Te ordenaron proteger mi trasero... Jimin susurra en los labios de Jungkook. - ¿Es éste de quien me tengo que encargar? Sí, el mismo, cariño, Jimin le guiña un ojo y se aleja, moviendo sus caderas demostrativamente.
La historia de un policía para q...
Debido a sus ojos hinchados y rojos por las lágrimas y la histeria, el teléfono no reconoce el rostro de Jimin. Necesita la ayuda de Kihyun, de lo contrario morirá ahora mismo y nadie tendrá tiempo de acudir al rescate. Con mano dura, habiendo tropezado varias veces con un error y una solicitud para ingresar una contraseña, arroja el dispositivo contra la pared con todas sus fuerzas. Cae al suelo con varias grietas en la pantalla. Hay muchos más en el alma de Jimin. El teléfono se puede reparar, reemplazar o comprar uno nuevo en un par de horas. ¡¿Qué hacer con el alma?! El odio hacia Jungkook supera todos los sentimientos a la vez. Un deseo: desaparecer, caer por el suelo.
- ¡Apaga estos sentimientos! — se rasga la camisa, cuyo cuello le ahoga. Al chico le parece que en tan solo un segundo su corazón se detendrá debido a un dolor intenso. Era como si me hubieran colocado un enorme bloque en el pecho. No hay suficiente aire en la habitación.
"¡Dejaré de gritar cuando finalmente empiecen a escucharme!" — con un movimiento de la mano, todos los objetos que hay sobre el tocador caen. Los frascos de vidrio de perfumes y cosméticos se rompen en varios fragmentos, las sombras se caen y tiñen la alfombra de felpa de diferentes colores. Destaca especialmente el rojo, lo que enoja aún más a Jimin. ¿Cuánto tiempo puedes gritar contra una almohada mientras la muerdes? ¿Cuánto tiempo puedes tirar y presionar contra tu pecho una manta que no te ha ayudado a calentar durante mucho tiempo? ¿Cuánto tiempo puedes arrastrar la uña por las venas de tu mano, imaginando que estás sosteniendo una espada?
- ¡Tengo que verlo! ¡Aléjate! — Jungkook ha estado gritándole a la seguridad desde hace un par de horas, a quienes Chanyeol le prohibió dejar entrar al guardaespaldas a la mansión antes de su llegada. Jimin no dijo nada, simplemente le pidió al jefe de seguridad, sin decirle nada a su padre, que suspendiera a Jungkook por un tiempo. Chanyeol habría objetado si no fuera por el tono suplicante del hijo del jefe. Nunca había escuchado ese tono. Él mandaba, preguntaba coquetamente, pero nunca de esa manera.
"Jungkook, no nos obligues a usar otras medidas", lo detienen nuevamente. Jimin escuchó y escucha todo. Es extraño, porque ni los demás ni él pueden oír nada desde su trastienda. Pero puede distinguir la voz de Jungkook, por eso tiene que taparse los oídos. Él cree que el pelinegro no mintió al decir que estaba ayudando a su padre, pues todo sucedió ante sus ojos. Incluso cree en la sinceridad de los sentimientos de este último. Pero el engaño... ¿Es posible justificar el engaño de alguna manera? Jungkook sabía lo mucho que sufría Jimin por las mentiras de su padre. Lo supo y continuó mintiendo, mirándolo a los ojos. Park se enamoró de un hombre que no conoce. ¿Quién es el verdadero Jeon Jungkook? ¿Dónde terminaron las mentiras y comenzó la verdad en sus historias?
"No le diré nada a nadie. Pero, por favor, no vuelvas a acercarte a nuestra familia", Jungkook recibe un mensaje de su novio rubio, desplomándose en la puerta como un hombre que de repente se ha quedado sin hogar. Jimin simplemente no puede calmarse, como si estuviera esperando un golpe fuerte y finalmente final de la vida para dar rienda suelta a todas sus emociones. Fue fuerte durante mucho tiempo. Un largo tiempo. Ahora no se avergüenza de sus lágrimas. Llama a todos para que sean testigos: ¡Jimin está llorando! ¡¿Por qué le enseñaste a volar, sólo para empujarlo hacia abajo más tarde?! ¡¿Por qué fue necesario dar alas y luego cortarlas tan cruelmente?! Después de todo, ¡me las arreglé sin ellos! ¡Se las arregló, dando patéticos pasos sobre sus propios pies!
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Ahora apenas puede mantenerse en pie, como un niño indefenso que recién aprende a caminar. En sus manos sostiene sedantes que una vez se recetó. Dormir siempre ayuda, y ahora parece ser una de las opciones de salvación. Las pesadillas en los sueños no son nada comparadas con las pesadillas en la realidad. En la lucha por el amor no hay ganadores ni perdedores. Para Jimin, la vida explicó en detalle las palabras que antes le resultaban incomprensibles: "Odio y amor". Resulta que estos dos sentimientos opuestos no solo pueden reemplazarse entre sí, sino que también pueden coexistir tranquilamente en un alma rota.
"¿Probablemente esté satisfecha, señora Park?" — Jimin, que se despertó, está de pie con un vaso de whisky en las manos cerca del retrato de este último.
"Te confirmé que tú", señala con el dedo índice, "tenías razón... Que no merecía que me sacaran del refugio y todo lo que hicieron por mí". Con sus propias manos dejó que el enemigo se acercara, poniendo en riesgo a toda la familia.
"No soy nada", toma un sorbo, haciendo una mueca.
- No te equivocaste. Es bueno que Chanyeol y mi padre no estén en casa. Porque no podía mirarlos a los ojos. El sentimiento de culpa frente a ellos es mayor que el odio hacia Jeon.
"Bueno, amigo mío", mira fijamente el vaso de bebida amarga. "Como siempre, somos solo tú y yo", sonriendo, tomando otro sorbo que le quema la garganta. Afuera vuelve a ser de noche. Esto significa que es hora de volver a la vida habitual: fiestas hasta la mañana, alcohol caro y relaciones sin obligaciones.
-¿Aún no se ha ido? — el rubio mira desconcertado al pelinegro en la puerta de la mansión.
"No, señor", responde uno de los guardias.
"Prohibiste el uso de la fuerza, así que no lo tocamos".
"Está bien", asiente Jimin, tratando de no mostrar su estado inestable.
- Prepara mi auto.
"Y el jefe de seguridad sabe..." el tipo no tiene tiempo de terminar.
- Él sabe. Sin el conocimiento de Chanyeol, ni siquiera un pájaro volará a través de esta mansión", Park entrecierra los ojos.
"Pero no recomiendo llamarlo y consultar con él", le hace un clic en la nariz al guardia, "No lo recomiendo, cariño".
