Boku No Hero one shots y headcanons+18

Conejito de la suerte (Tamaki)

Todo iba súper bien en la academia U.A, todos los estudiantes se encontraban caminando por los pasillos, y otro tomaban sus clases o entrenamientos de siempre, parecía que todos estaban teniendo un día normal.
Oh bueno, todos excepto un chico llamado Tamaki que se encontraba corriendo asustado por los pasillos, mientras miraba hacia atrás y hacia los lados, escapando de alguien.

"Esto no puede pasarme a mí, ¡Que tonto eres Tamaki!" Pensaba mientras seguía corriendo hasta que llegó a los dormitorios de tercer año, sabía que en ese momento estaba vacío, y pensó que esa persona que lo buscaba no lo iba a encontrar ahí.

Entró a los dormitorios y empezó a buscar algún rincón donde esconderse, pero mientras corría se chocó accidentalmente con una chica que estaba caminando por ahí.

- ¡L-lo siento mucho de verdad!- Dijo Tamaki nervioso por su torpeza.

- N-no hay problema, no sabía que había alguien aquí- Dijo la chica acomodando su cabello y levantando la cabeza para verlo.

Tamaki al ver a la chica que tenía en frente, sintió ganas de correr de nuevo, pero esta vez lejos de ella por los nervios. Hoshimi, esa chica que había ingresado a la U.A en segundo año, era compañera de Tamaki, pero también era su amor secreto. Tamaki siempre quiso hablarle, pero por su gran timidez no podía hacerlo, y a pesar de que a Hoshimi también le gustaba Tamaki, ella también era bastante tímida para hablarle. Es por eso que nunca entablaron una conversación hasta ese momento.

- ¿Qué haces aquí?- Preguntó Hoshimi viendo como Tamaki volvía sus manos puños y las apretaba con fuerza.

- E-Estoy escapando de...- Tamaki se quedó pensando si decirle la verdad- Alguien...

- ¿Escapando?- Repitió Hoshimi- Ven conmigo.

La chica agarró la mano izquierda de Tamaki y lo arrastró hacia su habitación, Tamaki estaba nervioso por su cercanía, pero decidió no poner quejas. Caminaron más rápido hasta que llegaron a la habitación de la chica y se encerraron allí con seguro para que nadie pudiera pasar.

- Wow, tu habitación es muy bonita- Dijo tamaki viendo la habitación llena de objetos pequeños y elegantes con colores pasteles y delicados.

– Gracias, no me costó mucho decorarla, me ayudó una amiga llamada Momo– Dijo Hoshimi agarrando el borde inferior de su suéter rosa y apretándolo con un poco de fuerza.

– Me gustan las buganvillas que tienes– Dijo Tamaki viendo esa maceta grande con un pequeño árbol lleno de esas flores moradas.

– Gracias, son mis favoritas. Significa amor verdadero, y representa a las almas gemelas– Dijo sonriendo mientras veía a esas pequeñas y lindas flores.

Por un momento la habitación quedó en silencio, Hoshimi estaba sentada en su cama, y Tamaki estaba parado viendo las bonitas flores, eran sus favoritas también. Luego giró su cuerpo para ver otra parte de la habitación, y se dió cuenta que había dos pequeños platos con vegetales y agua.

– ¿P-por qué tienes eso ahí?– Preguntó Tamaki viendo los dos platos.

– Oh, es por mi mascota– Hoshimi escondió su rostro entre sus cabellos largos.

– ¿Tu mascota?– Repitió el chico mirando a su alrededor, sin encontrar rastro de algún animal.

La chica de cabello negro se paró de la cama y caminó hacia un ropero grande con flores dibujadas como decoración, abrió la puerta y se agachó para señalar una caja con una manta dentro. Tamaki se agachó también y pudo apreciar la hermosa imagen de un conejo blanco durmiendo cómodamente.
Tamaki se encontraba sorprendido por tal hermosa imagen, ya que los conejos eran sus animales favoritos.

–  Se llama Chui. Mayormente duerme en este armario para que los profesores no lo encuentren si llegan a revisar las habitaciones, pero como ahora están ocupados por los entrenamientos y otras cosas, dejó que ande por toda la habitación– Contó Hoshimi agarrando al conejo, el cual estaba ya despertando de su sueño.

– ¿Por eso estás aquí todo el día?– Dijo Tamaki recordando las veces que Hoshimi se saltaba algunas clases o los recesos para ir a su habitación.

– Exacto– Fue lo único que dijo la pelinegra mientras acariciaba a su pequeño amigo blanco– Oh, no tiene comida, iré por más, tómalo.

Le extendió el conejo al chico para que lo tomase, cosa que Tamaki accedió a hacer. Agarró al pequeño animal en sus brazos, y siguió con la mirada a la hermosa chica que dejaba la habitación para buscar algunos vegetales.

Tamaki miraba con ojos de ternura al pequeño conejo, con pelaje blanco como la nieve, el adoraba a los conejos, ver a esos pequeños animales lo ponían muy feliz, pero ese día lo puso mucho más feliz el saber que la chica que le gustaba también amaba a esos animales. Ya tenían algo en común.
Tamaki se sentó en la cama y empezó a acariciar el suave pelaje de la criatura blanca, y pensando que el animal podría entender, Tamaki empezó a hablarle.

– Ella es muy hermosa, y tan perfecta– Dijo Tamaki, pensando en la chica– Nunca dejo de pensar en ella, me gustaría hablarle, he invitarla a salir, pero no, no me puedo hacerlo, no me traería jamás, me gustaría que ella también lo haga, pero estoy seguro que ella no siente nada por mí, soy muy inútil he inseguro, tal vez ella prefiere a alguien fuerte y valiente, no creo que me elija a mí.

Tamaki seguía acariciando al conejo, se quedó en silencio por un momento, pensando en que más decir, hasta que se le ocurrió algo medio tonto para él, pero que en su cabeza tal vez daría resultado.

– Mira Chui, sonará loco lo que te diré, pero creo que podrías ayudarme a poder tener una oportunidad con Hoshimi, necesito tu ayuda para invitarla a salir– Tamaki al decir eso quedó en silencio y acarició al conejo otra vez, mientras este se estaba quedando dormido– Quiero que seas mi conejo de la suerte.

Desde ese día Tamaki empezó a ir más seguido a tu habitación, obvio que iba súper nervioso y asustado, pero decidió ir más seguido porque Hoshimi le dijo que podía hacerlo para visitar a Chui. Pero Tamaki tenía pensado no solo ir a ver a Chiu, sinó para verla a ella y conocerla más, e invitarla a salir. Y gracias a ese conejo la chica aceptó con gusto ir a una cita con él...  Sin duda... Ese era un conejo de la suerte...

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¡Atención! ¡HAY PEDIDOS ABIERTOS!

Se los digo así porque ya no tengo imaginación para escribir más capítulos jaja, así que se los suplico que manden pedidos.