Emma y yo nos aventuramos más allá de las estanterías de cómics, cargando con nuestras elecciones entre risas cómplices. Mientras nos dirigíamos hacia la sección de bebidas, el aire se impregnó de una atmósfera ligera y juguetona.
A medida que explorábamos las opciones de cerveza, Emma continuó con sus comentarios provocativos:
—¿Alguna vez has pensado en qué superpoder tendrías si fueras un superhéroe? —preguntó, con una sonrisa traviesa.
—Esa es una pregunta interesante. Creo que me gustaría tener la capacidad de viajar en el tiempo. ¿Y tú? —respondí, intrigado por su respuesta.
—Yo elegiría la telequinesis. Imagina todo lo que podríamos hacer con solo pensar en ello —dijo Emma, con un brillo travieso en sus ojos.
Riéndonos juntos, seleccionamos unas cervezas artesanales y nos dirigimos hacia la caja.
Una vez fuera de la tienda, nos instalamos en un banco cercano, disfrutando del sol de la tarde y del bullicio de la ciudad. Mientras abríamos las cervezas, Emma propuso un brindis:
—Por cómics divertidos, ensaladas saludables y confesiones juguetonas.
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La vecina
Ficção Adolescente- Soy tu vecina-me dijo-Te vi hoy cuando sacaste la basura. - ¡Oh no! Qué vergüenza... yo, no estaba en mis cabales. - Ni yo-dijo-Salí anoche, y bueno... al despertar no me di cuenta. Pero cuando salí, sólo traía puesta mi camisa corta que uso para...