Intercambio

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15 de Mayo, salón de actos 17:01

Pov Violeta

Sólo quedaba un mes y medio de curso antes de que llegarán las merecidas vacaciones de verano.

Chiara y yo habíamos pensado irnos unos días a Menorca con su familia y luego pasar una semana en Granada. Estaba nerviosa, íbamos a conocer a nuestras familias. Pero eso no quitaba que sintiera una chispa de emoción por lo que implicaba dar ese paso en nuestra relación.

Y ya para Agosto decidímos hacernos un viaje con el resto del grupo por Nueva York.

Y si, tenía ganas de acabar para poder disfrutar de aquellos viajes que me resultaban de lo más excitantes.

Ahora estábamos las cinco ocupando nuestra fila del fondo en el salón. Junto al resto de alumnos, nos habían informado de que nos iban a dar una noticia especial.

-Ayss que será, que será- murmuró Julia a mi lado mordisqueando sus uñas con ansiedad.

-Yo voto porque cancelan los exámenes finales y nos adelantan las vacaciones- dijo Maria y todas la miramos frunciendo el ceño. Quizá eso fuera lo más improbable.

-¿Otro viajecito?- soltó Ruslana cruzando los dedos con una de esas sonrisas ortopédicas que tanta gracia me hacía.

No dio tiempo a más elucubraciones, ya que Noemí Galera subió al escenario cogiendo el micrófono.

-Como algunos ya sabreis, en este Máster gozamos de un fabuloso programa de intercambio con alumnos de la escuela en Nueva York. Este año han venido a pasar el último mes con nosotros dos alumnos de allí- miró hacia atrás, donde permanecían dos sombras pegadas al telón- por favor, demos una cálida bienvenida a Harry y Olivia- gritó iniciando un aplauso que se extendió por todo el teatro, mientras las sombras emergian a la luz, situándose al lado de Noemí.

La chica, que parecía rondar los veinte años, nos saludaba con timidez.

Tenía un pelo oscuro y ondulado que caía en cascada sobre sus hombros, enmarcando su rostro añiñado con suavidad. Sus ojos marrones eran expresivos y cautivadores. Y la sonrisa radiante que iluminaba su cara, reflejaba una energía juvenil y carismática.

Vestia un top blanco con un estampado de anime y una falda vaquera que le llegaba a mitad de pierna y que recordaba a las famosas faldas de los dos mil. En los pies, unas costumizadas convers blancas que derrochaban personalidad por todos sus poros.

-Ala que guapa- murmuró Chiara a mi lado.

El chico por el contrario tenía el pelo algo largo y ondulado, con mechones sueltos enmarcando su rostro. Sus ojos eran de una color verde intenso, complementados por cejas definidas. Su sonrisa encantadora dejaba a la vista una hilera de dientes ligeramente desalineados, lo que le daba un aspecto encantadoramente imperfecto. La barba de una semana era un total acierto que aumentaba su belleza exponencialemente.

Llevaba una camiseta blanca de algodón, remetida en un vaquero ajustado que acababa en unas botas marrones de estilo vintage.

Llamaba la atención la cantidad ingente de tatuajes que adornaban sus dos brazos. Le daban un aire de chico malo, francamente atractivo.

-Madre mía menudo dios griego- está vez fue mi turno de adorar al chico.

Chiara me miró con la boca abierta mientras dejaba de aplaudir.

-Vio que estoy aquí eh- murmuró aprentando levemente los labios.

-Kiki mi amor, nadie se compara contigo, pero tengo ojos en la cara- le sonreí con sinceridad y su gesto se relajó.

SUSURROS EN EL ALMA // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora