Kim Minjeong – 12 de noviembre del 2024 (+18, si este tipo de contenido les incomoda les recomiendo saltarse hasta el final)
Había conocido a la alfa de una forma inusual y, aunque por momentos mostraba rechazo hacia ella, ya no podía negar lo que ocurría en mi interior. Cada beso que me daba, cada caricia y momento a su lado me causaban una extraña alegría.
Me habían dañado en el pasado, pero sentía que por ella por fin podría pasar esa línea que tanto me asustaba, por ella sería capaz de amar de nuevo, de intentarlo, incluso si eso significaba terminar con el corazón roto.
Luego de aquello, la pelinegra me tomó de la mano llevándome escaleras arriba. Cuando abrió la puerta de su habitación con pasos lentos se acercó hasta mí, besando mis labios con ternura, haciéndome entender que estaba en el lugar correcto, pero más importante aún, con la persona correcta.
Llevé ambas manos a los costados de su cara mientras subía el ritmo de nuestros labios, sus inquietas manos comenzaron a subir mi remera dejándome únicamente con la prenda interior arriba. Imité su acto mientras la luz de su lámpara me permitía apreciar la belleza en su piel, era realmente perfecta para mí.
Mis labios recorrieron su cuello, dejando un camino de besos hasta llegar a sus hombros, donde repetí el proceso. Continué bajando, haciendo que la alfa soltara un audible gemido que estremeció mi piel. Planeaba continuar cuando se apartó, llevándome contra la fría pared de su habitación. Sus ojos brillaban en la oscuridad, pedían permiso para actuar.
Nuevamente, cerca de su oreja, dejé un lento y húmedo beso, susurrando allí.
—No pidas permiso, puedes hacer lo quieras, confío en ti.
Los minutos pasaban al igual que su tacto contra mi desnudo torso, deseaba a la loba tanto como ella a mí, sus húmedos labios marcaban mi abdomen mientras inclinaba mi cabeza hacia atrás encontrando el respaldo de la pared.
Una de sus manos se posicionó sobre los shorts que llevaba puesto. La pelinegra me lo había prestado para estar más cómoda. Lentamente, tiró de ellos hacia abajo, quitando la magia de la imaginación. Notaba cómo miraba mi cuerpo, sus ojos me estaban quemando.
Se colocó en pie, guiándome hasta la cama, donde me indicó que debía sentarme, pero se llevó la sorpresa de que no tenía ninguna intención de quedar en desventaja, por lo que usando gran fuerza la tiré sobre esta, sentándome sobre sus piernas.
—¿Qué haces? —preguntó con molestia en su voz.
—¿Y tú qué crees? —respondí desabrochando su pantalón y tirando de él para sentarme nuevamente a horcajadas encima. Nuestros cuerpos solo eran cubiertos por la fina ropa interior.
Sin darme tiempo a reaccionar me dio vuelta quedando encima de mí. Tomando el control nuevamente.
Su mano bajó lentamente por mi abdomen mientras su boca recorría mi cuello. Me estremecí cuando atrapó uno de mis pechos entre sus labios y permaneció allí por un momento. La mano libre apretaba fuertemente mis muslos, no quería decir que me sentía impaciente. Pero ansiosa, coloqué mi palma sobre la suya, guiándola hasta mi zona íntima.
La alfa se apartó con una sonrisa burlona en su rostro.
—Me parece que alguien está ansiosa.
—Cierra la boca y vuelve a lo tuyo —espeté acercándome a sus labios para besarlos con desesperación.
Los segundos a su lado pasaban, al igual que sus húmedos labios por mi abdomen, en una dirección que me llevaría a mi propio fin. Sentí cómo tiraba de mi ropa interior, dejándome completamente desnuda bajo su cuerpo.
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Cruzada, Sangre y Luna [WINRINA 1]
FantasyEn el Bosque de Sherwood, una serie de muertes misteriosas desata el temor entre las criaturas del lugar. Yu Jimin, alfa de los licántropos, investiga y encuentra a Kim Minjeong, líder vampiro, entre los sospechosos. ¿Podrán estas mujeres dejar de...