Esmeralda del Averno

36. El Hilo del Destino

Shun suspiro agotado, llevaba ya un buen rato ayudando a Lune y Minos a recibir las almas que llegaban al Averno. Sentía aún inquietud, por medio de Thanatos se había enterado de los sucesos en la superficie, Gea estaba acorralada y según le había dicho el hijo de Nix estaban reagrupandose para asechar a la primordial antes que se recuperará y ella fuera la que dirigiera los ataques de nuevo.

- Deberías descansar mi señor - Shun giro hacia un lado y sonrió hacia Pandora. El caballero del fénix bufo, pues este se encontraba a las espaldas de Shun, cuidándolo en todo momento.

- Solo termino aquí y me retiro a mis aposentos - determinó volviendo la vista a los documentos que estaba revisando, estos hacían parte del gran libro de la vida, donde estaba la información de todos los mortales, los vivos, las almas que necesitaban ser castigadas, los bendecidos qué descansaban eternamente en los Eliceos y los que reencarnaban.

Sus labios se apretaron en una fina línea cuando encontró aquel nombre, Alone, era una de sus reencarnaciones, tomando aquel documento lo guardo y cerró lo demás levantándose.

- ¿Su alteza? - pregunta el juez desde su lugar.

- ¿Te puedo encargar el regresar esto a su lugar? - pidió señalando todos los papeles en la mesa con una pequeña sonrisa de disculpa.

El juez asintió - Si, mi señor.

- Gracias Minos - y dándose la vuelta se dirigió a la salida siendo seguido por el temperamental fénix quien prácticamente se había convertido en su sombra.

En el camino a su habitación en el palacio de Giudeca, saludo a los espectros con los que se encontró y a las ninfas quienes mientras iba a su aposento le ofrecían diversos servicios a los que ya estaba acostumbrado pero esta vez negó con amabilidad, pues solo quería descansar, según sus propias palabras.

Al llegar a la puerta se giro hacia el fénix - Hermano, voy a dormir, puedes disfrutar de tiempo libre, no saldré de mi aposento - Ikki frunció el ceño y sin una palabra simplemente abrió la puerta, Shun suspiro y entró seguido del caballero quien se acomodo en uno de los muebles, desde que se había comentado como sucedió el secuestro por parte de Persefone, la seguridad a su alrededor había incrementado.

Shun miro en silencio al fénix y simplemente negó sentándose en la cama con una mano en su vientre acariciandolo con suavidad. Lentamente acomodo las almohadas y se recostó, últimamente se sentía más agotado; cerro los ojos y se dejó llevar a aquel espacio que ya conocía muy bien.

Cuando abrió los ojos se encontraba en aquel lugar, concentrando su cosmo el espacio negro empezó a llenarse de diferentes espejos qué dejaban ver diversos recuerdos de todas sus vidas. Shun camino con seguridad hacia lo más profundo, donde empezó su primera vida, Adonis y frunció el ceño cuando llegó a aquel momento donde "murió", aun no lograba descubrir quien habia acabado con su vida. Siguió caminando, aun más atrás en el tiempo, hasta que una escena llamó su atención, por lo que se detuvo frente a esta dejándose llevar por aquel recuerdo.

- Adonis - llamo una mujer, su tono suave dejaba ver un cariño especial.

Se encontraba en el jardín, estaba satisfecho, muchos cultivos pronto estarían listos para ser cosechados, levantó la cabeza al escuchar el llamado - Aquí, madre - musito pasando un brazo por su frente secando el sudor en esta.

Gea salió y suspiro al verlo - necesito que me acompañes - solicita algo preocupada, lo cual puede notar el joven titan, quien simplemente asintió.

La escena cambió, Adonis y Gea se encontraban caminando por el bosque, hasta que a lo lejos pudieron ver la entrada de una cueva. Un mal presentimiento inundó el pecho el joven, sin embargo siguió a su progenitora confiando en ella.