Don't make Inspector Jeon angry (Kookmin)

LXVII

"Está bien, Kihyun", Jungkook intenta calmar a su amigo rubio, cuyo teléfono suena sin parar.

- Él está conmigo. Conducen en el mismo coche en el que una vez discutieron acaloradamente la sencilla canción de Olivia O'Brien "Te odio, te amo". Luego, Jimin reaccionó bruscamente al texto, diciendo que nunca entendería cómo se puede amar y odiar al mismo tiempo. Jungkook, citando el ejemplo de la historia de Hoseok y Yoongi, confirmó que esto sucede y que definitivamente odiaría el amor que lo privó de todo.

Ahora Park es perfectamente consciente de todo: una parte de él quiere abrazar a Jungkook y sentir cerca el calor que emana de él, y la segunda quiere agarrar ese maldito volante, girarlo hacia un lado con un movimiento brusco y poner fin a toda esta presión que atormenta el alma. Jungkook no perdió, sólo ganó. No se atrevería a llamar a su amor por Jimin una fuerza odiosa y destructiva. Ella no se convirtió en la causa de la pérdida, sino al contrario, sólo en un fuego que lo calentaba desde dentro.

Un incendio hacia el que el inspector dirigió personalmente un chorro de agua. Durante todo el camino, Jungkook sostiene la pequeña mano de Jimin en comparación con la suya. Es como si leyera los pensamientos de este último. Tiene miedo de abrir la puerta y saltar a la carretera, sólo para detener todo esto. La idea de que él mismo haya llevado parcialmente al niño a tal estado le hunde una daga en la garganta. Ahora en realidad están separados solo por centímetros, pero hay una brecha infranqueable entre ellos. Tan pronto como llegan a una mansión blanca como la nieve, Jungkook sale del auto, inmediatamente se dirige hacia la puerta del pasajero, la abre y ayuda a Jimin, quien apenas puede mantenerse en pie sobre sus débiles piernas.

- ¿Jeon? – uno de los chicos de Chanyeol se acerca a él.

— ¿Chanyeol o el Sr. Park están en casa? - pregunta Jungkook secamente.

"No, pero..."

"Entonces aléjate, no hay tiempo para tratar contigo", le dice brevemente al chico, entrando con Jimin.

Una vez más están en la habitación que se ha convertido en su refugio en los últimos días. Ahora está inmersa en la oscuridad total. Como los corazones de los dos chicos. Jimin se aleja silenciosamente del inspector y se sienta en el borde de su propia cama, como si estuviera de visita, y comienza a mirar a su alrededor, haciendo todo lo posible por no encontrarse con la mirada de Jungkook.

"No lo hagas", la mano de Jungkook se congela en el interruptor debido a una voz tranquila.

"Está bien", el hombre de cabello oscuro respira profundamente, porque sus entrañas están a punto de explotar en pequeños pedazos por una granada que plantó con sus propias manos.

"Jimin..." rompe el incómodo silencio, "tienes que dormir". "Te ayudaré", Jungkook se acerca lentamente a él, perdiendo por completo toda determinación, temeroso de asustar al chico con un solo movimiento. Jimin, con un simple gesto de su mano, como esperaba el inspector, da una señal de que se detenga.

"No..." susurra el rubio.

"Está bien", Jeon asiente comprensivamente y retrocede un par de pasos.

"Me iré, pero no te pongas nervioso, ¿de acuerdo?" Jungkook está temblando: no sabe qué hacer. Kihyun llega sólo por la mañana. El cabeza de familia vuelve a desaparecer. No hay ningún deseo de dejar a Park solo, pero su presencia claramente no le hace ningún bien. Si es necesario, guardará su tesoro en la puerta, sólo para no causar más daño.

"No quiero dormir..." La voz de Jimin hace que Jungkook, que está a punto de irse, se congele.

"Quiero borrar todo este día de mí", continúa vacilante. "Pero no sé si puedo manejarlo solo... Jungkook no necesita que se lo digan dos veces". Entiende perfectamente lo difícil que fue para Jimin decirlo.