompañado me impulsaba a hacer lo que fuera necesario para garantizar que Nick tuviera la paz que merecía. La realidad era implacable, y el camino que me esperaba estaba lleno de desafíos. Pero estaba decidida a enfrentar cada uno de ellos, no solo para proteger a Nick, sino para redimirme a mí misma en el proceso.

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