Capítulo 15.1: Una noche que nunca acaba

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El sol se había ocultado completamente, dando paso a la esperada noche de la celebración, y mientras eso ocurría, el pequeño grupo formado por cinco yeguas y un potro había terminado de recorrer el camino que los llevaba hacia la biblioteca. Aquel trayecto, desde Sugarcube Corner a Golden Oak, no era muy largo, por lo que luego de una rápida caminata en la que destacaron las miradas inquietas entre las cinco yeguas amigas y la mirada confundida de Dusk, finalmente los seis ponies llegaron a su destino.

Una vez Dusk se acercó a la puerta de la biblioteca, él fue obstaculizado por las cinco yeguas, quienes para su sorpresa rápidamente se interpusieron entre él y la puerta.

"No tan rápido." Dijo Applejack deteniéndolo con una mirada decidida.

"¿Qué sucede?" Preguntó Dusk confundido.

"Bueno..." Respondió Applejack nerviosa, mirando a sus amigas para que alguien la ayudara a responder.

"¡Oh, mira! ¡La luna! ¡Ya salió la luna!" Dijo Pinkie Pie exaltada, apuntando hacia atrás de Dusk.

Entonces Dusk se giró y vio la luna, la cual en su opinión estaba más grande y brillante que otras veces, pero aparte de eso no tenía nada de especial, por lo que no entendió por qué Pinkie Pie había estado tan emocionada.

"Sí, es la luna, que tiene de-" Dijo Dusk, volteándose nuevamente para responderle a Pinkie Pie, mas paró de hablar al ver que ni ella ni las otras cuatro yeguas estaban allí.

Dusk miró hacia todos lados, algo sorprendido por el repentino acto de desaparición que habían efectuado las yeguas sin que él se diera cuenta. Finalmente Dusk suspiró, pensando en lo aliviado que debía estar por no tener que estar rodeado de aquellas cinco yeguas que por alguna razón siempre lo llevaban a meterse en algún problema, pero sintiendo al mismo tiempo que su corazón se apretaba un poco al ver que ellas se habían ido tan repentinamente.

Entonces Dusk se acercó hasta la puerta de la biblioteca, la abrió y entró al oscuro salón.

"¡¡FELIZ FIESTA DE BIENVENIDA!!" Gritaron repentinamente un montón de ponies, que estaban dentro de la biblioteca y que antes que Dusk iluminara su cuerno, habían iluminado el salón y habían salido gritando alegremente y lanzando confeti.

Dusk dio un pequeño salto ante la enorme sorpresa, sorprendido y asustado, tanto así que por acto reflejo casi se teletransporta lejos de allí. Le tomó algunos segundos tranquilizarse, pero no dejó de estar tenso, él miraba hacia todas partes, viendo los rostros de un montón de ponies que no conocía ni había visto, todos sonrientes mirándolo y acercándose hasta él. Dusk no entendía quiénes eran ni qué hacían allí.

La ansiedad de estar rodeado por una multitud de ponies que no conocía y de ser el centro de atención lo estaba poniendo extremadamente nervioso, y no lo permitía salir del estado de alerta en el que estaba.

"Tranquilos, denle algo de espacio." Dijo desde abajo una voz familiar, para alivio de Dusk, la voz de su hermano Spike. "Si no lo hacen quizás él haga explotar el salón." Terminó de hablar Spike, riéndose y acercándose hasta su hermano.

"¿Q-Qué es todo esto?" Preguntó Dusk apenas saliendo del estado de shock.

"Pues es tu fiesta de bienvenida, ¿Qué no escuchaste?" Dijo Rainbow Dash, quien también se había aproximado, junto a sus otras cuatro amigas.

En cuanto Dusk vio que cerca de él estaban las cinco yeguas, sus músculos finalmente dejaron de estar tensos. Ver en aquel mar de ponies desconocidos los rostros de aquellas yeguas con las que ya estaba familiarizado tranquilizó su corazón, mas aquello no duró mucho, ya que de inmediato su mente le recordó que él seguía rodeado de otros ponies desconocidos, por lo que su mente volvió a agitarse, volviendo a trabajando velozmente para tratar de entender todo antes de perder el control de la situación y salir huyendo ante la ansiedad social que sufría.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora