Capítulo 28.2: La Fiera Despierta

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"Después de salir a la superficie, me pareció oír que todo atrás mío se derrumbaba, la cueva, la enorme loma que quedaba arriba de esta... incluso me pareció oír un último y lastimoso rugido final, pero no me importó, yo jamás me di la vuelta, solo volé, volé lejos, más rápido de lo que jamás había volado..." Dijo Fluttershy con tristeza luego de terminar de contarle a Dusk la historia de su pasado. "Cuando llegué a mi casa no tenía fuerzas para nada... Tree Hugger tuvo que darle a Harry la medicina que traje, yo solo me encerré por días en mi pieza, debajo de mi cama... Finalmente Harry se recuperó y pensé que yo podría dejar el recuerdo de ese terrible encuentro atrás, pero no fue así, yo... pasé meses sin poder dormir bien, despertaba en medio de la noche llorando aterrada al recordar lo que vi en esa cueva, incluso, hasta el día de hoy, cada vez que escucho a alguien decir 'dragón', siento como mi sangre se congela, y... no puedo dejar de escuchar aquella macabra risa..."

Finalmente Fluttershy calló, dejando de ver a Dusk, volviendo a mirar al suelo y temblando nuevamente.

"Por favor... No me hagas volver allí..." Agregó Fluttershy con una débil voz suplicante, sin ser capaz de levantar su vista para mirar a Dusk. "Yo... yo quiero ayudar, pero... e-estoy demasiado asustada..."

Dusk miró con preocupación a su tímida amiga, ahora él podía entender mejor a Fluttershy y su reacción ante su petición de que fuera ella quien convenciera al dragón de irse. Lo que Fluttershy le contó fue horroroso, haber caído en la cueva de un dragón, ser engañada por él, conocer desde pequeña lo crueles y sanguinarias que pueden ser ciertas bestias, casi ser devorada, ¡Haber visto cadáveres! Ni siquiera Dusk podía imaginarse lo terrorífico que debió haber sido ver aquello, ya que ni él ni la mayoría de los ponies habían visto jamás tan sanguinario crimen, ya que las tierras de Equestria eran conocidas por ser pacíficas casi en su totalidad, con crímenes de baja índole, pero jamás al punto de que sucedieran crímenes como el asesinato, menos aún por diversión... Y pensar que una joven, tímida y temerosa Fluttershy vivió todo aquello, hizo que Dusk se diera cuenta que lo que su amiga pegaso tenía no era miedo, lo que ella más bien tenía era un grave y profundo trauma, algo que iba más allá de sus capacidades para resolver.

"Ahora entiendo porque a veces ella quería volar o moverse, pero su propio cuerpo no se lo permitía... Es más que increíble que ella se haya forzado a sí misma a venir hasta aquí a pesar de ese trauma que trae consigo..." Pensó Dusk con una mirada de compasión.

"Tú... eres más fuerte de lo que crees..." Dijo Dusk tiernamente, acariciando la melena de la temblorosa Fluttershy. "Tranquila, yo me encargaré de todo, tú aguarda aquí por mí."

Solo la caricia de Dusk Shine fue necesaria para que Fluttershy dejara de temblar. Entonces ella levantó su cabeza para ver al rostro al potro que la calmaba, pero él ya se había dado la vuelta y se dirigía nuevamente con sus amigas a enfrentar a aquella gran bestia que se escondía en la cueva.

Lo único que pudo hacer Fluttershy fue cerrar sus ojos y rogar al cielo para que su querido Dusk volviera y así poder sentir su suave caricia nuevamente.

"¡Por fin vuelves! ¿Y bien? ¿Qué pasó?" Dijo Rainbow Dash algo molesta luego de haber esperado tanto tiempo a que Dusk volviera de hablar con Fluttershy.

Fue entonces que Dusk les contó rápidamente a sus amigas lo que conversó con Fluttershy, la historia de la pegaso y como su amiga parecía tener un trauma de juventud respecto a los dragones. Al terminar de hablar, todas sus amigas pusieron cara de preocupación y dolor al saber por lo que había pasado su amiga y cómo ella había cargado con ese terrible secreto por tantos años sin siquiera contárselo a ellas. Y de todas las yeguas, la que parecía más dolida era Rainbow Dash, quien tenía una mirada de miedo mezclada con enojo, la cual ocultaba de mala manera el hecho que parecía que ella iba a llorar en cualquier momento.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora