Nochevieja

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21:32 comedor

Pov Chiara.

-Ahá- Violeta permanecía al teléfono hablando con María con un tono misterioso que no dio cabida a la interpretación- vale pues a ver si llegamos...también te digo...- soltó una leve risa antes de colgar.

Yo la miraba mordiendo mis uñas incapaz de contener los nervios.

-Que, que te ha dicho- pregunté ansiosa al ver que me miraba con una sonrisa pícara al tiempo que levantaba las cejas.

-Ruslana y María nos han invitado a una fiesta en una finca que han alquilado por la zona- dijo emocionada dando botes en el asiento, celebración a la que me uní al instante.

-Jo que guay Vio, ya no nos vamos a quedar aquí aburridas- si bien disfrutar del cambio de año con Violeta se me antojaba romántico, un fiestón de última hora era cuanto menos excitante.

-Por lo visto han invitado también a mucha gente del Máster y algunos de sus amigos.

-Pues venga vamos a terminar de cenar que hay que irse a preparar- dije metiendo dos canapés de salmón en mi boca.

-Ey respira hija- rio Violeta al ver mis dos carrillos rebosantes de comida- me parto pareces una ardilla- y sacó su móvil para inmortalizar el momento.

Siempre había halagado el buffet del campus pero hoy los cuatro canapés contados y las gambas rancias que habían dejado en la mesa dejaban bastante que desear.

Un fracaso absoluto.

Lo único bueno, las bolsas de cotillón que habíamos abierto antes de empezar a cenar.

Unas gafas rojas de corazones me habían enamorado por completo, y no pretendía quitármelas en toda la noche.

Debido a la escasez de comida, terminamos la cena en tiempo récord.

-Dios mío Violeta estás espectacular- dije al verla salir del baño con un vestido de rejilla dorado que abrazaba todas sus curvas sobre un body negro de cuello alto para evitar que se viera su desnudez. El outfit lo completaba con un peinado de estilo mojado y un maquillaje que potenciaba esos ojos de gata- Welcome back Celia St James- añadí consiguiendo una sonrisa ilusionada por su parte al entender la referencia del libro que tanto insistió en que me leyera: Los 7 maridos de Evelyn Hugo, evento canónico de toda lesbiana.

-Puff tu estás muy Evelyn con ese vestido verde que llevas- se acercó dejando un suave beso en mis labios para no estropear el maquillaje.

Me preguntaba si la sensación de vértigo en mi estómago cada vez que me besaba perduraría para siempre. Porque no había ni una sola vez que lo hiciera y no sintiera un zoológico ahí abajo.

-Nos vamos- como la tuviera un sólo segundo a mi disposición con una cama al lado, acabaría arrancándole la ropa para fundirme con ella otra vez más.

-Mejor que si- susurró escaneando mi cuerpo de arriba abajo mientras se mordía el labio.

Y entonces entendí que no era la única que se sentía así.

Después de que Violeta desplegará todos sus encantos con el guardia de seguridad, este nos dejó salir del recinto.

En teoría no entendía tanto drama. Estábamos en vacaciones de Navidad y lo suyo era que nos dejarán salir sin más explicaciones.

La pelirroja recibió en su móvil la dirección de la finca- Nos queda a media hora en coche, me parece que el bus queda descartado.

-Pues pillamos un Bolt o algo- sugerí resolutiva.

SUSURROS EN EL ALMA // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora