Al salir del Dharma era noche cerrada. El desliz de Javier la envenenó como una nube tóxica de porqués, y en su pecho se ha instalado la certeza de que Carla, sigue enamorada de Guillén, si no, ¿porque volvería con ella? ¿Qué sentido tenía esa lealtad ciega por ayudarla?, o ¿esa distancia física con ella? Luc ha vivido en primera fila esa misma situación con Natalia. ¿Por qué Carla iba a ser diferente?
Sin ganas para volver a casa, dilató el tiempo entre su último WhatsApp, rezando por que el sueño la venciera, y así le haga el favor de no tener que mantener una máscara de normalidad con ella, al menos esta noche. Se sube la chaqueta hasta las orejas y callejea con la moto. El invierno no era su estación. Luc disfruta con poca ropa, y con el sol filtrándose por los párpados cerrados, volviéndole el mundo de un naranja revitalizante; y esta madrugada más fría que la morgue, no ayudaba a mejorarle el humor.
Decidió volver antes de que la engullera el permafrost, o tuvieran que amputarle los dedos. Al llegar al piso, lo encuentra a oscuras y silencioso. Entra despacio, cuidando no hacer ruido. Se desviste fuera de la habitación acrecentándosele el frío encapsulado en los huesos. Asomó al dormitorio. Las cortinas abiertas, un cielo lechoso, y condensación en los cristales. Carla hecha un ovillo, iluminada como una duna del desierto y Tana, usurpando con cara dura su lado de la cama. Se acercó a hurtadillas castañeándole los dientes, y tuvo que pelear por su territorio. Tana se resistió en una lucha pasiva de activista por la paz, volviéndose tan pesada como un velcro pegado al colchón. Al lograrlo, se metió bajo las mantas con más frío que el niño del sexto sentido, y se estremece al sentir como una marea de verano, el calor de Carla atrapándola. Le dio la espalda con el subconsciente enojado, y se sacudió haciendo temblar la cama. Notó su mano rodearla por la cintura, y Carla se arrastra hacia ella, pegándose a su espalda y joder... qué bien sienta. Tenía el vientre tan caliente que el shock térmico fue balsámico. Suspiró de placer y de tristeza, con el amor boicoteándole el sentido común.
—¿Dónde estabas? Te extrañé —le dijo, y para colmo su voz era una caricia más, sin mencionar el beso entre el pelo y el hueco del pijama que le dejó el corazón en pañales. No supo qué decir, así que ruega por que se dé por vencida y se duerma.
Notó cómo la acariciaba bajo el pijama y Luc detuvo su mano. Deja de escucharla respirar, y supo que su frialdad la confundirá, así que se la lleva hasta los labios, y le besó la palma. Carla rompe el silencio con tono preocupado.
—¿Estás muy callada? —Luc soltó una risita resignada sabiendo que no se daría por vencida.
—¿Y eso te inquieta? —Dijo al fin.
—En ti, un poco. —La hizo reír, aunque no pilló el tono amargo. Carla más animada, terminó de sellar los milímetros que quedaban entre sus cuerpos. Dos placas tectónicas en choque. Provocándola con la fricción. —¿Has estado bebiendo? —Se extrañó.
—Hoy se jubilaba un compañero —resuelve sobre la marcha.
—Ahh... no me dijiste.
—Es tarde —respondió cortante.
—Perdona. —Carla quiso aclararle que solo fue una apreciación sin reproche, pero un silencio parecido al vacío cayó en la habitación.
—¿No deberías estar durmiendo? —Quiso maquillar su brusquedad.
—Ya te dije que te extrañaba—. Insistió dejándolo estar. —Se ve que me he acostumbrado a dormir contigo.
Luc pensó decirle algo hiriente, sobre la costumbre, la zona de confort y el aburrimiento. Pero la verdad es que le importaba una mierda. Como si la adopta de mascota, o la usa de felpudo. De verdad que se daría de bofetadas por ser tan gilipollas. Terminó por girarse, y da gracias de que Carla y la oscuridad no se lleven bien. Poco importa las molestas madrugadas de cortinas abiertas, por el plus de poder verla en mitad de la noche.
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La chica del club II
Romance¿Qué harías si el pasado llamara a tu puerta pidiendo ayuda? ¿Te entregarías a alguien que te impone límites, y aceptarías las consecuencias? Tras separarse, Luc y Carla, intentan recuperar la vida que tenían antes de conocerse. Hasta que un día, la...