Capítulo 88

39 7 0
                                    

Hola!

Ali regresa con un capítulo con hurt/confort ;u; Es un capítulo fundamental. Quizás ahora no lo vean como tal, pero, con el tiempo, sabrán a qué me refiero uwu

Sin más a leer!

~°*†*°~+~°*†*°~

Osamu,

Si estás leyendo esta carta es porque al fin descifraste la lengua divina y significa que no estoy contigo.

Lo siento mucho, amor. Espero puedas perdonarme por actuar por mi cuenta —realizando un acto que aceleraría la maldición—, pero, que sepas, lo hice por amor. Lo hice por ti, por esos amigos que aún no me conocen en este tiempo, por esta ciudad que vio nacer nuestra relación, por un futuro en el cual la felicidad podamos alcanzarla con nuestras manos...

Mi anhelo es vivir a tu lado, amarte sin temor a perderte, pronunciar tu nombre para que jamás olvides quién eres.

No obstante, el destino, la vida o una voluntad implacable, nos impide hacerlo... por ahora.

Osamu Dazai, no veas mi partida como un adiós. Si el plan funcionó, una parte de mí estará contigo un poco más y aunque parezca que te soltaré, volveré a ti un atardecer a la orilla del río Tsurumi. Por ello, te pido que no desistas, no me sueltes que yo no lo haré.

No te culpes, tampoco culpes a nadie por mis decisiones. Lo hice a consciencia.

En caso de fallar el plan, dejé un pedazo de mí en las personas que te rodean, en los recuerdos que tienes conmigo, en la libreta que narra el último día que te vi como Dazai-san hasta el día que fui tuyo, y esta carta escrita desde el corazón. Escuché, en algún lugar o de alguien, que uno no muere mientras el mundo lo recuerde y tú eres mi mundo.

Tú eres mi planeta favorito y yo tu Luna.

Eres mi dalia roja. En mi corazón y alma hay un jardín repleto de ellas y cada una canta tu nombre al son de un viento veraniego bajo un ocaso eterno. Estoy seguro que las harás florecer en cada una de mis versiones así como yo te amaré en cada una de las tuyas.

Te amaré si eres un detective.

Te amaré si eres un líder de la Port Mafia.

Te amaré si eres un actor.

Te amaré si eres un profesor.

Te amaré si eres un escritor.

Te amaré en cada vida, cariño.

Porque eres Osamu Dazai y en cada universo yo soy tuyo y tú eres mío.

Espera por mí, amor.

Espera un poco más, ¿sí?

Te amo.

Siempre tuyo,

Atsushi. Tu Luna.

Los molares le dolían, la garganta aún contenía su tristeza, mas de los los ojos brotaban perlas cristalinas que rodaban por sus mejillas una a una. Gracias a la ayuda de Atsushi logró avanzar en la traducción de los textos dejados por su Luna. Al notar su avance y leer con mayor fluidez las entradas que narraban la perspectiva de su Luna con respecto a los inicios de su relación y lo que experimentó con él, creyó buena idea abrir la carta destinada a él. Se armó de valor encerrado en su habitación en el departamento de Odasaku.

Con cada línea el dolor que sufrió la noche que conoció a madre, y supo del plan de fragmentar el alma de su amado con la incertidumbre de si funcionaría o no, sobrevino a él como la agonía de los meses que estuvo en coma su Luna. Esta carta era una caricia dolorosa, un comfort que hería.

Atsushi, Atsushi.

Atsushi sabía que detestaba el dolor y él, Osamu, abrazaba el que le daba. Todo este sufrimiento lo aceptaba sin dudarlo, pues sabía que no era intencional.

El amor era como una rosa con espinas: hermoso y peligroso a la vez. Pero era su rosa.

Con cuidado dobló la hoja, la regresó al sobre el cual besó con dulzura y los ojos cerrados. Susurró un «Te amo, mi Luna» antes de guardarla en el segundo cajón de la mesa de noche que contaba con un doble fondo. Se enjugó las lágrimas, se tragó la tristeza y procedió a abandonar el departamento para ir al lugar donde lo esperaba su chico.

En el camino reflexionó las palabras de Atsushi sobre que lo amaría en cada una de sus versiones. La primera vez que idea de ser él, Osamu, quien debía comenzar de cero con un segundo Atsushi, lo aterró y la mandó a lo más profundo de su mente, queriendo olvidarla de esta manera. No obstante, aquí estaba él, rendido a los pies de una versión de Atsushi sin habilidad, frágil, inocente y a la vez seductora. Luego de su cumpleaños diecisiete, se disparó a los cielos la frecuencia con la que terminaba entre sus piernas y enredados en las sábanas. En ocasiones la tensión entre ellos se rompía con una simple mirada de deseo o un beso fugaz. Sensei se volvió un experto en escapar y volver a la mañana siguiente asegurando que había tenido que atender «asuntos urgentes» (si estos coincidían los días de visita de Osamu era mera coincidencia).

Esta nueva tendencia de reclamar a su chico con regularidad pareció que le dio seguridad al hijo de la Luna. Ahora usaba prendas un poco más atrevidas o lo sorprendía usando bragas de encaje o seda. Despertó en él una serie de fantasías que el mismo Atsushi aceptaba e intentaba cumplirlas a su manera, lo cual llegaba a superar sus expectativas. Los juguetes se volvieron variados y las gargantillas adquirieron un significado más que un simple regalo. El color o el tipo de piedra que predominase se convirtió en un código secreto entre ellos: las de oro los adentraba a un terreno vainilla; las que tuvieran diamantes revelaba que había un juguete o lencería en la ecuación; las de plata que solo podían ser trabajos con las manos; las de zafiros un trabajo con la boca; las de esmeraldas que no había nada debajo de la falda; las de rubíes que Osamu podía dejarse llevar... la única que aún no tenía significado fue la primera que le compró para el Día Blanco. Tal vez un día Atsushi propondría un significado.

Cuando llegó al departamento y fue recibido por un sonriente chico de cabellos plateados, en el cuello descansaba una gargantilla de oro. Justo lo que necesitaba esa noche. Tal como anhelaba tomarlo. Sin Sensei a la vista y con el seguro en la puerta de entrada, Osamu rodeó la cintura delgada de su Luna, juntó las frentes de ambos y murmuró un:

—He vuelto, Atsushi.

Su Luna respondió:

—Bienvenido de vuelta, Osamu.

Sonrió con el amor desbordándose en las comisuras y besó a una de las versiones de su amado.

«Osamu, ¿podrás amar a ese otro yo de este tiempo?»

Sí, Atsushi. Amaré cada una de tus versiones.

Eres mi tulipán y, sin importar con cuál tú me encuentre, mi jardín de tulipanes jamás dejará de florecer.

~°*†*°~+~°*†*°~

¿Y bien? ¿Qué opinan?

Yo lloré con la carta mientras la escribía. Tal vez suene un poco loco, pero, para este punto, los personajes toman ciertas decisiones que me toman por sorpresa, aunque siguen la línea que he trazado para ellos TuT

Muchas gracias por leer!

Espero les haya gustado!

Nos leemos~

Cuídense~

AliPon fuera~*~*

No me sueltes - [Dazatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora