Me Fascinas

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Pov Daniela

"Antes de salir de la sala de juntas, María José me mira fijamente, levanto una ceja, cuestionando su mirada intensa —¿Pasa algo?"

"Sonríe de manera sincera —Nada, no pasa nada. Solo quería decirte que te ves hermosa hoy"

Al recordar sus palabras, una pequeña sonrisa boba se forma en mis labios, una expresión que solo aparece en mi rostro cuando estoy sola y mis pensamientos se dirigen hacia ella.

Sacudo mi cabeza y regreso mi atención al trabajo. Mi escritorio está lleno de informes y documentos, nuevamente fijo mi mirada en la pantalla de mi computadora, repasando los proyectos afectados por los problemas técnicos que nos aquejan. Un suspiro escapa de mis labios ante el panorama, me froto los ojos con cansancio, el estrés y la fatiga comienzan a hacer mella en mi cuerpo y en mi ánimo. Estoy a punto de llamar a Nela para que me traiga algo ligero para almorzar cuando escucho un suave golpeteo en la puerta.

—Adelante —digo, autorizando la entrada.

La puerta se abre y en su marco aparece María José, sosteniendo unas bolsas con comida en sus manos. Una sonrisa se dibuja en su rostro mientras cruza la habitación hacia mí.

—¡Hola! —saluda con entusiasmo— Le dije a tu asistente que quería sorprenderte, por eso no me anunció —explica con una amplia sonrisa— Espero no interrumpir. Traje algo de almuerzo.

No puedo evitar sonreír ante su gesto amable, sintiendo un pequeño destello de alegría en medio del caos que rodea la agencia. Una sensación cálida se apodera de mí al verla allí, con esa sonrisa tan contagiosa.

—¡Hola! Tranquila, no interrumpes en absoluto. De hecho, es un alivio tener algo de compañía en medio de este caos —respondo sinceramente, levantándome de mi silla para recibirla —¿Qué has traído para almorzar? —pregunto, curiosa por saber qué ha elegido.

Ella se acerca y alza ambas cejas al ver el desorden en mí escritorio —Deja eso así —dice ante mi intento de organizar un poco— Ven, sentémonos acá —señala el sofá que hay en la oficina y coloca las bolsas sobre la mesa del centro. Ella saca de una de las bolsas unos recipientes y los coloca frente a ella con orgullo —Es poke, espero que te guste.

—¡Me encanta el poke! —respondo entusiasmada, tomando asiento en el sofá junto a la mesa.

—¿Qué haces? —arruga su entrecejo

—Mmm... sentándome para comer —encojo los hombros, dudosa.

—Hazte acá, en el piso, junto a mí —se sienta en la alfombra frente a la mesa del centro y decido sentarme a su lado. Saca el resto de los recipientes de comida y las bebidas. Los coloca sobre la mesa y me entrega uno.

—Gracias —tomo el envase con una sonrisa, encantada por su gesto amable.

—Estaba en mi oficina y pensé que podríamos almorzar juntas y charlar un poco. Además, tengo una buena noticia que darte —explica mientras se recuesta contra el sofá, creando un ambiente relajado y distendido.

Poke y una buena noticia. Vaya manera de alegrarme el día.

—Ojalá pudiera alegrarte todos los días de tu vida —mi corazón late un poco más rápido ante sus palabras. Me mira con intensidad por unos segundos, luego, ante mi incapacidad de respuesta, desvía su mirada para agarrar su comida— Contacté al asesor externo del que te hablé, va a venir a la agencia a finales de esta tarde para comenzar a trabajar en la situación del sistema —me cuenta la buena noticia— Creo que con su ayuda podremos resolver este problema mucho más rápido.

Entre El Odio Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora