Capítulo 54.2: La noche más inesperada

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Mientras la fiesta comenzaba en la pista de baile, no muy lejos de allí, en un pasillo de la parte lateral del castillo, otro tumulto de ponies se amontonaba frente a un pequeño e improvisado puesto de manzanas.

Minutos antes, mientras Applejack estaba desesperada por encontrar el camino hacia la puerta principal, su maleta con los dulces de manzana de la abuela se había abierto súbitamente, dejando a todos los presentes boquiabiertos al ver tan extraña situación. Y en esa situación fue que cierto pony elegante le había preguntado bastante confundido de qué se trataba eso.

"¿Te estás robando comida de la cocina o algo así?" Había preguntado aquel potro elegante, empezando a ver con desagrado a Applejack.

"N-No, yo no he robado nada. Estos dulces..." Dijo Applejack rápidamente intentando justificarse. "Estos dulces los hizo mi abuela en la granja..." Agregó Applejack, diciendo aquello último más despacio y con la cabeza agachada, ya que recordaba los finos bocadillos que habían en las mesas de los salones, y su confianza aún estaba algo menoscabada al sentir que su comida estaba fuera de lugar en una fiesta tan elegante como aquella.

"¡Por supuesto que no es comida de la cocina! ¡Solo mírala! ¿Crees que los cocineros reales harían bollos y pies de manzana?" Agregó otra yegua que también lucía de alta alcurnia, viendo con desagrado los productos del pequeño puesto de Applejack.

Tras haber escuchado lo que más había temido oír, lo que confirmó todos sus temores, Applejack solo apretó fuerte sus labios y desvió la mirada mientras sus mejillas se sonrojaban de vergüenza.

"¡Oh! Gastronomía rural, ¡Qué maravillosa idea! Siempre quise probar comida típica de campo, es tan exótica." Dijo repentinamente un potro blanco, quien parecía destacar de entre todos los demás ponies que allí había en elegancia, vistiendo un fino traje de etiqueta y un monóculo en uno de sus ojos. "¿Qué opinas Fleur? ¿Te gustaría probar uno de estos bollos de manzana?" Preguntó el potro mirando a su acompañante, una yegua blanca delgada y hermosa, de melena color rosa, quien se apegaba mucho a aquel elegante potro.

"Sabes que estoy a dieta, querido Fancy. Pero... Creo que podría hacer una excepción." Respondió la bella yegua, llamada Fleur de Lis, mirando coquetamente al potro, y luego mirando a Applejack. "¿Son productos naturales?"

"Eh... S-Sí, hechos cien por ciento con manzanas de mi propia granja..." Respondió Applejack un poco sorprendida, ya que ella, como buen representante del elemento de la honestidad, pudo reconocer que aquella pareja genuinamente parecía interesada en sus dulces de manzana.

Sin embargo, aquello no había sido lo que más había sorprendido a Applejack. Lo que más le había sorprendido era que en cuanto aquel potro hizo aparición, todos a su alrededor habían guardado silencio y escuchaban atentamente lo que decía. Todo mientras murmuraban entre ellos y se preguntaban si él realmente era el famoso aristócrata 'Fancy Pants', y aunque Applejack nunca había escuchado ese nombre, entendió rápidamente que él debía ser alguien muy respetado.

"Bien, entonces creo que me llevaré dos bollos de manzana." Dijo Fancy Pants, acercando su casco a su traje y sacando seis monedas doradas. "¿Bastará con esto?" Preguntó Fancy Pants, dejando las monedas sobre el pequeño mostrador del puesto de manzanas.

Al ver el dinero, Applejack abrió grande sus ojos, no solo porque aquellos bollos de manzana solo costaban una moneda cada uno, sino porque aquellas monedas tenían unas pequeñas incrustaciones de brillante, algo que Applejack nunca había visto pero que solo podía significar que valían mucho más. Sin embargo, pese a que la ambición comenzaba a crecer en la mente de Applejack, ella rápidamente alejó ese pensamiento, pues ese potro no solo estaba siendo demasiado generoso, sino que también la había salvado cuando los demás ponies se disponían a burlarse de ella, así que Applejack decidió recompensar aquel bondadoso gesto.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora