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El agua abrazó mis sentidos mientras avanzábamos hacia el reino submarino de Coral Azul. Las sombras danzaban a mi alrededor, y las burbujas de aire nos sostenían mientras las sirenas nos guiaban hacia el Palacio de las Profundidades.

—¿Dónde nos llevas exactamente? —preguntó Zelly, con una mezcla de asombro y angustia en su voz.

Las sirenas nadaban grácilmente a nuestro alrededor, y una respondió:

—Nos dirigimos al Palacio, donde reside nuestra reina.

—La reina posee un conocimiento profundo de los misterios del océano. Ella podría ayudarte a descubrir más sobre el significado detrás de tu visión —comentó Enny, la sirena de cabellos coralinos.

Asentí, sabiendo que la reina podría tener la clave para descifrar los detalles que tal vez yo no era capaz de notar.

—Allá arriba, cuando me estaba ahogando, tuve otra visión—expresé —. Espero que la reina pueda ofrecer alguna orientación sobre lo que vi. Necesito entender mejor dónde debo dirigirme para encontrar a mi hermano. Esta en problemas.

Mientras recordaba la visión que había experimentado, noté que Sofía, quien antes se encontraba inconsciente, comenzaba a recobrar la razón. Observé cómo sus ojos se abrían lentamente, reflejando confusión y sorpresa.

—¿Amber? ¿Dónde estamos ahora? —preguntó Sofía, buscando orientación en medio del entorno submarino.

Me encontré tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar lo que estábamos presenciando.

—Las sirenas nos han salvado y nos han traído a Coral Azul. Estamos en el reino oculto bajo las olas —respondí, señalando las estructuras de coral y las criaturas marinas que nos rodeaban.

Sofía parpadeó varias veces, tratando de comprender la situación mientras ponía sus manos curiosas en la burbuja que la rodeaba.

—Es increíble… y un poco confuso —murmuró, mirando a su alrededor con asombro.

En medio de nuestra conversación, la elfa intervino con una expresión de disculpa en su rostro.

—Lo siento mucho por lo que pasó, Amber. No era mi intención causar problemas —se disculpó Zelly, mirando a Sofía con un gesto de preocupación—. Y lamento mucho haber golpeado a Sofía. Fue un accidente.

Sofía sonrió con gentileza, comprendiendo la situación.

—Está bien, Zelly. Entiendo que fue un incidente. No te preocupes por eso —respondió Sofía con calma—. Estamos todos juntos en esto.

Las burbujas nos llevaron a través de un arco natural de coral, revelando un majestuoso castillo en el corazón de Coral Azul. La reina sirena nos esperaba en un trono de conchas iridiscentes, rodeada de criaturas marinas que la obedecían con reverencia.

Al acercarnos, sentí una mezcla de emoción y nerviosismo. La reina nos miró con ojos gentiles.

—Bienvenidas —dijo la reina con voz melodiosa.

—Madre, ¿puedes ayudarlas? —enuncia Eny.

—Vuestras preguntas serán respondidas, pero primero, permítanme contemplar a cada una de ustedes.

Las burbujas nos depositaron suavemente ante ella. Me sentí atareada por la presencia majestuosa de la reina y el ambiente solemne de su corte submarino. Era difícil imaginar que estábamos a punto de recibir respuestas cruciales para nuestra búsqueda.

Ella nos observó a cada una de nosotras con ojos penetrantes, como si estuviera leyendo nuestros corazones y nuestras intenciones. Zelly parecía ansiosa, jugueteando con sus manos mientras evitaba la mirada de la reina. Sofía, por otro lado, mantenía una expresión de asombro y curiosidad, sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y cautela.

En el Sótano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora