19. La Aparición De Los Primordiales

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Shun y Hades arribaron a su palacio, en este ya los esperaba Pandora, ansiosa por saber los sucesos de aquél juicio. Los dos jueces por permiso de su dios se marcharon a descansar, mientras los dos reyes del averno seguían a la mujer hacia el comedor donde ya estaba servida un delicioso banquete.

- Por favor acompáñanos hermana - solicito Shun, Pandora alzó la vista a su señor quien asintió y de esa manera tomo asiento a la izquierda de Hades quedando frente al peli verde.

- Atena fue declarada inocente - le dijo Hades comenzando a comer, siendo seguido por los otros dos. Pandora prestando mucha atención - como era de esperarse a Hera no le agrado y formó un berrinche en el cual tuve que interceder antes que Zeus destruyera su cielo - le explica tomando un sorbo de vino.

- Ahora que planes tiene mi señor? - pregunta curiosa mientras Shun comía en silencio, Hades lo volteo a ver por un segundo antes de responder.

- Nos quedaremos un día más aquí para que Shun pueda conocer bien mi cielo - le dice - te mandare adelante con Aiacos, Radamantis se quedará hasta nuestro regreso al Averno.

- Entendido mi señor - responde asintiendo la mujer antes de seguir comiendo. A Shun aquello le pareció curioso, aún así le pareció una idea agradable, estar un poco más de tiempo fuera del lugubre ambiente de averno.

En las profundidades del Tártaro se encontraban dos hombres hablando - Así que eso ha pasado - exclama aquel que estaba sentado en una especie de trono - qué piensas Hyperion?

Este suelta un suspiro de resignación - La verdad se ha buscado por todo el Tártaro a Pontos, incluso he hablado con Nicte, quien me afirmó que los sellos siguen puestos por lo que sería imposible que él hubiera salido - responde.

- Aun así no se encuentra en ningún sitio - complementa el mayor asintiendo - ni siento su cosmo - musita pensativo - solo queda esperar, estate atento con tus hermanos.

Hyperion asiente con la cabeza - no siendo más me retiro, Crono - y sin más palabras se retira de allí, regresando a su propia morada, a la salida lo esperaba Themis ansiosa por escuchar el veredicto de aquella audiencia, un mal presentimiento hacia estremecer todo su ser.

Atena y Zeus se encontraban hablando, hace muchos siglos que no se veían y menos tenían una charla padre e hija, por lo que aprovecharon la oportunidad.

- Debes ser más cuidadosa - le riñe Zeus - eres la más sabía de mis hijos y aun así pasar tanto tiempo con los mortales te hace desviarte de tu juicio.

Atena hace una mueca y baja la cabeza - si tu los conocieras padre, tienen tanto que dar, tanto de lo que nosotros podemos aprender - murmura, siendo escuchada.

Sin embargo antes de que pudiera agregar algo más una fuerte presencia se sintió en el lugar alertando a Zeus - ponte tu Kamui - le advirtió a la Diosa llamando su propia armadura y arma celestial.

Una mujer apareció ante ellos, una sonrisa en su rostro - Así que ahora el hijo menor de Crono manda - expreso aquella, su voz suave y pasos seguros, solo se detuvo a unos metros - mi querido nieto - dice y Zeus siente un escalofrío recorrer su cuerpo.

- Gea - musita adoptando una posición defensiva - se suponía que estabas en un sueño eterno.

- Así es - confirmo - pero ya despertamos.

- ¿Despertaron? - Zeus abre los ojos preocupado - te refieres a...

Y la Diosa asiente con una sonrisa - mis hermanos y yo regresamos para recuperar lo que por derecho nos pertenece - expresa desviando su vista a Atena - yo soy la verdadera diosa de la tierra niña, tu solo eres una farsante - y se ríe.

Esmeralda del AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora