Capítulo 55.1: La declaración

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Afortunadamente para Dusk, luego que lo secuestraran, él se dio cuenta que no lo habían cargado demasiado lejos, por lo que supuso que aquel pasillo escondido estaba muy cerca del pasillo en donde lo había secuestrado, algo que se confirmó al ver que usando su teletransportación llegó al mismo lugar del castillo al que había estado antes de desaparecer.

Una vez volvió a los pasillos comunes del castillo, Dusk miró hacia todos lados, viendo que parecía que ningún pony se había percatado de su desaparición ni le había puesto atención al hecho que acababa de aparecerse allí con magia. Y mientras miraba a su alrededor, Dusk vio hacia el salón que había dejado atrás, en donde la Princesa Celestia seguía su monótona rutina de saludar a los invitados que aún esperaban en la fila solo para saludarla.

"Me pregunto qué diría la princesa si le dijera lo que las gemelas mayordomo acaban de hacer..." Pensó Dusk sonriendo con una pequeña mueca, pensando que a pesar que lo que habían hecho las mayordomos era una locura, en realidad no era por maldad y solo lo hacían porque de alguna forma querían proteger a las princesas. "Sigo sin entender por qué querían que dejara de hablarle a las princesas, ¿Pensarán que soy mala influencia?"

Mientras Dusk pensaba en ello, un reloj en la pared marcó la hora, y al ver lo tarde que era, Dusk recordó que había prometido que buscaría a sus amigas para disfrutar de la Gran Gala antes que terminase. Así que Dusk se dio media vuelta y comenzó a caminar por los pasillos del castillo para buscar a sus amigas.

Durante su 'secuestro', Dusk se había dado cuenta de lo diferente que sus amigas le hacían sentir en comparación a otras yeguas. Sin embargo, mientras caminaba y repasaba lo sucedido, Dusk se dio cuenta que al recordar ese sentimiento de emoción que sentía cuando una de sus amigas lo besaba, otra yegua había estado en su mente también, una yegua que no era parte de sus cinco amigas y a quién no había visto en toda la noche, de hecho, él no la había visto desde hacía varias noches. Entonces Dusk comenzó a caminar lentamente, hasta que finalmente se detuvo con una pensativa mirada.

"Hay... Hay alguien más a quién quiero ver esta noche..." Pensó Dusk, levantando su cabeza y cambiando de dirección, caminando ahora en dirección hacia las escaleras que llevaban a las torres superiores.

Mientras Dusk caminaba, no podía dejar de pensar en Luna y en lo sola que quizás ella se sentía, tanto así, que Dusk pensó que quizás esa era la razón por la que ella le había dicho a su hermana Celestia que no estaba segura de si presentarse en la Gran Gala o no.

"Esta es la primera Gala desde que ella volvió de su exilio. Quizás ella tenga miedo, o esté insegura por algo..." Pensó Dusk mientras subía las escaleras de la torre, en donde suponía que debía estar la habitación de la princesa Luna. "O quizás esas son solo excusas que yo pongo, y la verdad es... que solo quiero verla." Pensó Dusk sonrojándose, nuevamente recordando el beso de despedida que la princesa de la noche le había dado tras ese triste adiós en que se habían visto por última vez.

Muy cerca de Dusk Shine, precisamente en la habitación a la que él se dirigía, se encontraba Luna. La habitación de la princesa de la noche era un desastre, con decenas de vestidos de gala tirados por el suelo mientras ella se encontraba en medio de su habitación, parada en solo uno de sus cascos mientras flexionaba el resto de su cuerpo, con sus ojos cerrados y respirando lentamente.

"Quién diría que los ponies de esta época inventarían algo tan útil." Susurró Luna pensando en voz alta mientras practicaba esa técnica de relajación que le habían enseñado, llamada 'yoga'. "Creo que sirve... Ya estoy más relajada..."

La serena figura de Luna contrastaba enormemente a cómo ella había estado tan solo minutos antes de ponerse a practicar esas posiciones de relajación. Un par de horas antes, cuando su hermana Celestia le había preguntado si se presentaría en la Gran Gala, ella había dudado, pero finalmente le había respondido que no, que debía mantenerse firme y no cedería, pues ver a Dusk Shine significaba que podría nuevamente olvidar sus deberes reales. Sin embargo, luego que Celestia se fuera, Luna le ordenó a su mayordomo Sweet Caramel que se quedara junto a ella para ayudarla a elegir un vestido adecuado para la Gran Gala. Y así ambas habían pasado horas mientras Luna se probaba cada vestido y luego lo rechazaba, pensando que no sería lo suficientemente bonito para aparecerse con él frente a Dusk.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora