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El reino submarino de Coral Azul resonaba con el suave murmullo de las corrientes marinas mientras Sofía y yo nos encontrábamos en el borde de un arrecife, observando las profundidades del océano desde nuestras burbujas modificadas por la reina para que fueran más funcionales. Después de los eventos tumultuosos que habíamos presenciado, la tensión se podía sentir en el aire, por lo que decidimos apartarnos de todos y encontrar un lugar más tranquilo para procesar todo.

Observábamos los juegos de luz y sombra que danzaban sobre los corales. Las aguas cristalinas revelaban un sinfín de vida submarina, y el silencio interrumpido solo por el suave murmullo del mar nos ofrecía un momento de calma en medio del caos.

El momento se presentó como la ocasión ideal para entablar una conversación privada con el hada.

—Sofía —le llame, buscando sus ojos preocupados. —. ¿Recuerdas lo que pasó antes de que despertaras?

Sofía asintió, suspirando.

—Fue una experiencia extraña, Amber, no se como debería sentirme al respecto.

Afirmé, recordando la luminiscencia de las flores y el bosque encantado.

—Posees un poder increíble, capaz de alterar la realidad a tu voluntad.

—¿Crees que esos poderes puedan ser útiles para lo que está sucediendo ahora? Quiero decir, con mis propios dones recién descubiertos, tus visiones y todo esto de la magia oscura —el hada frunció el ceño, pensativa.

—Es difícil de decir —respondí, sintiendo la incertidumbre —. Pero podríamos comprobarlo, aún no lo entendemos completamente. Tal vez Olav pueda arrojar algo de luz sobre esto.

Decidimos buscar a Olav, quien se encontraba en un rincón tranquilo del reino, observando el movimiento de los habitantes marinos con una expresión serena en su rostro. Nos acercamos con cautela, conscientes de que podría estar abrumado.

—Olav —lo llamé, tratando de romper el silencio —. Necesitamos tu ayuda.
Sofía se adelantó, se veía vulnerable, pero decidida.

—Durante años, he vivido creyendo que carecía de poderes, pero ahora han surgido y están completamente fuera de mi control. Nunca antes he presenciado algo así en el Bosque Gwyndolin. Siento que necesito comprenderlos mejor para alcanzar un equilibrio y... —se detuvo, mirándome a los ojos—, para ayudar a mi amiga.

—Los poderes que posees son únicos, Sofía —la observó con atención, como si leyera en sus ojos la lucha interna que enfrentaba —. Pero como todas las bendiciones, también pueden convertirse en una carga si no se comprende adecuadamente.

—¿Puedes ayudarme a entenderlos mejor? —preguntó, con una mezcla de esperanza y temor en su voz.

El sireno sonrió con bondad.

—Por supuesto. Pero esto no será fácil. Requiere paciencia, disciplina y un vínculo profundo con tus propios dones.

—Estoy preparada para aprender, Olav. Quiero dominar mis habilidades para ser capaz de ayudar a mi amiga y a Gwyndolin.

—Entonces, hagamos un pacto —el vidente de las profundidades se puso de pie y extendió la mano —. Te guiaré en tu camino hacia el entendimiento, pero necesitarás comprometerte completamente a este proceso.

En el Sótano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora