Te ordenaron proteger mi trasero... Jimin susurra en los labios de Jungkook. - ¿Es éste de quien me tengo que encargar? Sí, el mismo, cariño, Jimin le guiña un ojo y se aleja, moviendo sus caderas demostrativamente.
La historia de un policía para q...
"Esto es..." Jungkook crece hasta el lugar, mirando el auto deportivo azul oscuro en la entrada. — Mi bebé Quirón. Por cierto, de edición limitada. Jungkook solo hoy se dio cuenta plenamente de la ridiculez de sus intentos de ayudar financieramente al rubio y ponerlo en el camino correcto hace apenas un par de días. - ¿Cómo? — Jimin se recoge el pelo hacia atrás de forma demasiado seductora. "Hoy prefiero estar en el asiento del pasajero". "Aquí", le arroja tranquilamente la llave, decorada con piedras preciosas, a Jungkook, abriendo la puerta del auto deportivo y apoyando su barbilla en ella. — ¿Puedes soportar la velocidad? — Velocidad es mi segundo nombre. No te preocupes, cariño", le guiña un ojo a Jungkook, entrando al auto y mirando el interior perfecto. - Lo comprendo sinceramente. ¿Viste a un médico? — aterriza en la silla a su lado. - ¿Qué? — Jungkook entrecierra los ojos y arquea una ceja en confusión. — Bueno, dicen que a muchos tiradores rápidos no les gusta admitir que tienen problemas de salud. No demores esto por mucho tiempo. - También dicen que el color del cabello no afecta las capacidades mentales. "Eres la prueba de lo contrario", Jungkook arranca el auto, despegando inesperadamente, lo que hace que Jimin se incline bruscamente hacia atrás.
El rubio estudia detenidamente el perfil de su nuevo guardaespaldas: mira sus ojos concentrados y ardientes; manos fuertes sosteniendo el volante; cuello, en el que aparecieron gotas de sudor. Inmediatamente tengo pensamientos ridículos, incluso descabellados, en mi cabeza: ¿Cómo es sentir esos mismos dedos en el cuerpo sin estar bajo la influencia de drogas? ¿Qué se siente al rodear este poderoso cuello con los brazos y presionar la mejilla contra la cara? ¿Cómo es ser una persona a quien esos ojos enormes miran con ternura y amor? Jimin no es una de esas personas que se avergonzarán de sus pensamientos y acciones. Pensé: significa que estas preguntas merecían atención; lo hice, entonces era necesario. Es sencillo. Y no hace falta inventar razones estúpidas, y lo peor son las excusas. Frente a él hay un hombre bastante guapo, y sería estúpido negar este hecho. Entonces ¿por qué no puede soñar un poco?
Acercándose al edificio en la dirección indicada por Jimin, Jungkook mira el pegadizo cartel con la imagen de una pajarita: "¿Atelier Giovanni?" Qué, ya no quedan todos los días como se llame... ¿Luka? - Esto no es para mí, cariño. Es hora de cumplir el primer requisito. - ¿O tal vez no vale la pena después de todo? - Infracción - despido. ¿Te rendiste tan rápido? - Jimin entrecierra los ojos con sarcasmo. Jungkook no tiene más remedio que seguir silenciosamente al rubio. No quería fracasar en la operación desde el primer día. Tan pronto como los chicos entran a la habitación, donde el aroma amaderado del perfume está en el aire, son inmediatamente recibidos por un hombre de mediana edad. - Jungkook, el propio Giovanni tomará tus medidas. Viste a todos los miembros de nuestra familia. Me acompañarás a todas partes y no quiero representar el musical "La Bella y la Bestia" todos los días.
Giovanni lanza sólo una mirada fugaz a Jungkook: "Ya tengo el traje perfecto para ti". "Pase al probador, señor Jeon", lo llama el dueño del estudio. Mientras Jungkook se prueba un traje, Jimin lo espera hojeando las revistas que están sobre la mesa. No entiende el texto, pero no le importa mirar las imágenes. "Aishch..." el rubio escucha la voz insatisfecha de su guardaespaldas. - ¿Hay alguien ahí? - ¿Qué tienes ahí? — Jimin se acerca a la cabina. "Llama a tu Giovanni, la cremallera está atascada aquí", se queja Jungkook al otro lado de la puerta, sacándola de la cerradura. - ¿Y cuál de nosotros es mayor? Ni siquiera sabes cómo vestirte. Espera, te ayudaré", Jimin, ignorando las objeciones, empuja la puerta y entra. Frente a él se encuentra un chico en todo su esplendor: con el torso desnudo, pintado con intrincados tatuajes, que consta de varios símbolos combinados, que claramente continúan en lugares más íntimos. - ¿Cómo me vas a ayudar? — Jungkook cruza los brazos sobre el pecho, llamando aún más la atención sobre su cuerpo animado, haciendo que Jimin trague la saliva acumulada inapropiadamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El rubio apenas puede resistir el deseo de acercarse y estudiar las imágenes en el cuerpo del guardaespaldas, pasando las yemas de sus dedos por los patrones revelados. "Tienes una etiqueta pegada ahí", Jimin baja la mirada, tratando de retener los restos de su mente sin ceder al pánico. - Acércate. Aquí, por supuesto, surge la pregunta: ¿Dónde está aún más cerca si el stand ya es pequeño? Pero el rubio lo sabe mejor. Jimin, sin notar el movimiento del chico, se acerca, bajando su mano hasta el área de la ingle, tratando de alcanzar la etiqueta pegada. Esta acción hace que el cuerpo del inspector se contraiga como un resorte. - No puedes conseguirlo tan fácilmente. Ahora", Jimin, después de intentos fallidos, se agacha sin vergüenza, colocando su rostro justo al lado del órgano casi traicioneramente excitado de Jungkook. Pero Park no lo demuestra, solo sonríe en silencio, de repente agarra el borde de la etiqueta con sus dientes y comienza a tirarla hacia él, mientras sostiene las caderas del pelinegro con sus manos.
- ¡En qué estabas pensando, pervertido!
- se escucha la voz temblorosa de Jungkook, quien levantó la cabeza temeroso de mirar la vista desde abajo. Tenía las palmas sudorosas y se le puso la piel de gallina en la espalda sudorosa. La cantidad de oxígeno en la cabina parece estar disminuyendo. - ¡Cálmate! - Grita Jimin sosteniendo parte de la etiqueta entre sus dientes. - Señor Jeon, ¿Cómo está ahí? ¿Necesitas ayuda? — Giovanni se congela en su lugar, mirando al tipo semidesnudo y sudoroso y al hombre rubio agachado frente a él. - Ya no. Gracias", Jungkook se cubre la cara enrojecida con las palmas, preparándose para enterrarse en algún lugar por vergüenza tan pronto como se vayan.
