Ahora entiendo por qué Tom no quería que viniera, y por qué ambos estaban tan arreglados. El presentimiento me hizo apretar los dedos contra la tela de mi suéter.
—Hola, chicos —saludó una chica rubia, su voz clara se perdió entre los gritos lejanos de la feria.
—Hola, chicas —respondió Tom con una sonrisa que me pareció demasiado ensayada.
—Hola —dijo Jake, mostrando esos dientes perfectos que a mí me roban el aire.
—¿Y ella es…? —preguntó la rubia, mirándome con una ceja arqueada.
Ay, no. Mi estómago se encogió. Por favor, que no sea lo que creo.
—Ah, ella es mi hermana pequeña, Lily —me señaló Tom, como si necesitara aclarar el parentesco—. Lily, ellas son unas amigas de la secundaria.
—Hola, Lily. Yo soy Jun-hee —dijo la rubia, extendiendo una sonrisa impecable. Yo solo pude sonreír con timidez.
—Y ella es Yuri —añadió, señalando a la chica de cabello castaño.
—Bien, vamos a divertirnos —intervino Jake de repente, y empezó a caminar junto a la castaña.
—Jake, ¿por qué no vamos a comprar accesorios? Por favor —pidió Yuri, frunciendo los labios en un puchero calculado.
Rodé los ojos sin querer.
—Está bien, Yuri. Vamos —accedió él.
Nos dirigimos al local de accesorios. Las luces de neón parpadeaban en tonos rosados y azules, lanzando destellos que se reflejaban en el cabello de Yuri. Ella probaba diademas, pulseras y collares, moviéndose con la confianza de quien sabe que atrae miradas.
—¿Qué tal esta diadema, Jake? —preguntó, colocándole una en la cabeza.
—No, gracias —respondió él, quitándosela con una risa suave.
Mi vista se desvió hacia Tom, que conversaba con Jun-hee. ¿No tiene novia en Seúl? La imagen de él riendo con esa chica me hizo fruncir el ceño.
Al final, Yuri compró una pulsera a juego con la de Jake. Una punzada me atravesó el pecho: ¿será que ya son algo?
—Bien, vamos a la montaña rusa —anunció Tom, acercándose con un brillo extraño en la mirada.
—¡Sí, vamos, Jake! —gritó Yuri, aferrándose a su brazo.
Yo negué con la cabeza. Mi humor había caído en picada. No podía fingir. Me dolía aceptar que algún día Jake se enamoraría de alguien que no soy yo… si es que eso no ha ocurrido ya.
—Fue divertido —exclamó Jun-hee al bajar—. Vamos al barco, ¿sí?
—Sí, subamos, Jake —insistió Yuri, aún tomada de su brazo.
Me quedé en silencio. El bullicio del parque —los gritos, las risas, el chirrido metálico de los juegos— parecía apagado dentro de mí.
Jake se acercó, inclinándose para mirarme. —¿Estás bien? —preguntó, su ceño fruncido revelando preocupación.
—Sí, claro —mentí, forzando una sonrisa.
—Vamos, Jake —llamó Yuri de nuevo.
Jake no se movió de inmediato. —Vamos, Lily —dijo, extendiéndome la mano.
—No, Jake. No quiero subirme —respondí, soltándome antes de que su calor me derritiera.
—¿Entonces a dónde quieres ir? —insistió, buscando mi mirada.
—Jake, vamos —repitió la voz de Yuri, cada vez más impaciente.
—Ya voy, Yuri —contestó él, girándose hacia ella.
—Solo ve, Jake. Yo los espero aquí —dije con otra sonrisa forzada.
—Jake —la castaña lo llamó una vez más.
Finalmente él se alejó con ellas. Escuché sus gritos cuando el barco vikingo comenzó a balancearse. Cada risotada era como una piedra cayendo en mi pecho.
—Vamos allí —propuso Jun-hee, señalando una máquina de peluches que destellaba con luces amarillas.
Pagaron las fichas. El sonido metálico de la garra bajando me taladraba los oídos.
—Mira, Jake lo logró —gritó Yuri, emocionada.
—Wow, es la primera vez que veo que alguien lo consigue —dijo Jun-hee, sorprendida.
Tom sonrió, orgulloso.
—Para mí no hay imposibles —Jake se encogió de hombros, un poco presumido.
—Gracias, Jake. Está muy lindo el león —dijo Yuri, mostrando una hilera perfecta de dientes blancos.
Tom pasó su brazo sobre mis hombros, acercándome. —¿A dónde quieres ir, hermana?
—La verdad… tengo hambre —admití, buscando refugio en la comida.
—Bien —aceptó él, y nos dirigimos a un local de comidas.
Nos sentamos los cinco en una mesa pegajosa de plástico rojo. El aroma a pollo frito y salsa picante impregnaba el aire.
—Así que eres la hermana de Tom. Nunca te mencionó —comentó Jun-hee mientras revolvía su soda con la pajilla.
—Bueno, nadie anda hablando de sus hermanos todo el tiempo. De hecho, Heeseung me dijo lo mismo —respondí, tomando un sorbo frío.
—¿Conoces a Heeseung? —preguntó la rubia con un brillo curioso en los ojos.
—¿Desde cuándo lo conoces? —Tom frunció el ceño, bajando su vaso.
—Desde la fiesta, ¿no te acuerdas? —dije, obvia.
—Ah, sí, verdad —murmuró, volviendo a su pollo.
—Me imagino que sigue igual de lindo —comentó Jun-hee con una sonrisa traviesa.
—Ella siempre estuvo enamorada de él —rió Yuri, negando con la cabeza.
—Sí, supongo —respondí, intentando restarle importancia, aunque el simple nombre de Heeseung hacía que mi estómago diera un salto.
—Jake y Tom solo nos miraban, en silencio.
—Sabes, es muy amable y… —alcancé a decir, pero Jun-hee me interrumpió.
—Coqueto, ¿no? —alzando las cejas.
—Sí —admití, entornando los ojos.
—Nunca cambia —dijo, riendo con un dejo de nostalgia.
Tom dejó el tenedor a medio camino. —Espera, ¿cómo sabes eso? —preguntó, tomándome del brazo.
—En la fiesta hablamos un rato. Me pareció un buen chico —me encogí de hombros.
—Este imbécil… —Tom se levantó de golpe y sacó su celular.
—Creí que no se lo dirías —murmuró Jake antes de ir tras él.
—¿Cuál es el problema? —pregunté, genuinamente confundida.
—Es que es Heeseung —Jun-hee sacudió las manos, quitando migas de comida de su falda.
—Sí, Heeseung es muy conocido por ser coqueto —añadió Yuri, inclinándose hacia mí—. En la secundaria era el rey. Casi todas estábamos enamoradas de él, pero solo quería divertirse. Muchas decían que era muy bueno en la cama —abrí los ojos, sorprendida por su descaro— y a las chicas no les importaba. El solía conquistar a cualquiera, incluso estuvo con la hija del director.
—¿Y tú estabas enamorada de él? —pregunté, alzando las cejas.
—Sí. Y él me coqueteó una vez. Me dijo que nos acostáramos, pero yo le dije que no.
—Porque estabas enamorada de él, y sabías que solo quería divertirse —añadió Yuri con una sonrisa ladeada.
—Y no sabes cuánto me arrepiento. Al menos habría tenido una parte de Heeseung —confesó Jun-hee, bajando la voz con un dejo de risa amarga.
Las luces del parque seguían girando afuera, como si nada de todo esto importara, mientras mi cabeza latía al ritmo de un solo nombre: Heeseung.
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La Excepción - Sim Jake
Teen FictionLily ha estado enamorada de Jake desde que tiene memoria. El problema es que Jake es el mejor amigo de su hermano... y la sigue viendo como "la hermanita". ¿Pero qué pasa cuando ella ya no es tan pequeña, y él empieza a notarlo? ✓ historia heterosex...
