T2 Capítulo 13.1: Mito y realidad

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Era un nuevo día en Canterlot, apenas había amanecido, y Luna se encontraba camino al comedor luego de haber bajado la luna y haber terminado sus labores como guardiana de la noche y de los sueños. Al llegar al salón comedor, la princesa de la noche se extrañó al ver que ni su hermana ni su supuesta sobrina se encontraban allí.

“¿Dónde están las demás?” Preguntó Luna, hablándole a su fiel mayordomo Sweet Caramel. Que se había apresurado a llevarle una taza de café, como era costumbre cada mañana.

“La Princesa Cadenza está ocupada con los preparativos para la boda.” Respondió la mayordomo, acercándole a la princesa una bandeja con fruta. “Y la Princesa Celestia, asistió junto a Raven al funeral de la maestra Inkwell.”

Al escuchar la palabra ‘funeral’, Luna se sorprendió. Ella recordaba vagamente que su hermana le había preguntado a su asistente, Raven Inkwell, por la salud de su abuela hacía un par de días atrás. Sin embargo, no se imaginó que la abuela de Raven estaría tan mal como para que su vida se hubiera esfumado en solo unos pocos días.

“Lamento escucharlo.” Dijo Luna solemnemente. Permaneciendo un segundo en silencio como respeto, y luego continuando con su desayuno en absoluto silencio.

Mientras comía, Luna recordó que no solo su hermana era una princesa, ella también lo era. Y tal como había hecho su hermana, lo correcto sería que ella también presentara sus respetos a la siempre fiel Raven, por su lamentable pérdida familiar.

Con ese último pensamiento, Luna se apresuró a terminar su desayunó, se puso rápidamente de pie, y se encaminó para salir del palacio e ir hasta el cementerio de Canterlot. Un lugar algo alejado del centro de la ciudad, pero al que Luna pudo llegar rápidamente gracias a sus grandes alas de alicornio.

Una vez allí, Luna se lamentó al ver que al parecer había llegado algo tarde,  justo cuando el funeral parecía llegar a su término. Todos los familiares y conocidos de la anciana maestra Inkwell comenzaban a retirarse del lugar, incluyendo su nieta, Raven Inkwell. Al verla, Luna se acercó hasta ella e inclinó levemente su cabeza como muestra de respeto.

“No se preocupe Princesa, era algo que esperábamos desde hacía unos días. Su estado no mejora, y, bueno, nos alegra que ahora esté en un lugar mejor.” Dijo Raven con una pequeña sonrisa. Triste de que su abuela ya no estuviera con ella, pero aliviada de que ya no estuviera sufriendo y de que su madre y el resto de su familia pudieran descansar de cuidar a su pobre abuela.

“Perdona que te lo pregunte, Raven. Pero, ¿Mi hermana ya se fue?” Preguntó Luna, mirando a todos los ponies que se retiraban del cementerio, y viendo que su hermana no estaba en ese grupo.

“La Princesa Celestia dijo que permanecería allí unos minutos más.” Respondió Raven, apuntando hacia atrás suyo. “Me encargó ir al palacio y ajustar su agenda para compensar estos minutos de atraso. Así que, si me disculpa Princesa.” Agregó Raven, recordando que tenía mucho trabajo que hacer. Apresurándose para volver al castillo y a sus deberes.

Luego que Raven se fuera, Luna siguió avanzando por el cementerio, viendo de cuando en cuando alguna estatua sobre alguna tumba de algún pony adinerado o famoso. Hasta que finalmente vio a su hermana, quien permanecía con una triste mirada viendo la tumba de la recién fallecida maestra Inkwell.

“Hermana, ¿Por qué sigues aquí sola? Creo que es un lugar algo lúgubre para que esté la Princesa del Sol sola.” Dijo Luna con una pequeña sonrisa. Intentando animar a su hermana, al ver que parecía estar algo afligida.

“Lo sé… Es un lugar que siempre trato de evitar. Me pone demasiado melancólica.” Respondió Celestia con una triste sonrisa, sin dejar de ver la tumba que estaba frente a ella. “Era una potrilla tan alegre y entusiasta…” Agregó Celestia, entrecerrando levemente sus ojos.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora