¿eres sorda?

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Pov Chiara

Bungalow de Chiara y Violeta 6:45 am.

La noche anterior me sumergí en un sueño profundo, ajena al ajetreo que se avecinaba en mi primer día de máster. De repente, la alarma del móvil me sacudió con ferocidad, y mis ojos se abrieron de par en par. Me estiré, desesperada por apagar ese ruido estridente, esperando no haber despertado a Violeta. Comprobé enternecida como la pelirroja seguía en los brazos de Morfeo mientras producía suaves ronquidos. No todo el mundo necesitaba cuarenta y cinco minutos de preparación.

Nervios se mezclaron con la emoción mientras me preparaba para enfrentar este nuevo capítulo académico.

Los rayos del amanecer se filtraron suavemente por la ventana, pintando mi habitación con tonos cálidos y dando de lleno el rostro de Violeta, haciendo que cada rasgo se destacara con una delicadeza única. Cada rayo de luz parecía tejer un halo de serenidad alrededor de ella, y en el ajetreo del despertar me encontré completamente hipnotizada por su belleza dormida.

Intentando no hacer mucho ruido, seleccioné la ropa que me iba a poner para el día y me metí en la ducha.

Como la primera clase era fitness, me decanté por un pantalón de chándal y un top deportivo.

Una vez arreglada y fuera de la ducha me quedé esperando un buenos días de Violeta pero mi sorpresa fue ver como seguía roncando despatarrada a las 8:15 am.

Consciente de que el tiempo corría, me acerqué sigilosamente a la cama de Violeta. Con cuidado, le toqué el hombro y la vi estremecerse, pegándose un susto que se reflejó en sus ojos somnolientos.

-¡Violeta, despierta! Que vas a llegar tarde- susurré apresuradamente.

Su expresión de sorpresa se transformó en una mezcla de incredulidad y urgencia, mientras ambas nos apurábamos para enfrentar el día que nos esperaba.

Se lanzó de la cama con un destello de pánico en sus ojos, casi resbalando por culpa de los calcetines.

¿Quién dormía con calcetines? Me daba hasta repelús la sensación contra las sábanas.

Si ese era el único punto negativo de Violeta, que me maten.

Sin perder tiempo, se vistió rápidamente, mientras yo le pasaba apresuradamente algunas cosas.

Hasta que caí en que esa no era la ropa más adecuada.

-Vio que toca fitness- bufó agobiada comenzando a quitarse las prendas con brusquedad.

Si no tuviéramos tanta prisa me habría deleitado con su cuerpo semidesnudo, pero con el tiempo en nuestra respirando en nuestra nuca, estaba más centrada en ayudarla con la tarea de vestirse.

Con el corazón latiendo rápido, corrimos hacia la puerta, conscientes de que el reloj no esperaría por nosotras.

-Joe Kiki vaya mierda de despertar- dijo medio ahogada mientras corríamos bosque arriba para llegar al aula- y yo que esperaba unos mimitos...- murmuró provocando que me atragantara con mi propia saliva.

La soldado más fuerte si era.

-La próxima vez te despierto cuando me suene la alarma- asintió de acuerdo- Vamos corre- agarré su mano mientras tiraba de ella.

-Con esta carrerita nos tendrían que convalidar la clase de Fitness- bromeó arrancandome una risa.

Esta persona me sacaba una sonrisa hasta en momentos de crisis.

A las ocho en punto irrumpimos en el aula como el séptimo de caballería exhaustas.

El resto de los alumnos nos miraban boquiabiertos mientras Maria, Julia y Ruslana se descojonaban a nuestra costa.

SUSURROS EN EL ALMA // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora