No habían pasado ni una hora al arribo del Dios de los mares al territorio de Atena cuando a lo lejos el guardián de la primera casa y su aprendiz vieron aquellos seres acercarse.
Era por lo menos una docena. Tenían una apariencia grotesca, más alto que un humano promedio, con cien brazos y cincuenta cabezas, todos armados con espadas, lanzas, arcos y hachas.
- Kiki, da el aviso - solicito serio Mu empezando a avanzar para frenarlos. El pequeño pelirrojo asintió y marchó templo arriba para llamar al guardián de la segunda casa y que así se propagara la información del ataque.
- Muro de Cristal - susurro el caballero dorado de aries creando aquella barrera, sin embargo los Hecatonquiros con facilidad la destruyeron y siguieron avanzando. Un par de caballeros de plata, incluida Shaina de Ofiuco llegaron al lado de Mu dispuestos a defender el territorio de la Diosa.
La batalla fue cruenta, aquellos seres eran tan fuertes como un caballero dorado o incluso más, a pesar que otros dos santos de oro habían bajado a ayudar y más caballeros de plata y bronce se unieron, no fue sino hasta que la Diosa bajó qué los Hecatonquiros se retiraron. De todos ellos solo había un cuerpo de aquellos seres en el piso, mientras que del lado de la Diosa varios caballeros habían perdido la vida, causando una gran tristeza en Atena.
El patriarca le indicó a la misma que regresará a sus aposentos y el se encargaría de reorganizar a los santos para hacer rotaciones y poder hacer frente a próximos ataques, pues supuso que aquel solo sería el primero de varios, también compartió con los santos dorados su suposición qué aquellas hordas pretendían debilitar el territorio antes de la aparición de los dioses primordiales.
En Averno, Hades recibió personalmente a los caballeros qué llegaban y luego de revivirlos e interrogarlos les brindo las mismas atenciones que a los generales marinos.
- Llegaron más - no fue una pregunta, el peli verde al sentir la perturbación del inframundo había bajado al palacio de justicia donde encontró al Dios muy serio.
Este simplemente asintio - los ataques al territorio de Atena comenzaron - le explico viendo como el peli verde se exaltaba en preocupación.
- Cielos - musita negando con la cabeza - ¿cuántos?
- Unos pocos caballeros de plata - le informa Hades a su consorte quien guarda silencio.
Después de atravesar y superar las pruebas del Fimbulvetr, donde Afrodita casi pierde la vida, los tres santos de oro lograron destruir los tres puntos débiles en las raíces del Yggdrassil convirtiendo sus armaduras de oro momentáneamente en armaduras divinas, rompiendo la barrera que mínimizaba sus cosmos.
Con ese nuevo poder los santos de Acuario, Piscis y Leo lograron ingresar al árbol destruyendo el monolito de la primera habitación, luego de vencer a su guardian, quedando seis habitaciones más por superar antes de llegar al núcleo de Yggdrassil donde según las indicaciones de Lyfia debían destruir su fruto para liberar Asgard.
- Vamos, un poco más - los alienta Aioros, recibiendo afirmaciones por parte de los otros dos caballeros entrando a la segunda habitación donde los esperaba su guardián potenciado por el zafiro de Odin y así iniciaba una nueva batalla - adelantense ustedes yo me encargo - expreso Leo viendo como Camus y Afrodita avanzaban hacia la siguiente habitación.
Shun se encontraba caminando por Giudeca, dando algunas órdenes para la protección del averno en caso de que una invasión se presentará, gracias a los caballeros se habían enterado de lo sucedido en la superficie, desde la llegada de un Poseidón maltrecho hasta el ejército de Hecatonquiros y lo fuertes que eran.
Cuando se encontró de frente con aquel hombre de cabellos negros azulados, ojos carmesí y aura dominante - Hyperion - saludo Shun con un leve asentimiento de cabeza.
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Esmeralda del Averno
Ficção GeralLuego de la batalla contra Hades, los caballeros y la misma Atena se darán cuenta que todo debe tener un equilibrio y para esto Shun deberá ser el sacrificio, enfrentandose a nuevos retos, nuevos enemigos que resurgen y viejas tramas. Shun x Hades (...