Besame

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Pov Daniela

-Me lo estás haciendo muy difícil, María José -digo, mi voz apenas un susurro.

Ella frunce el ceño ligeramente, sin entender a qué me refiero -¿Difícil? ¿A qué te refieres?

Tomo una respiración profunda, sabiendo que estoy a punto de cruzar una línea que he estado evitando.

-Me estás haciendo muy difícil querer alejarme de ti -confieso, sintiendo cómo el peso de mis palabras cae entre nosotros.

María José parpadea, sorprendida por mi confesión. Pero entonces, una sonrisa suave y cálida aparece en su rostro. Se acerca aún más, hasta que nuestras frentes casi se tocan.

-Entonces, no te alejes -susurra- Quédate conmigo.

Siento que el mundo se desvanece a nuestro alrededor, y todo lo que importa es la mujer que tengo frente a mí. La fiesta, la gente, los problemas... todo se desvanece en ese momento.

-María José... -comienzo, pero ella coloca un dedo suavemente sobre mis labios, silenciándome con un gesto tierno.

-Shh. No pienses tanto. Solo... déjate llevar -acaricia suavemente mi labio inferior.

Y en este momento, hago exactamente eso...dejarme llevar. Dejo que mis sentimientos tomen el control y me pierdo en su mirada, sabiendo que, pase lo que pase, no quiero estar en ningún otro lugar que no sea a su lado.

Baja su otra mano rozando mi cintura con una delicadeza que contrasta con la intensidad de mis sentimientos.

>>Daniela... -susurra, con su voz cargada de sensualidad- Prometí que no intentaría besarte. Pero por favor, pídemelo. Pídeme que te bese.

Mi respiración se acelera, y por un momento, todo lo demás en mi cabeza desaparece. Solo existimos nosotras dos en este instante. Su mirada es un ruego, un deseo que se refleja en mis propios ojos.

-María José, yo... -mi voz tiembla, incapaz de formar las palabras.

-Por favor, Daniela -su tono es casi una súplica- Solo di la palabra.

Mi corazón late con tanta fuerza que siento que va a explotar. Mis dedos se entrelazan en su cuello y acerco sus labios a los míos. El mundo exterior se desdibuja y solo queda este momento, este deseo irrefrenable.

-Bésame, María José -las palabras salen de mis labios en un susurro sobre sus labios, y en el instante en que las pronuncio, siento como si una carga enorme se hubiera liberado de mis hombros.

Ella no duda, en un movimiento suave pero firme, me toma por la cintura y sus labios encuentran los míos. El beso es intenso, lleno de pasión contenida y emociones desbordantes. Sus labios son demandantes, me besa como si quisiera fusionar sus labios con los míos en un beso voraz. Mis manos suben hasta enredarse en su cabello, atrayéndola más cerca, mientras su otra mano se posa en la curva de mi espalda, manteniéndome firmemente contra ella.

Su lengua no tarda en pedir acceso a mi boca y se lo concedo. La sensación de nuestras lenguas saboreándose causa una descarga de placer en cada célula de mi cuerpo. Ella empuja mi cuerpo con el suyo hasta que mi espalda es apoyada contra la pared. El beso toma más fuerza, su lengua hace maravillas segundo a segundo y no puedo evitar gemir en su boca. Siento que el tiempo se detiene, no hay nada más que el sabor de sus labios, la sensación de su cuerpo contra el mío y el calor de su abrazo. Cada segundo de este beso parece eterno, y no quiero que termine nunca. Cuando finalmente nos separamos, ambas estamos sin aliento, nuestras frentes apoyadas una contra la otra.

Entre El Odio Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora