24. Nuevos Aliados

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Hades junto con Radamantis había salido temprano, apenas iniciando el día luego de haber instalado con ayuda de Hecate un enorme reloj de arena para el conteo de los 60 giros terraqueos. Se dirigían rumbo al Tártaro pues necesitaba saber la posición de Nix y sus hijos en la guerra que había sido anunciada.

Aquel descenso fue sencillo, el Tártaro le dio la bienvenida y rápidamente llego a los territorios de la Diosa de la noche quien lo esperaba en su jardín con un servicio de té dispuesto para la charla que estaba por venir.

- Nicte - saludo el Dios del averno tomando asiento frente a la mujer, haciendo una ceña a Radamantis para que se retirara y les permitiera privacidad para hablar.

- Es un gusto verte Hades - musita Nix siguiendo con la vista al espectro hasta que salió - fue un placer tener a ese chiquillo por aquí, es muy fuerte, mis hijos le tomaron un aprecio sin igual y esperan verlo pronto - expreso posando su vista en el dios de los muertos.

- No fueron los únicos - dice Hades recordando a ciertos dioses gemelos - Hypnos, Thanatos y no solo ellos, Hecate y Asclepios, se han vuelto sobreprotectores con Shun.

- Tiene un aura atrayente y un cosmo cálido, su alma es pura y hermosa - complementa la Diosa con una sonrisa - aun así no creo que hayas bajado solo para hablar de él.

Hades asiente - me temo que no - acepta, procediendo a comentarle los sucesos desde su visita al Olimpo hasta la presencia de Urano y la amenaza.

- Ya veo - expresa seria dejando su taza sobre la mesa - sabes que mis hijos y yo apoyaremos como último recurso.

- Te lo agradezco, eso era lo que venía a corroborar - Hades estrecho su mano con la Diosa quien sonrió levemente. - También quería pedirte el favor que les informes a ellos sobre el paradero de Pontos...

- Mandare un mensajero a tu madre - dice ante lo cual el Dios hace una mueca - aunque... No preferirías ir a verla? Ha pasado mucho tiempo.

Hades niega con la cabeza levantándose - tal vez en otra ocasión, ahora debo preparar a los espectros y reforzar el averno.

- Entiendo - la Diosa también se levanta - fue un gusto tu corta visita Hades.

Y con un leve asentimiento el Dios se marcha y Nix manda a llamar a una de sus ninfas entregándole un pergamino con la información requerida y mandándole hacia el territorio de los titanes, seguidamente se retira a su salón oráculo pues tenía muchas cosas que pensar.

En el palacio de Crono, un sirviente guió a la ninfa con aquel mensaje - de mi señora Nicte - informo entregándole para posteriormente marcharse tal y como se lo habían indicado.

Rea se acerco a su esposo, tanto tiempo en el Tártaro había logrado que hicieran las pases y fueran una pareja amorosa como en un inicio antes que aquella profesia arruinara su estabilidad.

- ¿Qué dice? - pregunta posandose a su lado mientras Crono leía con el ceño fruncido antes de pasarle aquel pergamino a su mujer quien también leyó.

- Kreios - llamo viendo como su hermano aparecía ante el, una katana amarrada en su cinto y su porte orgulloso. De cabello Celeste y ojos fríos Carmesí.

Se paro frente a Crono con un porte altivo - Hay novedades? - pregunta.

- Puedes reunir a nuestros hermanos, todos deben estar presentes - solicita Crono serio - cuando veas a Hyperion dile que antes quiero tratar un tema con él.

Kreios lo analiza en silencio por un momento antes de darse la vuelta y marcharse a cumplir con lo solicitado.

Al estar de nuevo solos Rea mira a Crono - ¿Qué haremos? - pregunta ante lo que el Dios guarda silencio, exasperandola. Sin embargo no pudo hacer mucho porque en aquel momento entró Hyperion.

Esmeralda del AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora