Salí de la universidad directo a buscar empleo. Mi mochila pesaba más por la incertidumbre que por los cuadernos. Recorrí varias calles llenas de estudiantes y pequeños negocios; entré en dos panaderías y un par de tiendas, pero en todas me dijeron que no necesitaban personal. Empezaba a sentir ese vacío en el pecho que deja la frustración cuando, al doblar una esquina, vi una cafetería encantadora. Tenía grandes ventanales que dejaban escapar el olor a café recién molido y pan dulce. El aroma me envolvió al instante, dándome un pequeño empujón de esperanza.
—¿Puedes decirme tu nombre? —preguntó la encargada, una mujer de mediana edad con delantal negro, mientras me hacía pasar detrás del mostrador.
—Soy Lee Lilibeth —respondí con una reverencia torpe, los nervios apretándome la garganta.
—Supongo que buscas empleo de medio tiempo —dijo mientras nos sentábamos en una pequeña mesa junto a la ventana.
—Sí, señora —asentí frenéticamente—. Soy universitaria ahora, así que necesito trabajar.
—¿Tienes experiencia en este tipo de negocio? —preguntó, frunciendo el ceño.
—En realidad… no —contesté, bajando un poco la voz.
—¿Nunca has tenido empleo? —sus cejas se alzaron con sorpresa.
—Así es —admití, sintiéndome de pronto muy pequeña.
La mujer juntó las palmas sobre la mesa y suspiró. —Es un trabajo difícil.
—Pero si me da la oportunidad, prometo que haré todo lo posible por aprender rápido —dije, inclinándome hacia ella, casi suplicante.
—No lo sé, niña —respondió, pensativa.
—Aprendo rápido, se lo juro. No la defraudaré —insistí, con la mirada suplicante de un cachorro que busca cobijo.
Pasaron unos segundos que parecieron eternos antes de que ella suspirara y sonriera apenas. —De acuerdo, te daré la oportunidad. Respiré hondo, sintiendo el alivio recorrerme. —Tendrás la ayuda de un compañero para aprender.
—¡Sí, señora! No se arrepentirá —dije con una seguridad que apenas podía sostener.
Salí de la cafetería con una sonrisa que no me cabía en el rostro. La emoción me llenaba el pecho; necesitaba este trabajo, no solo por el dinero, sino porque no quería que mi mamá y mi hermano cargaran con todo. Tomé el autobús que Tom me había indicado para regresar al apartamento, el paisaje urbano pasando rápido tras las ventanas empañadas.
Cuando llegué, me quedé frente a la puerta, tratando de recordar la clave que Tom me había dicho. —¿Cuál era? —murmuré para mí misma, presionando números al azar.
La puerta se abrió de repente y quedé de pie frente a la última persona que quería ver en ese momento.
—Lily —dijo Jake, sorprendido.
Ignoré su saludo e intenté entrar, pero una chica apareció detrás de él, con una ceja arqueada.
—Ten más cuidado —comentó con tono cortante, evaluándome de arriba abajo.
Tragué saliva sin responder. Jake apartó la mirada, como si de pronto el suelo fuera lo más interesante del mundo. Mi corazón latía desbocado, una mezcla de celos y orgullo herido. Entré sin mirar atrás y me dirigí a mi habitación, decidida a no darles el gusto de verme afectada.
Dentro, hice mis tareas mientras escuchaba música. Las palabras de la clase se mezclaban con el sonido de mi propia respiración, todavía agitada por el encuentro. Un golpe fuerte en la puerta me hizo quitarme los audífonos.
—Lily, ¿estás ahí? —la voz de Tom resonó con impaciencia.
—Ya voy —respondí con pereza.
Salí al rato, consciente de que si no lo hacía volvería a gritar. En la sala, Tom y Jake jugaban videojuegos, la pantalla iluminándoles el rostro con destellos de colores.
—¿Qué quieres? —pregunté, cruzándome de brazos.
—¿Qué estabas haciendo? —preguntó Tom sin apartar la vista del juego.
—Un trabajo —dije, molesta por su tono inquisitivo.
De pronto, Tom apagó la consola y me miró con seriedad. Jake también levantó la vista.
—¿Por qué estabas hablando con Park Sunghoon? —preguntó mi hermano, con una dureza que me sorprendió.
—¿De qué hablas? —fruncí el ceño—. Puedo hablar con quien quiera.
—Eso es cierto —intervino Jake, dándome la razón—. Pero solo hasta cierto punto.
—¿Cuál es el problema? Sunghoon fue muy amable conmigo, nada más. Además, es lindo —solté, quizá con un poco de provocación.
—Voy a fingir que no escuché eso —Tom rodó los ojos—. No creo que sea buena idea que hables con él.
—No soy una niña, Tom. Puedo decidir con quién hablo —respondí, el enojo quemándome las mejillas—. Y Sunghoon me parece un buen chico. —Me giré y caminé hacia la cocina para servirme un vaso de agua.
Detrás de mí, la voz de Jake me alcanzó como un eco que removía todo lo que intentaba enterrar.
—Tom solo quiere protegerte.
Me quedé en silencio, concentrada en el agua fría que llenaba el vaso, tratando de ignorar el efecto que su voz aún tenía sobre mí. No quería que supiera cuánto seguía importándome.
—Es que Sunghoon no es muy sociable —continuó Jake, su tono más suave—. Parece que odiara a la raza humana. Es raro que de pronto haya decidido hablar contigo.
Seguí bebiendo sin responder. Era mejor así. Yo misma debía decidir con quién relacionarme. No era la niña de antes que se dejaba convencer por cualquier palabra suya.
Cuando salí de la cocina, escuché a Tom hablar en voz baja mientras Jake se dejaba caer en el sofá con las manos en el bolsillo de su sudadera.
—¿Qué te dijo? —preguntó Tom.
—Nada —Jake sonaba frustrado—. Es muy terca.
—¿Por qué crees que alguien como Sunghoon decidió acercarse a ella? —Tom arrugó el ceño, preocupado.
—No lo sé —Jake clavó la mirada en el suelo—.
—Pero si ese idiota le hace daño, lo voy a matar.—
—Esperemos que no sea así —murmuró Jake, intranquilo.
Claro que para Jake era inquietante. Sunghoon siempre se había comportado como si odiara al mundo. Nunca hablaba con nadie, aunque las chicas suspiraran por él y todos los chicos quisieran ser sus amigos porque parecía tener una especie de aura de peligro. Además, era rico. A Sunghoon nada le importaba… hasta hoy.
¿Por qué, precisamente, había decidido hablar con Lily? Esa pregunta, tan simple como venenosa, le quemaba por dentro.
ESTÁS LEYENDO
La Excepción - Sim Jake
Teen FictionLily ha estado enamorada de Jake desde que tiene memoria. El problema es que Jake es el mejor amigo de su hermano... y la sigue viendo como "la hermanita". ¿Pero qué pasa cuando ella ya no es tan pequeña, y él empieza a notarlo? ✓ historia heterosex...
