18. El Resentimiento De Hera

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Shun tomo aquel pergamino y la pluma, por un instante levanto la mirada examinando a los Dioses, varios tenían clara su decisión y rápido votaron. En eso su mirada se cruzó con la del caballero de virgo y no pudo evitar asentir con la cabeza levemente siendo imitado por el Santo. Volvió su vista al pergamino y en una elegante caligrafía escribió _inocente_ doblo el pergamino y al levantar la mirada el Angel con la Urna se detuvo frente a él, por lo que deposito su voto.

Un suspiro salió del otrora caballero, mirando frente pudo ver que la mirada de Demeter lo examinaba, más al ser descubierta se giro hacia Hermes empezando una charla con este, dejando a Shun intrigado, sin embargo sintió la mano de Hades sobre la suya por lo cual giro a verlo y con solo ver sus ojos pudo entender que intentaba transmitirle seguridad y tranquilidad, lo cual aprecio.

Cuando todos los votos fueron depositados, Zeus tomó la Urna y proyectando un tablero empezó el conteo exclamando en voz alta, los resultados se veían plasmados para todos. - Inocente - musito, el pergamino apenas fue sacado se carbonizo en manos del Dios - Culpable - siguió, aquello fue un momento tenso e interminable, lo que se profundizó cuando el voto número 12 fue sacado - Inocente - expreso Zeus con el ceño fruncido viendo el tablero, mientras los dioses se dedicaban entre si una qué otra mirada.

- Al parecer todo se decidirá con el último voto - expreso Zeus haciendo que los dioses guardarán silencio y observarán expectante la resolución, pues hasta el momento estaba empatada la votación, con 6 en contra y 6 a favor de la Diosa. Zeus abrió aquel pergamino y luego de leer alzó la vista y pronunció - Inocente - múltiples exclamaciones se escucharon.

Hera quien estaba a la izquierda de Zeus se levantó furiosa, su cosmo se elevó haciendo temblar el lugar - ¡¿cómo puede ser esto posible?! - grito señalando a Atena, una onda de poder hizo que los escoltas salieran expedidos estrellandose contra las paredes - Yo misma hice las alianzas para que Atena fuera condenada - musito viendo a la Diosa con enojo.

- Hera, calmate - hablo con voz neutral Zeus, Hades y Poseidon se habían ubicado de tal forma que creaban una protección para el peli verde, entendiendo que su divinidad aún era reciente y ser expuesto de esa manera podía ser perjudicial.

Más la Diosa no escucho al rey de los dioses y este, cuya furia burbujeaba en bajo por los actos y caprichos de su mujer, no aguanto más de aquella insolencia y levantándo su cosmo, su cuerpo fue cubierto por su Kamui y apuntando hacia la Diosa con su rayo hablo - Ya basta - expreso empujando con su cosmo a la Diosa, haciéndola arrodillarse ante él.

Los mortales y el mismo Shun se sentían agobiados ante tal exposición de poder, aquel cosmo era una presión agobiante. El príncipe del averno fue sostenido por Hades quien molesto hablo - Es suficiente - su cosmo inundó el lugar, incluso sobrepasando al del mismo rey de los dioses, dejando a todos congelados, Poseidon sonrió con sorna, Zeus era el rey, pero entre los tres Hades siempre fue el más poderoso.

Fue por un breve instante, sin embargo aquello tranquilizó a la fuerza los ánimos, Zeus asintió en dirección de Hades y este retrayo su cosmo. Hera se levantó y observó con el ceño fruncido a todos, cuando lo entendió, aquel chico, el consorte de Hades, a él no lo tomo en cuenta y quizá el había sido quien puso el balance a favor de Atena, sin embargo hacer algún movimiento en esos momentos era peligroso, pero ya pagarían, Atena, Hades y su consorte, incluso su propio esposo. Sin ni una palabra la Diosa se fue siendo seguida por su escolta y Demeter.

- Bueno, eso fue inesperado - musita Hermes soltando un suspiro y estirándose, sentía su cuerpo algo entumesido - no siendo más me retiro, tengo deberes que atender - les dice despidiéndose.

- Nosotros también nos retiramos - expreso Afrodita con seriedad, recibiendo un asentimiento por parte de su esposo Hefesto.

- Igual yo, tengo cosas que hacer - expreso Artemisa dirigiendo una mirada seria a Atena antes de retirarse con los otros dos dioses. Apolo y Ares simplemente se marcharon en silencio.

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