T2 Capítulo 19.1: En el altar

64 5 0
                                    

Celestia caminaba por los pasillos del castillo junto a su leal mayordomo Sweet Creme. O al menos, eso era lo que todos veían al pasar, pues en realidad, los que caminaban por los pasillos sin despertar ninguna sospecha, eran la Reina Chrysalis, junto a uno de sus soldados cambiantes. Ambos habían logrado engañar a la Princesa del Sol, la habían capturado sin que nadie se diera cuenta, y la habían suplantado, para llevar a cabo el último paso antes de su esperada invasión.

Mientras caminaba, la falsa Celestia se deleitaba al ver cómo todos los ponies la veían con admiración y se inclinaban ante ella, dándole una reverencia. Chrysalis era una reina, y tenía cientos de cambiantes que se inclinaban ante ella, pero el saber que ahora todo un reino estaba en la punta de su casco, y que cada ingenuo pony del reino confiaba por completo en ella, era algo que la excitaba de gran manera, casi al punto de hacerle difícil poder contener su risa.

La hora de la gran boda estaba a punto de llegar, así que los pasillos estaban repletos de decenas de ponies que comenzaban a dirigirse al salón principal del castillo. Con cada saludo que un pony hacía, Chrysalis se detenía brevemente y lo saludaba, también con una amable sonrisa. Pese a que para la reina cambiante todos esos ponies eran solo una fuente de comida, ella mantenía a la perfección la fachada de Celestia, para que nadie sospechara nada hasta que fuera el momento indicado.

Especial atención tuvo Chrysalis con los saludos que recibió por parte de los dignatarios extranjeros. Seres de otras razas, de regiones distantes, que pensaban que estaban saludando a la única y magnífica Princesa del Sol, cuando en realidad estaban saludando a una Reina oscura, que solo pensaba en mentiras y poder.

"Muchas gracias por invitarnos a esta boda, Princesa Celestia." Dijo una enorme ave, similar a un loro. Un dignatario del lejano país de Ornithia. "Nos alegra que quiera reunirse con nosotros, para que nuestros reinos puedan entablar nuevas alianzas comerciales."

"El placer es todos mío." Respondió la falsa Celestia, con una amable sonrisa. "Espero que desde hoy, nuestros reinos puedan estar más unidos que nunca."

"Nuevos reinos, más amor que robar, jeje..." Pensó Chrysalis mientras ponía una falsa sonrisa en el rostro de Celestia. Saboreando desde ya todo el amor que robaría mientras expandía su imperio.

Luego de saludar a cada uno de los dignatarios, Chrysalis y Thorax mantuvieron su fachada y continuaron su camino hasta el cuarto de la novia. En donde Cadance debía estar recibiendo los últimos arreglos a su vestido, antes de subir al altar.

Una vez entraron en la habitación, las falsas Celestia y Sweet Creme vieron que la Princesa del amor estaba de pie al final de la habitación, frente a un espejo. Junto a ella, una docena de yeguas corría a su alrededor, de un lado a otro, verificando que su vestido estuviera perfecto, al igual que su maquillaje, y toda ella, para que Cadance estuviera perfecta en el día más importante de su vida. Algo que parecía importarle a todas esas yeguas, menos a la misma Cadance, quien mantenía una mirada preocupada mientras miraba hacia la nada.

Otras que parecían ajenas a la emoción de las demás yeguas, eran Spike y sus cinco amigas de Ponyville. Luego que Applejack se les uniera, los seis habían ido hasta la habitación donde estaba el vestido de novia, luego que la Princesa Celestia les dijera que se mantuvieran a salvo. Allí, Cadance no tardó en llegar junto a sus asistentes, y mientras se ponía su vestido, las amigas de Dusk le contaron todo lo sucedido con el falso Dusk. Ahora, luego de estar mucho rato temerosas, todas saltaron al ver a Celestia aparecer, yendo directo hacia ella, para que les dijera lo que averiguó sobre el paradero de Dusk.

"Me temo que aún no sabemos dónde está Dusk Shine, pero seguimos buscando." Dijo Chrysalis, mirando con una falsa mirada de preocupación a las amigas de Dusk. En ese momento, Chrysalis se distrajo al ver que el pequeño bebé dragón que acompañaba a las yeguas, se mantenía en una esquina de la habitación. Con sus ojos cerrados, como si tuviera una fuerte migraña, y repitiendo una y otra vez el nombre de Dusk. "¿Qué le pasa a Spike?" Preguntó la falsa Celestia, mirando confundida al pequeño dragón.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora