Cayendo En La Tentación

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Pov Daniela

—¿Me deseas? —exhala esas palabras lentamente.

Mi centro palpita al sentir su aliento en mi oído —Te deseo —le confirmo— Y tú ¿me deseas? —afirma con un movimiento de su cabeza— ¿Cuánto? —pregunto ansiosa por saber que tanto es su deseo por mí.

—Te voy a demostrar cuánto te deseo con acciones en lugar de expresártelo en palabras —asegura mientras recorre con besos húmedos la línea de mi mandíbula.

Baja sus manos por mis muslo y alza mi vestido lo suficiente para que una de sus mano acceda a mis bragas. Presiona sus dedos por encima de la tela, trazando círculos sobre mi zona erógena y no puedo reprimir el fuerte gemido que suelto y el cual temo que alguien haya escuchado. Ese temor me devuelve un poco de sensatez y me hace darme cuenta de la locura que estoy a punto de cometer. Ella al parecer nota mi vacilación y acerca su boca a mi oído mientras sus manos suben a mi cintura acariciándola con suavidad y comienza a besar detrás de mi oreja, haciéndome sentir una placentera punzada entre mis piernas, no dejando que salga del estado de excitación en el que me encuentro.

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—Déjate llevar —murmura sensualmente arrastrando sus labios por mi piel— Cierra los ojos y siente lo divino que se sienten mis manos sobre tu cuerpo —pasea sus manos con libertad por mi cintura y mis muslos— Siénteme...Disfruta del momento Alexandra — como me gustaría escuchar mi verdadero nombre salir de su boca con tanta pasión y deseo.

Comienza a besar el hueco de mi garganta con tanto erotismo que me cuesta no pensar en otra cosa que no sea entregarme a ella, mi respiración se hace más pesada y cierro mis ojos disfrutando la sensación de sus labios en mi piel. Necesito salir con urgencia de sus brazos antes de que sea demasiado tarde, pero el deseo de sentir sus manos acariciando mi cuerpo es mucho mayor. Quiero intentar detener esta locura, pero algo más fuerte en mi interior me indica que ya es demasiado tarde, que deseo estar con ella, algo en mí me incita estar con ella...Aunque sea una sola vez.

Toma con su mano mi cuello y me atrae hacia ella. Delinea mi labio inferior con su lengua, separo ligeramente mis labios y lo toma como una invitación para introducir su lengua en mi boca. La forma en que su lengua arropa la mía me fascina...‹‹¡Dios, besa tan condenadamente rico!›› Rompe el beso de repente y fija su mirada penetrante en la mía, en sus ojos puedo ver el deseo que siente por mí y a la vez puedo detectar algo de súplica en ellos. María José me está dando la oportunidad de que detenga esta insensatez, pero sus ojos me piden que no lo haga y me entregue por completo a ella. Embelesada ante su hechizante hermosura, llevo una de mis manos a su rostro y trazo el contorno de sus labios, el perfil de su nariz, la espesura de sus cejas, la línea perfecta de su mandíbula ‹‹¿Cómo es posible que sea tan bella?›› 

 Una parte de mí me grita que aproveche el respiro que me está otorgando y me vaya, pero la otra parte me grita que me dejé llevar...Y me asusto al darme cuenta cual parte es la ganadora. María José decide que ya me dio el tiempo suficiente para detenerla, así que se acerca para besarme con fuerza, con pasión, con deseo y le respondo con la misma intensidad, ella acaricia mis piernas, enviando corrientes eléctricas a mi zona, desconocía que se podía sentir tanto con solo unas caricias. Mi cuerpo está caliente, deseoso de ser poseído por ella. Ya no puedo reprimir más mis ganas, su exquisito perfume combinado con su aliento a whisky me tiene enloquecida, sin duda alguna...Me tiene a su merced. 

Enredo mis dedos en su cabello y la beso con desespero mientras me aprieto contra ella con más fuerza. Deja resbalar sus labios por mi cuello, besándolo y lamiéndolo, dejando algunas mordidas en él que me hacen mojarme mucho más de lo que ya estoy. Sus manos se deslizan por mis muslos hasta llegar al borde de mi vestido y termina de subirlo lentamente hasta mi cintura dejando mi trasero al aire. Suspiro profundo ahogando un gemido en mi garganta cuando uno de sus dedos se abre paso por el lateral de mis bragas y bordea mi clítoris apenas rozándolo causándome ligeros espasmos. Me aferro con fuerza a su espalda, lo que más deseo en este momento es que esta hermosa y ardiente mujer, me penetre con sus dedos y me haga suya. Me sorprendo a mi misma al ver como ansío tanto algo que es completamente desconocido para mí. Aunque sé que esto terminara mal, no soy capaz de hilvanar ni un solo pensamiento racional, mi voluntad se ha rendido, ha perdido toda su fuerza ante ella. Sé que esto está mal, que lo que estoy haciendo es horrible, una completa y absoluta falta de respeto hacia mi esposo, a los valores que me han inculcado mis padres, que posiblemente estoy arruinando todo por una simple calentura, pero lo que su boca me hace sentir, lo que sus manos provocan en mi cuerpo con tal intensidad es increíble...Simplemente magnífico. No puedo detenerme y no quiero detenerla, no importa el mañana ni las consecuencias de este encuentro fugaz. En este momento me entrego al deseo y a la pasión desenfrenada, dejando que el fuego de esta atracción ilumine el camino incierto que se extiende ante mí.

Entre El Odio Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora