T2 Capítulo 24.2: La sonrisa más bella

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Tras terminar de bañar y secar a los bebés, Pinkie Pie salió del baño y llevó a los bebés hasta su habitación. Allí, Dusk Shine se le había adelantado y había aprovechado de ordenar todos los juguetes que los bebés habían dejado tirados por su habitación.

“¡Vaya! Sí que se tomaron su tiempo.” Dijo Dusk con una gran sonrisa, terminando de guardar el último juguete en un baúl.

“Sí… Tenía que asegurarme que los bebés quedaran completamente limpios luego de toda la harina que les cayó encima.” Respondió Pinkie Pie con una sonrisa nerviosa. Alegre de ver que Dusk seguía allí, pero inmediatamente deprimiéndose al pensar que él seguía allí solo porque los señores Cake se lo habían pedido.

Pinkie Pie se acercó hasta la cuna de los bebés, y acostó a ambos potrillos juntos, abrigándolos con unas mantas. Cosa que los bebés inmediatamente se sacaron de encima y comenzaron a moverse y jugar en la cuna.

“Pensé que luego de un baño, les daría sueño. Pero parece que su energía no se acaba nunca.” Dijo Dusk sorprendido. Viendo que los bebés se negaban a quedarse dormidos.

“Así son los bebés… Uaaahh…. Siempre llenos de energía.” Dijo Pinkie Pie, bostezando cansada.

En ese momento Dusk recordó que Pinkie no había dormido en toda la noche, y le pareció curioso ver por primera vez a un pony, o en este caso dos, que tuvieran más energía que la siempre inquieta Pinkie Pie.

“Si quieres puedes ir a descansar. Yo puedo cuidar de los bebés hasta que se duerman.” Dijo Dusk, mirando con una pequeña sonrisa amorosa a Pinkie. Por su parte, la pony rosa miró a Dusk y luego desvió la mirada. Quedándose en silencio algunos segundos.

“Creo… que lo mejor es que te vayas. Puedo seguir cuidando de los bebés yo misma.” Dijo Pinkie Pie. Haciéndosele cada vez más difícil ocultar su mirada triste.

“Pero… aún puedo ayudar.” Dijo Dusk muy decepcionado.

Lo sabía… Ella no quiere que esté a su lado. Sigue molesta conmigo…” Pensó Dusk con tristeza.

“Dusk… Agradezco toda tu ayuda, pero de verdad quiero hacer esto sola.” Dijo Pinkie Pie, mirando fijamente a Dusk con una mirada de súplica. “Confía en mí, yo puedo hacerlo. Quiero que todos vean que también soy una pony confiable. En especial… los señores Cake.” Agregó Pinkie Pie. Dudando en aquella última frase, ya que lo que realmente pensó, fue: ‘En especial, tú.

Viendo que Pinkie Pie estaba decidida a cuidar de los bebés sola, Dusk bajó tristemente su cabeza y aceptó que Pinkie no lo quería a su lado. Tras eso, Dusk se despidió de Pinkie y de los bebés, y salió de Sugarcube Corner.

Una vez en las calles, Dusk caminó lentamente mientras seguía pensando en todo lo que había sucedido en la pastelería. Por alguna razón, había algo que lo incomodaba. Sentía una extraña sensación de que había olvidado algo. Fue entonces que Dusk se detuvo en seco al darse cuenta de lo que era: la sonrisa de Pinkie Pie.

Desde que Applejack le había hecho ver que la sonrisa más grande y tierna de Pinkie Pie era la que ponía cuando él estaba con ella a solas, fue que Dusk no pudo sacarse eso de la cabeza. Y ahora, habían estado juntos por bastante rato, pero Pinkie Pie nunca había puesto esa sonrisa. La sonrisa que Dusk más extrañaba ver.

No solo quiero verla. Yo… ¡La necesito! ¡Necesito volver a ver esa sonrisa en Pinkie Pie!” Pensó Dusk, abriendo grande sus ojos ante esa revelación. Él no solo necesitaba ver esa sonrisa de Pinkie Pie para saber que ella estaba verdaderamente feliz, sino también porque él mismo necesitaba esa paz y alegría que irradiaba de Pinkie cuando sonreía verdaderamente feliz.

Dusk Shine en busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora