-Señor Volkov. Todo listo para despegar en cuento me indique-. Me dice Harry mi piloto mientras estrecha mi mano.
-Bien, nos vamos en 5 minutos.
Él asiente y da media vuelta para encaminarse al jet.
Le doy instrucciones a Karina de que suba al avión, ella no duda en hacer lo que le digo, Dimitri se queda conmigo y con Sophia.
-Quiero que estés muy atenta a lo que pasa aquí, mantén a Ken vigilado sin que se dé cuenta, quiero saber quién es el sospechoso que lo visita-. Le digo a Sophia mirándola a los ojos.
-Sí señor ¿Y qué hay de los sujetos que siguen cautivos?
-Mantenlos así hasta mi regreso, primero quiero ver qué es lo que puedo averiguar estando allá.
-De acuerdo.
-Sé cuidadosa, no quiero errores.
-No los habrá-. Dice tan segura como siempre, acto seguido da media vuelta y sube a la camioneta para marcharse.
Dimitri y yo subimos al avión, los miembros de mi equipo ya han ocupado sus asientos, busco a Karina con la mirada.
Se ha sentado en el mismo lugar donde hicimos el amor, sus ojos se posan en mí, veo cómo sus mejillas se tiñen levemente de un color carmesí, sin duda piensa en lo mismo que yo.
Camino hacia donde esta ella y me siento a su lado, ella se remueve en su asiento.
-Lástima que ahora vengamos acompañados-. Dice con una sonrisa llena de picardía, yo trato de regresarle el gesto.
Tomo su mano entre la mía y besos sus nudillos, sé que ella espera una respuesta, la cual no me creo capaz de darle, la forma que adopta su rostro me hace entender que está desconcertada, no la culpo.
Sé muy bien que esa no es la actitud que ella esperaba de mi parte. Termina por fruncir su ceño y aparta los ojos de mí, al hacerlo puedo ver un atisbo de dolor en ellos, retira su mano de la mía y se dedica a ver por la ventanilla.
Mierda.
Me reacomodo en mi asiento y me pongo el cinturón de seguridad, ignorando la punzada de dolor que me recorre el pecho, el jet comienza con su despegue.
Al aterrizar la noche se cierne sobre toda Rusia, mi corazón golpea mi pecho con fuerza.
He vuelto.
Me siento vulnerable, comienzo a sentir un nudo en la garganta y mis nervios van en aumento mientras nos preparamos para bajar del jet.
Siento cómo mis manos y frente sudan frío, volteo a ver a Karina, duerme tranquilamente a mi lado, su cara me trasmite paz, noto como su pecho sube y baja lentamente, acaricio su mejilla y poco a poco mi corazón comienza a tranquilizarse.
Los miembros de mi equipo comienzan a descender, ya les he dado instrucciones así que ya saben qué hacer, Dimitri espera a que me mueva, no ha dicho nada en todo el vuelo, lo cual agradezco, no estoy de humor para sus interrogatorios.
Miro por la ventanilla, la camioneta espera por nosotros, decido que ya es hora, con delicadeza despierto a Karina.
-Ya hemos llegado nena-. Le hablo con suavidad, ella se frota los ojos y se estira para desperezarse.
Me levanto y cojo los abrigos, le ayudo a Karina a colocarse el suyo y después me pongo el mío.
Miro a Dimitri, noto cierto nerviosismo en su rostro que trata de ocultar, pero para su desgracia lo conozco tan bien como él a mí y no logra engañarme, pero decido que es mejor no decirle nada, yo estoy igual o si es posible más nervioso que él.
ESTÁS LEYENDO
El efecto ruso
De TodoKarina Báez está lista para volver a los escenarios, bailar ballet y brillar tan alto como una estrella. Su pasado no la detendrá y su presente está apunto de cambiar con la llegada del famoso cazatalentos Iván Volkov. Él a puesto la mirada en ella...