Dusk Shine en busca de la felicidad

Especial XXX de Dusk Shine - Pinkie Pie

Dusk Shine sentía que le iba a dar un ataque cardiaco. Su corazón nunca había latido tan rápido en su vida. Sin saber cómo, él había terminado acostado en un granero, con su novia Pinkie Pie junto a él, oculta de sus padres... ¡Tal como las novelas eróticas que alguna vez leyó!

Luego de un extraño viaje a la granja de rocas de la familia de Pinkie, la traviesa yegua rosa se había escabullido para ir en la noche a la cama de su novio. Por poco, los padres de Pinkie Pie los descubrieron, pero afortunadamente la misma oscuridad del granero los ayudó para que no vieran que bajo las sábanas de la cama de Dusk, no solo estaba aquel potro lavanda, sino también su hija Pinkie, abrazando fuertemente a su novio.

Luego que los padres de Pinkie abandonaran el granero, Dusk sintió que su corazón comenzaba lentamente a tranquilizarse tras el susto que vivió. Sin embargo, aquello fue solo una ilusión. Ya que el corazón de Dusk inmediatamente volvió a latir a mil por segundo al sentir que Pinkie, bajo las sábanas, se subía sobre él y acercaba su rostro al suyo.

En la oscuridad del granero, Dusk fue sorprendido por el dulce beso de Pinkie. Unos suaves y temblorosos labios que anticipaban lo que Pinkie Pie quería esa noche.

Desde hacía mucho que Pinkie quería estar a solas con Dusk de esa forma. Y ahora, en ese viaje, ella preparó todo para ese momento. Ella aún tenía dentro de sí el temor de estar desafiando en secreto a sus padres. Acostándose en la cama de un potro que ellos no aprobaban, y sin su conocimiento. Sin embargo, el deseo de que Dusk la hiciera suya esa noche, fue mayor que el del temor a sus padres.

Desde antes de salir de Ponyville, Pinkie sabía que esa noche sería la noche en que Dusk y ella lo harían. Ella deseaba con todo su ser hacer feliz a Dusk, y para eso, ella había leído sobre 'ciertas cosas' en algunos libros para adultos que ocultaba en su habitación.

"Felices fiestas." Dijo la dulce y tierna voz de Pinkie Pie en la oscuridad, luego de besar a Dusk. Una voz que apenas si pudo ocultar el deseo que había en ella.

Lentamente Pinkie Pie movió uno de sus cascos hacia abajo. Recorriendo el suave cuello de Dusk... su pecho... su cintura... hasta llegar a su entrepierna.

"¡P-Pinkie!" Dijo Dusk sorprendido. Rojo de vergüenza al sentir que Pinkie tocaba su virilidad. El cual de por sí, ya estaba bastante excitado luego de sentir a su novia recostado sobre él, piel con piel.

Los ojos de ambos ponies se fueron acostumbrando a la oscuridad, y ambos alcanzaron a ver parcialmente sus rostros. Con Dusk aún con una mirada de sorpresa, y Pinkie Pie mirándolo con una mirada tímida, pero también, llena de deseo.

"Dusk... Soy tu novia. Quiero hacerte sentir bien." Dijo Pinkie Pie suavemente. Sintiendo vergüenza por lo que decía, y también algo de temor, pero al mismo tiempo, sintiendo que esa noche quería ser completamente sincera con Dusk. Esa noche... ella quería que Dusk supiera cuanto ella lo amaba.

La parte suave del casco de Pinkie Pie comenzó a acariciar de arriba abajo el miembro de Dusk. Lo que provocó que el potro lavanda inmediatamente alzara su cabeza y apretara sus dientes. Enceguecido fugazmente por el placer de sentir el suave casco de su novia tocando lo más íntimo de su ser.

Viendo que Dusk tuvo la reacción esperada, Pinkie Pie sonrió, dejando de lado lentamente su timidez. Entonces ella agilizó el movimiento de su casco, recordando lo que había leído sobre la estimulación masculina. Tras varios segundos, Pinkie subió su casco y se concentró en la punta del pene de Dusk, moviendo suavemente su casco en círculos en esa sensible zona.

Dusk tuvo que apretar aún más sus labios al sentir que el placer aumentaba. Sintiéndose sorprendido y extasiado al ver que su novia conocía tales técnicas para hacerlo sentir bien. Mientras tanto, Pinkie Pie se mantuvo en todo momento mirando a Dusk. Aún recostada sobre su novio. Lo que provocó que su respiración comenzara a agitarse. Excitándose al ver cómo su amado novio disfrutaba de su suave toque. Sintiendo que ahora su vagina comenzaba también a humedecerse, solo con ver la cara de éxtasis de su novio.