3. Luz Marchita

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No sabía cuanto tiempo había pasado desde entonces, pero se sentía como una eternidad. Aun así mientras recorría las prisiones, sentía más tranquilidad, a pesar de los gritos y lamentos de las almas siendo castigadas.

En ese tiempo su cosmos, siendo guiado por la espada, había inundado gran parte del averno ayudando a su reconstrucción y restableciendo gran parte del orden para volver a guiar a las almas qué había escapado y sellando las salidas para que no ocurriera de nuevo.

Cuando no estaba demaciado agotado por el uso excesivo de su cosmos se dedicaba a recorrer cada prisión, admirando el lugar y por ende a su creador, debía admitir que Hades era mucho más que lo que pudo ver o lo que decía el mito, incluso cuando lo poseyó no pudo inquirir sino una pequeña porción de lo que era el Dios.

Aun así debía admitir que no estaba solo en eso, cuando escaparon del averno en ruinas creyó que todos los sirvientes de Hades habían muerto, más fue el tercer día estando en Giudeca qué recibió aquella inusual visita..

Primero fue Asclepios, seguido de Hecate, semi dioses de la medicina y la magia. Ambos se presentaron ante él, dejando en claro su juramento hacia el regente del infierno. Cuando ya pudo salir del asombro escucho las explicaciones de lo que había ocurrido.

Los dos semidioses con el reducido grupo de sirvientes qué quedaban, se reunieron en las criptas qué conectan el lugar, yendo al núcleo del averno y presentando un sustento vital para que no se destruyera por completo al ya no estar su creador.

Ellos cuando se aseguraron de sus intensiones de ayudar, lo llevaron a aquel lugar, donde la espada lo guió para hacer el ritual y conectarse con el averno, antes de aquello, Hecate le advirtió qué hasta que su último aliento expirara estaría conectado con este lugar, así como le brindaron la información sobre el funcionamiento tanto de las prisiones, el limbo, el tártaro, el muro de los lamentos, el eliceo, el bosque, los ríos y todo lo que componía el averno, qué era un mundo nuevo para él, con su propia gente y criaturas.

Luego de aquello, lo ayudaron a regresar a Giudeca, llevándolo a los aposentos de Hades y haciéndolo beber ambrosía para que se recuperará y siguiera con su labor. Le advirtieron qué hasta que el averno no estuviera restaurado, su energía vital y su cosmos estaría siendo utilizado para tal fin y que estaría exhausto.

Aun así Asclepios le aseguro que él personalmente estaría pendiente de su bienestar, mientras Hecate vigilaria cada rincón de averno hasta su recuperación, pues luego de ello, el otrora caballero de Atena, debería asumir su rol como regente y empezar con sus otros deberes qué asegurarán el funcionamiento del lugar.

Por otro lado, al inicio le costó asimilar el dolor, el odio y todos los sentimientos negativos de las prisiones, de cada alma qué habitaba el lugar y con la que estaba conectado, incluso sintió a cada caballero con el que había compartido algún tipo de vinculo, lo que le perturbaba. Fue cuando se restauró el muro de los lamentos, qué su agobio se alivio pues este funcionaba como un conducto qué absorbía cada vibra, pero a su vez fue un gran asombro cuando empezó a sentir el amor, la felicidad y la paz emanada de los Elicios, haciéndolo desear ir, pero a su vez algo en su interior le decía que era mala idea.

Recordaba una de sus conversaciones con Asclepios, quien le contó que en la época del mito, cuando Zeus derrocó a Cronos, desterrando al lugar más oscuro y sin vida del universo, el Tártaro, un vacío eterno, enseguida instauró un orden designando a sus hermanos las labores más importantes para mantener el equilibrio y hacer prosperar la vida en la Tierra.

Hades fue el que llevo la peor parte, siendo un ser de luz fue mandado por Zeus a vigilar la prisión de los Titanes, evitando de esa manera que se desarrollará más adelante otra Titanomaquia.

- Los primeros años Hecate fue su primer compañera, quien le ayudo y juntos crearon lo que conoces como la tercera prisión, donde viste el jardín de euridice, antes conocido como Elíseo, más con el tiempo Hades aprendió qué aquel lugar no solo era una prisión para los Titanes, sino también para todas aquellas almas cuyo contenedor físico se agotaba, por lo que aprendió a usar el núcleo de aquel lugar para crear lugares acordes a aquellas almas, enviando las más puras al primer Elíseo - le había explicado el semidiós - más fueron siglos de creación, de perfeccionamiento y Hades instauró su propio reino, uno codiciado por sus hermanos más del cual nunca tuvieron acceso, siendo aquel un castigo más para Hades, el cual empeoró cuando al negarse a participar en la Gigantomaquia, Zeus lo expulsó por completo de los Olímpicos, exhiliandolo al mundo que había creado.

Shun frunció el ceño recordando al tiempo las palabras de una Hecate qué se había unido a aquella charla mientras comían - Hades era como tú, sin embargo tanto tiempo en la oscuridad ocasionó qué su luz se encapsulara y él evolucionará al ambiente predominante en su mundo, no excuso muchas de las cosas que hizo.

- El secuestro de Persefone - inquirio Asclepios a lo que la semidiosa negó.

- No, eso no. Él la amaba y ella lo traicionó, por lo que mi señor sello su corazón - musito con nostalgia.

Shun no entendió porque aquellas palabras y toda la historia de Hades lo hacían sentir más cercano, incluso para sentir empatia por lo que paso y algo a lo que aun no le quería poner nombre ante aquella forma en la que se había expresado Hecate sobre Persefone. Más no sabía muy bien como sucedió, pues sus conocimientos se basaban en la historia del mito escrita por humanos y ahora lo que le habían confiado los semidioses, simplemente le dejaba mucho para pensar, más podía entender a Hades en un punto, la exposición a aquella negatividad y oscuridad del averno empezaba a afectarlo.

Esmeralda del AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora