Thirty Nine

456 42 10
                                        

Después de mirarnos durante unos segundos, intentando convencernos de que realmente estaba pasando, de que al fin podíamos estar juntos… su sonrisa me devolvió ese huracán de emociones que siempre habían estado ahí. Pero ahora, ya no tendría que esconderlas.

—¿Puedo besarte? —pregunté, aguantando una risa nerviosa.

Él asintió, con esa sonrisa coqueta que tanto me derretía.

Me acerqué a él con toda la intención, rodeando torpemente su cuello con mis brazos. Sentía que las piernas me fallarían de lo acelerado que iba mi corazón.

—¿Qué creen que hacen? —interrumpió la voz molesta de mi hermano, con los brazos cruzados.

—¡Tom! —murmuró Jake, retrocediendo un poco.

Mi hermano nos miraba en silencio, esperando una explicación.

—Tú ya sabes, Tom... —dije, algo molesta por su interrupción.

—¡Ya somos novios! —exclamó Jake, demasiado emocionado.

—Felicitaciones, par de tontos —respondió mi hermano con una mueca burlona—, pero no se besen frente a mí.

—¡Eso no es justo! —fruncí el ceño.

Había esperado tanto por este momento… y mi hermano tenía que arruinarlo.

—No me interesa. No quiero ver esa escena —dijo con asco fingido—. Jake, ¡contrólate con mi hermana!

Se marchó rápidamente a su habitación. Yo miré a Jake, algo desconcertada.

—A veces quisiera... —me detuve antes de terminar la frase.

—Lo entiendo —dijo Jake, sonriendo con calma—. Eres su hermana, y para él debe ser extraño ver a su mejor amigo besando a su hermanita.

—Casi pareces perfecto —comenté, admirando su forma de ser.

—Descuida. Esta noche tendremos nuestra primera cita oficial —me guiñó un ojo.

Me giré hacia otra dirección para que no notara mi sonrisa tonta ni lo roja que estaba.

—Tengo que hacer algunas cosas. Te veo más tarde —se acercó, me besó la frente—. Te quiero —susurró antes de irse.

Jake fue a ducharse y alistarse para salir. Tenía un nuevo proyecto de la universidad que debía terminar con su grupo.

Mientras tanto, yo preparaba el almuerzo. Vi a mi hermano salir de su habitación y dirigirse al refrigerador. El silencio entre nosotros era incómodo, pero sabía que él esperaba que yo rompiera el hielo.

—Seremos tú y yo en el almuerzo —dije, haciendo una mueca.

—Supongo —respondió sin mucho ánimo.

—Pensé que estabas de acuerdo con mi relación con Jake —me acerqué con cautela.

—Lo estoy —suspiró—. Me alegro por ustedes, de verdad. Pero... es extraño, Lily.

—Porque soy tu hermana y él tu mejor amigo —concluí, bajando la mirada.

—Exacto. Jake es como un hermano, pero tú eres mi sangre. Y si algo sale mal... —murmuró, visiblemente intranquilo.

—¿No confías en él? —pregunté con suavidad.

—Confío. Es un buen chico. De hecho, creo que es lo mejor para ti —se encogió de hombros—. Pero nunca sabes lo que puede pasar. Eso me preocupa.

Lo entendía. El futuro siempre es incierto, y el temor a que algo se rompa es real. Jake y yo estamos enamorados, sí, pero eso no garantiza nada. Y si nos equivocamos, también podríamos romper lo que tenemos con él.

—No quiero ser el aguafiestas —añadió rápidamente—. Les deseo lo mejor. Solo… tardaré en acostumbrarme —rió, aliviando la tensión.

Reí con él.

—Estoy segura de que todo saldrá bien. No te preocupes.

Más que darle tranquilidad a mi hermano, me lo decía a mí misma. Tenía que creer que esta vez, las cosas irían bien.

---

Cuando cayó la noche, estaba lista para nuestra cita. Elegí un outfit casual, cómodo, pero lo suficientemente abrigado para soportar el frío de Seúl.

—Estás deslumbrante —dijo Jake apenas me vio, con ojos brillantes.

—Gracias —respondí con una sonrisa tímida.

Salimos del apartamento mientras él rodeaba mi cintura con su brazo. Me abrió la puerta del auto como todo un caballero. Siempre lo había sido. Era justo lo que había soñado tantas veces.

El restaurante era pequeño pero acogedor. Ya había algunas parejas cenando. Jake me acomodó la silla, y luego de ordenar, quedamos mirándonos en silencio. Pero no era incómodo. Era como si estuviéramos redescubriéndonos.

—Siento que estoy soñando —dijo Jake.

—Dímelo a mí —respondí, riendo.

—No quiero parecer idiota, pero… ¿cuándo te enamoraste de mí? —preguntó, tomando un sorbo de vino.

Miré a un lado, pensativa.

—Creo que fue desde siempre —admití—. Desde que te conocí. Siempre fuiste cálido, y me sentía segura contigo. Podía ser yo misma cuando me mirabas.

Jake abrió los ojos, sorprendido.

—No sabía que te hacía sentir así.

—Tú querías protegerme. Pero fuiste tú quien me salvó, muchas veces, sin darte cuenta.

—No te merezco —murmuró, moviendo la cabeza.

—Claro que sí. Me amas, ¿no? Eso es suficiente para mí.

Jake asintió, y vi cómo su mirada se iluminaba de ternura.

—Hablé con mi hermano. Está un poco preocupado —comenté.

—Me lo imaginé —suspiró—. ¿Le preocupa que falle?

—Sí… pero confía en ti. Solo es miedo.

—No es el único con miedo —confesó—. Yo también lo tengo. Después de tanto tiempo por fin me abrí, siento que te encontré... y tengo miedo de arruinarlo.

Se me encogió el corazón.

—Yo también tengo miedo —le dije—. Pero confío en ti, Jake. Estaremos bien.

Nos miramos, y sentí que esa frase era más que una promesa. Era una decisión.

Apostar por el amor. Apostar por nosotros.

A mi no me gusta... A mi me encantaaaa ❤️❤️

Estoy trabajando mucho en entregarles lo mejor 😸

Comenten y denle amor al capítulo ▫️▫️▫️

La Excepción - Sim Jake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora