—¿Qué te gustaría cocinar hoy? —pregunté mientras explorábamos los pasillos.
—Me encanta la comida orgánica. ¿Qué opinas de hacer una ensalada con ingredientes frescos y naturales? —sugirió Emma.
—Suena bien. ¿Qué ingredientes necesitamos? —inquirí.
—Vamos a por lechugas mixtas, tomates cherry, aguacates, y un aderezo de vinagreta balsámica. Además, necesitamos quinoa para darle un toque especial.
Mientras recogíamos los ingredientes, Emma continuó:
—La comida vegana es genial, y es importante para mantenernos saludables y respetar el medio ambiente.
—Eso suena muy razonable. ¿Qué me puedes contar sobre la quinoa? —pregunté, curioso.
—Es un superalimento repleto de proteínas y otros nutrientes esenciales. Además, es deliciosa.
Luego, nos dirigimos hacia la sección de cómics, donde comenzamos una animada charla:
—¿Cuál es tu superhéroe favorito? —pregunté.
—Me encanta Wonder Woman. Su fuerza y valentía me inspiran. ¿Y tú? —respondió Emma.
—Sin duda, Iron Man es uno de mis favoritos. Su ingenio y tecnología siempre me han impresionado. Además, es un personaje muy carismático.
Nuestras conversaciones fluían, y la emoción de compartir intereses e ideas nos unía cada vez más. Mientras explorábamos el área de cómics, ambos nos detuvimos frente a las estanterías llenas de historias de superhéroes.
—¿Qué te parece si nos regalamos algunos cómics? —sugirió Emma.
—¡Me parece genial! ¿Tienes alguna recomendación? —pregunté.
Emma comenzó a buscar entre los cómics y seleccionó algunos números.
—Te voy a regalar algunos números de Black Widow y Wonder Woman. Son mis favoritas —dijo, con una sonrisa juguetona—. Quizás te inspiren para tener sueños... interesantes.
—¡Emma, eres toda una provocadora! —comenté, riendo.
—¡Eso espero! —respondió con picardía—. Pero dime, ¿alguna vez has tenido sueños húmedos con estas heroínas?
—¡Oh, vaya! Esa es una pregunta comprometedora —respondí, riendo—. Pero, bueno, tal vez alguna vez cruzaron mi mente en sueños.
—¿Eras de esos chicos que despertaban mojados creyendo que se habían orinado, ¿no? Y en realidad estabas... bueno, "acabado" —preguntó Emma, con una sonrisa traviesa.
El rubor volvió a asomarse en mis mejillas, pero no pude evitar reír.
—¡No tienes idea de lo incómodo que es admitirlo! —dije, entre risas—
Emma rió y añadió:
—Al menos, asegúrate de cubrir las revistas con papel de baño o algo parecido.
Asentí, mientras seguía riendo, y respondí:
—Solo las leeré, prometido.
Emma siguió con sus comentarios juguetones:
—¿Con ambas manos?
—¡Sí, con ambas! —contesté, riendo.
—Bueno, entonces mereces una recompensa. Ven, compremos unas cervezas —dijo Emma, y la seguí hacia la sección de bebidas.
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La vecina
Fiksi Remaja- Soy tu vecina-me dijo-Te vi hoy cuando sacaste la basura. - ¡Oh no! Qué vergüenza... yo, no estaba en mis cabales. - Ni yo-dijo-Salí anoche, y bueno... al despertar no me di cuenta. Pero cuando salí, sólo traía puesta mi camisa corta que uso para...