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Esta vez era Stiles quien no dormía y quién se había sentado en las escaleras del pórtico con la mirada puesta en el cielo tenía una chamarra muy abrigadora y a pesar de ello podía ver su aliento como una nube cada vez que respiraba, estaba intentando pensar en su futuro en que seguía para el.

Durante un momento su cabeza repasaba una de las tantas canciones que había escuchado en en uno de los bares extranjeros que visitó.

Estaba tarareando la melodía y sintió un poco de nostalgia pues si bien extrañaba ese ambiente no creía que podría volver a el.

Escuchó pasos, no quería voltear por qué no quería interrumpirse aquella maravillosa vista, aquella vista que solo tuvo por qué lo habían apuñalado afuera del bar donde trabajaba. Respiraba cortamente y luego pudo darse cuenta de que alguien se sentaba a su lado, el aroma del café inundando sus fosas nasales aquella voz juguetona e irritante.

— Café? Está caliente

— Gracias — Respondió Stiles antes de recibir la taza y girar la cabeza hacia Sam quien traía puesta solo una camiseta de manga larga lo cual lo sorprendió pues el sentía que estaba por terminar congelado.

— No puedes dormir? — Preguntó luego de dar un sorbo a la taza y reír debido a que había tenido la sensación quemante en la punta de su lengua.

— Solo quería mirar. — Respondió soltando un suspiro al aire, esa nube cálida que tenía el aliento y el olor a esa bebida caliente, el alfa de ojos color miel se acomodó. — Y tu? A esta hora normalmente ya estás roncando.

— Yo no ronco.

— Claro que sí... Lo haces y lo dice el que ha compartido habitación contigo desde hace una semana — Sam se quedó callado, no iba a pelear más pues era imposible que supiera si roncaba o no por que no podía escucharse estando dormido.

De nuevo estaban mirando al cielo, el alfa bebió más café, Sam solo puso un par de dedos frente a sus labios y fingió que estaba fumando.

El alfa terminó por reír y Sam por primera vez lo había escuchado hacerlo por su causa, se sintió inmediatamente encantado aunque Stiles se reía por qué el otro le había parecido meramente infantil y hasta estupido.

— Puedo preguntar en qué pensabas? — Cuestionó, no iba a esperar una respuesta positiva al respecto, estaba recargando de nuevo los codos sobre la madera de los escalones y si hubiera tenido puesto un sombrero muy probablemente se habría visto como un modelo vestido de vaquero que posaba para un calendario.

— Pensaba en el tiempo que estuve en el extranjero.

— Eli dijo que cantabas. — Interrumpió Sam y Stiles comenzó a preguntarse que tanto le había contado el pequeño a su tío?

— Pues si, lo hacía... Era divertido y me gustaba mucho

— Y por qué lo dejaste?

— Quieres que sea honesto? — Hubo una pausa larga, Sam se preguntaba si stiles le diría que había vuelto por Derek pero entonces aquellas palabras cargadas de impotencia retumbaron en sus oídos. — No quería estar en un sitio donde me recordaran a diario que me traicionaron.

Sam se acomodó con bastante interés, se había recostado a lo largo del pasillo sabiendo que nadie vendría, con un codo sobre el suelo y recargando la cabeza en una de sus manos.

Stiles era exitoso por primera vez sin tener nada que ver con nadie, tenía dinero era popular y bueno para lo que hacía, las ganancias hablaban por si solas, incluso había pensado seriamente en formalizar su relación con Jackson proponiéndole matrimonio.

Si había una única cosa de la que pudiera quejarse esa seguramente sería que Isaac seguía siendo muy borde con el, aquel joven de rulos actuaba como si el fuera un apestado y eso no le gustaba, quizás se lo debía a haber besado a Theo sin pensarlo solo por confundirlo con Derek pero recién despertaba de un sueño muy largo.

Recordaba aquella noche que el y Theo volvían del bar, el dinero en la caja fuerte, la ropa, algunas cosas que había comprado en el tiempo que estuvo ahí...

Y finalmente aquella carta donde ese Omega traidor le decía que el y Isaac tendrían lo que merecían, se habían llevado todo lo que pudieron y los habían dejado, a el y Theo sin una explicación.

En principio stiles no quería creerlo ya que pensaba que todo era broma pero cuando Erica volvió se dieron cuenta que todo era verdad.

— Tomé mis ahorros, decidí volver aqui y comprar una casa... Theo, un amigo vino conmigo por qué creyó que el también debía cambiar de aires después de lo que pasó. — Las manos de Stiles se habían apretado en puños que mostraban sus nudillos blancos.

Sam se había levantado y había acercado sus manos a las del otro castaño, estaban frías a pesar de estar abrigado.

— El no sabe lo que se pierde. Además, cuánto podría durar el dinero? — Cuestionó sabiendo que eso no iba a animarlo pues Stiles había tenido perdida tras perdida desde antes de su llegada.

— Estoy cansado de ser el que pierde, cansado de ser yo quien debe ceder todo sabes? — Se quedó callado pues consideraba que su vida ya había sido lo suficientemente injusta. — Perdí cada oportunidad que tuve, y perdí los primeros años de Eli.

Había frustración en su voz pero las suaves manos de Sam no dejaban de reconfortarlo, fue así que sus brazos lo rodearon, era una manera sutil de ayudarle a tranquilizarse pues el otro alfa no tenía ninguna intención de nada cuando se dio cuenta que la voz del joven músico se había quebrado.

Mentiría si le decía que podía entenderlo, el nunca había enfrentado algo así pero su instinto de hermano mayor le pedía a gritos que ayudara a ese chico a sentirse mejor.

Era tan tranquilo el momento entre ambos, stiles levantó la cabeza cualquiera habría pensado que se dejarían llevar y juntarían sus labios en un beso...

No estaban en una película para hacer algo así...

Pero si hubo un beso cerca de la comisura de los labios por que stiles no se animó a hacer algo más, fue un momento de media conciencia estaba vulnerable y que el otro se hubiese quedado callado había ayudado bastante pero el ensueño se reventó cuando stiles se estaba apartando y entonces la cara se le puso roja, se levantó sintiendo vergüenza y entró a la casa sintiéndose un idiota por dejar al otro así y por no decirle que entrara.

Aunque no fue necesario, el otro muchacho lo siguió sin mediar palabra deteniendose un momento solo para pensar...

Que esos labios eran muy suaves y la barba le había dejado un cosquilleo en la piel.

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