La otra

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Pov Violeta

Los primeros rayos del amanecer que atraviesan la ventana del bungalow impactaban contra mi cara despertándome al instante.

Noto un peso sobre mi torso que me tiene inmovilizada y cuando abro los ojos se me escapa una sonrisa al ver la imagen más tierna que había visto en mi vida.

El cuerpo de Chiara estaba parcialmente recostado sobre el mío. Desparramada en diagonal con parte de su torso encima de mi.

Su cara aplastada contra mi pecho. Con los ojos cerrados, la boca entreabierta pegada a mi piel y su brazo rodeando mi cintura.

Me tomé un momento para recordar la noche de ayer con una sonrisa bobalicona en la cara mientras miraba al pequeño ser que dormía a mi lado.

Había sido espectacular.

El amor que me transmitía la morena en cada caricia, cada beso, cada palabra... había dejado una huella indeleble en mi corazón.

Cuando me imaginaba en esa situación con ella, nunca habría pensado que me sentiría tan sumamente plena. Y tampoco la vehemencia con la que me tocaba. Como si cada patrón que dibujara en mi cuerpo lo hiciera directamente sobre mi alma.

Fueron sólo unos minutos en los que aguanté sin ella, ya la echaba de menos. Así que me decidí a despertarla.

Acaricié su espalda con suavidad y un ronroneo escapo de sus labios al tiempo que arrugaba la nariz tratando de permanecer unos minutos más en el mundo de los sueños.

-Kiki- susurré con voz melosa pasando las caricias a sus mofletes hinchados.

-No estoy- murmuró afianzando el agarre sobre mi abdomen.

-Va venga que te echo de menos- y entonces abrió aquellos orbes verdes apiadándose de mi y robándome el aliento al instante.

-Buenos días Vio- ronroneó frotando su mejilla contra mi hombro como si fuera un gatito remolón.

-¿Me das un besito?- supliqué en voz bajita antes de que ella tirara de mi nunca para capturar mis labios en un beso sin prisa. Disfrutaba del sabor de su boca sabiendo que nunca me habían hecho sentir así con un beso.

-Te brillan los ojitos- dijo al separarse.

-¿Mhh por qué será?- me hice la interesante, pero ambas sabíamos que era por ella- dicen que los ojos son el espejo del alma, y ahora mismo la mía se muere por ti- reconocí viendo como una sonrisa tontorrona se formaba en su rostro por mis palabras. Intentó esconderla en mi pecho pero yo fui más rápida y cogiéndola de las mejillas la atraje hacia mi para darle un beso más intenso que el anterior.

Si por mi fuera, estaría besandola cada segundo de cada día hasta el final de los tiempos.

La cosa se fue calentando por momentos y cuando introducí mi lengua en su boca como un forastero en tierras desconocidas, ella colocó su cuerpo a horcajadas sobre mi.

Los gemidos por parte de ambas no tardaron en hacer su aparición estelar mientras clavaba las yemas de mis dedos en su espalda en respuesta.

-¿Segundo round?- dijo sobre mis labios antes de dejar un mordisco en mi labio inferior aumentando considerablemente mi excitación.

En respuesta agarré sus nalgas con fuerza, impidiendo que se separará un solo milímetro de mi. El ansia de fundirme con ella me tenía loca.

Pero entonces el sonido un portazo provocó que Chiara saltará de mi regazo y nos tapara con las mantas antes de que la persona que menos esperaba ver apareciera en nuestro campo de visión con el rostro hirviendo de furia.

SUSURROS EN EL ALMA // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora