Epílogo

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Un año después

Violeta observaba con una sonrisa cómplice a su alrededor, escondida entre las sombras emocionadas del teatro, como una pequeña infiltrada en los presentes. Pero la luz que irradiaba todo su cuerpo la hacía destacar entre los demás.

Chiara, que tras un año de trabajo y esfuerzo, estrenaba su obra Cherry Chapstick, pero solo tenía ojos para su novia.

En vez de ver su propio musical a un lado del telón, se deleitaba con las imperdibles reacciones de la pelirroja.

Ver su propio trabajo a través de los ojos de Violeta era mucho más enriquecedor. La andaluza era como un libro abierto y cada cuanto le regalaba muecas que Chiara disfrutaba desde las sombras.

Violeta había intentado darle una sorpresa. Horas antes le había explicado que desgraciadamente no podía asistir al estreno, puesto que ella misma tenía que actuar en su propio musical.

Pero la elaborada estratagema de la pelirroja, se fue al traste en cuanto la pelinegra localizó su rostro, visiblemente emocionado, entre las caras del público.

La gran ovación final la sacó de su pequeño espionaje, haciendo que de repente sintiera un estallido de emoción en su estómago acompañado de un par de lágrimas.

Lo había logrado

Salió con el resto del elenco al escenario principal y cuando se anunció su nombre acompañado de "compositora y productora musical", dió un paso adelante acogiendo con gratitud cada aplauso, cada silbido y cada grito de los allí presentes.

Siendo Violeta la más ruidosa de todos ellos. Que no había dudado en desgastarse la voz a base de elogios hacia su novia.

Sus ojos se conectaron, y la pelirroja le hizo un corazón con las manos mientras pronunciaba un inaudible te quiero que le llegó alto y claro a Chiara.

-Eres brillante mi amor- dijo Violeta lanzándose a sus brazos cuando la dejaron pasar al camerino.

-Si alguna vez te da por ser espía recuérdame que te lo quite de la cabeza- bromeó la otra dejando un intenso beso sobre sus labios- Te he visto sentada entre el público desde el primer momento.

-Supongo que de momento no tengo intención de serlo- A Violeta le daba igual que Chiara la hubiese pillado, estaba demasiado ilusionada como para fustigarse por su plan frustrado.

Cherry Chapstick se convirtió en el musical de la temporada, incluso superando el primer puesto que pertenecía a Chicago desde hacia tantos años.

Los críticos se hicieron eco en lo buena que era la banda musical de la obra, coincidiendo todos en que era lo mejor de Cherry Chapstick.

Aquello catapultó la carrera de Chiara. Y Violeta no podía estar más feliz por su novia.

6 meses después

Chiara había sido contratada para hacer la banda sonora de otro musical, a la par que una productora le había dado la oportunidad de grabar su primer disco en solitario. Violeta por su parte había sido ascendida en Chicago, había pasado de ser una bailarina más, a la coreografa principal. Todo ello hizo que los ingresos de ambas aumentarán exponecialmente, haciendo que pudieran comprarse su primera casa juntas. Una pequeña mansión en el barrio de Greenwich Village, justo al lado del que fue el apartamento de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York.

-Pufff no pienso moverme en tres días- suspiró Violeta lanzándose en plancha sobre el recién instalado sofá de su salón.

Llevaban dos semanas con la mudanza y aquello las tenía agotadas.

SUSURROS EN EL ALMA // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora