12. La Kamui De Hades

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- Por favor retirense, no quiero hacerles daño - expreso esquivando un ataque el peli verde. La Harpia que parecía ser la líder de las demás solo emitió una risa que parecía más un chillido.

- ¿Crees que puedes pisar nuestro territorio sin consecuencias? - musito volviendo a la carga, coordinandose con las demás para hacer múltiples ataques. Con sus garras de frente intento rasguñar el rostro del otrora caballero, sin embargo este esquivo a tiempo retrocediendo y bloqueando algunos ataques con la espada, generando una onda expansiva que alejo por un momento a las Harpias, dejando algunas fuera de combate.

- ¡Maldito! - la Harpia principal que había notado tenía un tamaño mayor a las demás se lanzó de lleno con sus garras. Shun esquivaba los golpes notando la potencia de estos en medio de la destrucción del cañón. Las Harpias que no habían quedado inconscientes se dividieron, una mitad se quedó ayudando en la batalla mientras la otra mitad se marchó, lo que le dio mala espina a Shun.

- Acabare esto de una vez - expreso el otrora caballero esquivando unos cuantos ataques, dejando inconscientes a un par de aquellas criaturas. - ¡Explosión Nebular! - exclamó con fuerza elevando su cosmo al tiempo que una gran onda expansiva se generaba, mandando lejos a las Harpias, mientras en el medio de la destrucción se podía ver el otrora santo de Atena, un cosmo de color fuccia con toques rojizos y negros lo cubría.

Shun negó con la cabeza y siguió su camino dejando aquellos seres atrás, dada su naturaleza no podía exterminarlos, por esta razón de su repertorio uso una técnica menor, solo para dejarlos fuera de combate.

La espada resonó con más fuerza a medida que se acercaba a la sima, por lo que Shun entendió que estaba cerca de alguno de los fragmentos del alma de Hades - debo darme prisa - musito aumentando su velocidad, sin embargo antes de llegar a la sima se elevaron sobre él una mayor cantidad de Harpias, las cuales furiosas se lanzaron al ataque.

Un hombre de cabello negro azulado y ojos color carmesí recorría los pasillos de un lujubre castillo, su expresión era seria. Entro en una de las habitaciones encontrando a su hermana sentada tomando una humeante bebida mientras observaba lo que parecía una vasija con un líquido blanco la cual proyectaba una imagen.

- Esta en el Tártaro - le dijo ella volteando a verlo.

- No encuentro a Pontos - expreso mirando la imagen con atención - ¿puedes buscarlo?

Themis emitió un suspiro y negó con la cabeza - dale espacio Hyperion - ella lo miro - ha pasado mucho tiempo y todos estamos ansiosos. Quizá necesita algún momento a solas.

El hombre de ojos carmesí frunció el ceño e iba a refutar sin embargo lo que se reflejaba en la vasija captó su atención - acaso él despertó el noveno sentido?

- Eso parece, su cosmo es como el de un Dios - le respondió la chica volviendo su atención a lo que sucedía.

- Ya veo... El tiempo se acerca - Dijo frunciendo el ceño. En esos momentos otro hombre entro a la habitación, Hyperion al verlo lo saludo - Typhon.

En otro lugar Shun observaba resignado los restos del nido de las Harpias, por la batalla había quedado todo destruido, las pocas criaturas que estaban conscientes lo observaban con miedo y rencor - Yo jamas quise una pelear, pero sin importar cuanto me disguste termino en diversos enfrentamientos - les dijo adentrandose a lo que quedaba del nido, tomando de este un cristal que emitia un brillo rojizo, era el primer fragmento.

Shun se giro y observó a los seres decidiendo resarcir el daño ocasionado y elevando su cosmo reconstruyó el nido antes de marcharse, a su espalda aquellas criaturas lo observaban con expresiones de sorpresa y confusión, sin embargo se apuraron a ayudar a sus hermanos.

Esmeralda del AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora