Resentimientos Enmascarados

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Pov Poché

La puerta de la oficina se abre con un susurro apenas perceptible bajo el peso de mi mano y entro con cautela, quedando congelada con la imagen ante mí...Mis pasos se detienen en seco al ver la escena: Daniela y Johan, entrelazados en un beso ardiente en medio de la oficina. Ella rodea su cuello y el muy idiota tiene una mano en la cintura de Daniela mientras que con la otra acaricia con devoción su trasero.

La sangre hierve en mis venas ante lo que veo. En mi interior explota una mezcla de furia y repulsión al tener frente a mí al hombre que asesinó a mi familia, y no solo por eso, sino también por algo más, algo que me niego a reconocer.

La feliz pareja se separa abruptamente de su abrazo y beso al notar mi presencia. Ella abre los ojos con sorpresa, sus labios están húmedos por el beso que acaba de compartir con su esposo. Johan, por otro lado, parece completamente ajeno a mi presencia, como si no le importara en lo absoluto ser sorprendido en un momento intimo en la oficina de su esposa.

Daniela limpia sus labios con la yema de sus dedos y luego pasa las manos por su cabello, visiblemente incomoda por ser sorprendida en esta situación.

—Perdón por entrar de esta manera, Nela no está y necesitaba hablar contigo —me disculpo por irrumpir en su espacio sin permiso— Pero fue un atrevimiento de mi parte entrar sin tocar la puerta antes —mi voz suena ronca, cargada de la tensión que me embarga.

Daniela alisa su falda, ajustando su postura profesional —Estamos de acuerdo en que has debido tocar la puerta y esperar mi autorización para entrar.

—Lo siento de verdad, no fue mi intención interrumpir su...su —murmuro sin saber cómo terminar la frase sin ser grosera, sin embargo deseo decirle algo insolente, para hacerla sentir avergonzada.  Pero mi intención queda suspendidas en el aire cuando ella, aún incomoda, se apresura a presentarme a su esposo.

—Johan, ella es María José Guzmán. La nueva COO de la agencia.

Él extiende su mano con una sonrisa cortés, ajeno al torbellino de emociones que ruge dentro de mí. Mi mandíbula se tensa, conteniendo la ira que amenaza con desbordarme, lo menos que quiero, por más difícil que sea, es permitir que mis emociones me traicionen justo ahora.

—Encantado de conocerte María José. He escuchado mucho sobre tu impresionante experiencia laboral —su voz ante Daniela puede sonar amistosa, pero vacía para mí.

‹‹Maldito, mil veces maldito››

Me veo obligada a estrechar su mano, disimulando la aversión desmedida que me roe el alma, al tener que tocar al hijo de puta que acabó con mi familia. Mantengo una expresión tranquila y fuerzo una sonrisa amable mientras le estrecho la mano, ignorando el impulso de apretársela con fuerza en un gesto de desprecio, pero mantengo la mesura ante el hombre que, sin saberlo, es el objetivo de mi más profunda venganza.

—El placer es mío, Johan. Y fíjate que, por el contrario, yo no he escuchado nada sobre ti —mis palabras van cargadas de una ironía apenas disimulada. Mi mirada chispea con una mezcla de altivez y desdén.

—No hay mucho que saber de mí, más allá de que soy el afortunado y dichoso esposo de Daniela —responde a mis palabras con una sonrisa de orgullo y con una pizca de arrogancia— Y eso es más que suficiente ¿No crees? —sostiene a Daniela de la cintura, acercándola a él y besa su mejilla.

Mi cuerpo se tensa ante lo posesivo de su agarre. La rabia sigue burbujeando en mí, pero sé que no puedo dejar que mi ira se manifieste abiertamente. En su lugar asiento con una sonrisa despreocupada.

Entre El Odio Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora