La noche estaba cargada de luces de neón y música que hacía vibrar el piso. Estaba en la fiesta con Sunghoon, como solíamos hacer algunos fines de semana, pero hoy había algo distinto en el aire. Él mismo lo había dicho cuando me invitó: “será un día especial”. No entendí del todo a qué se refería, solo supe que quería acompañarlo.
—¡Otro trago, por favor! —pedí al chico de las cervezas, alzando la voz para que me escuchara entre el estruendo de la música.
—Creo que deberías dejar de beber ya —dijo Sunghoon, frunciendo el ceño. Su mirada estaba llena de una preocupación que intentaba disimular, pero se le escapaba en cada palabra.
—¡Estamos celebrando! —respondí, alzando mi vaso con una sonrisa que no era tan brillante como pretendía.
—Ven, vamos a un lugar más silencioso —propuso, tomando mi mano con firmeza para guiarme.
El contacto de su mano era cálido, protector. La verdad, ya me sentía mareada, pero mi cuerpo pedía seguir bebiendo, seguir riendo, seguir olvidando. Había estado bailando toda la noche con Sunghoon, y su compañía era una especie de refugio, aunque no el que mi corazón realmente anhelaba.
Nos alejamos hasta un sillón apartado. El bullicio de la fiesta quedaba atrás, convertido en un eco lejano. Me dejé caer con mi vaso en la mano, fingiendo una alegría que ya no lograba sostener.
—¿Por qué estás bebiendo tanto hoy? —preguntó, inclinándose hacia mí para hacerse escuchar.
—Me ayuda a… olvidar… —murmuré, pasando una mano por mi nariz, intentando contener la verdad.
—¿Olvidar? —repitió, confundido.
Reí de manera exagerada, como si esa risa pudiera borrar lo que sentía.
—Solo quiero divertirme —intenté cambiar de tema, pero su mirada insistente me desarmaba.
—Dime qué quieres olvidar —susurró, apartando un mechón de mi cabello para colocarlo detrás de mi oreja. Ese gesto tierno, casi íntimo, me hizo temblar.
Tragué saliva. Su cercanía me empujaba a hablar, aunque parte de mí quería huir.
—Al amor de mi vida —confesé finalmente, con una sonrisa amarga.
—¿Por qué? —su voz era un hilo de curiosidad y preocupación.
—Porque lo quiero olvidar… siempre lo he amado tanto, y es difícil —las palabras salían arrastradas, borrachas de tristeza—. Lo amo con todo mi corazón. Durante muchos años él ha sido el único para mí. Y lo peor… es que sigue siendo el único.
Sunghoon suspiró, tratando de entender. No dijo nada más. Yo tampoco. Tal vez era mejor así.
Después de un rato, notó que empezaba a cabecear, agotada por el alcohol. Se ofreció a llevarme a casa. Apenas podía mantenerme en pie, pero me aferraba a su brazo como si el mundo girara demasiado rápido.
—Sunghoon, no quiero entrar aún —me recosté contra la puerta del apartamento, con el cuerpo pesándome.
—Lily —dijo mi nombre con una mezcla de ternura y reproche.
—Park, aún es muy temprano —protesté, arrastrando las palabras.
—Son las tres de la madrugada —respondió con una media sonrisa, aunque en sus ojos había una tristeza que no comprendí del todo—. Te veré mañana. —Se inclinó para besar mi frente.
—¡Espera! —atrapé su mano antes de que se apartara—. No te vayas.
—Lily, es hora de irme.
—Dijiste que hoy me dirías algo especial —reclamé, recordando sus palabras.
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La Excepción - Sim Jake
Teen FictionLily ha estado enamorada de Jake desde que tiene memoria. El problema es que Jake es el mejor amigo de su hermano... y la sigue viendo como "la hermanita". ¿Pero qué pasa cuando ella ya no es tan pequeña, y él empieza a notarlo? ✓ historia heterosex...
