-lights, camera, bitch, smile.

4.9K 569 194
                                    

El sol del mediodía brillaba sobre el paddock de Miami cuando Mason, Stella y yo nos adentramos entre la marea de fanáticos que rodeaban el lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol del mediodía brillaba sobre el paddock de Miami cuando Mason, Stella y yo nos adentramos entre la marea de fanáticos que rodeaban el lugar. Aunque comenzaba a acostumbrarme a las multitudes, la emoción y la anticipación en el aire me hicieron sentir un cosquilleo de emoción en el estómago.

Stella, con su usual eficiencia, nos guiaba a través de la multitud con una destreza experta, abriendo paso entre los espectadores entusiasmados y llevándonos hacia las caravanas de los equipos dentro del hard rock stadium. A medida que nos acercábamos, el bullicio y la actividad del paddock se intensificaron, con mecánicos y personal de los equipos corriendo de un lado a otro en preparación para la carrera.

Pero entre la excitación y el trasiego, algo me llamó la atención: la presencia de varias mujeres que caminaban por el paddock. La mayoría de ellas estaban vestidas de manera impecable, con trajes elegantes y tacones altos, luciendo como si acabaran de salir de una pasarela de moda.

Mientras las observaba pasar, no pude evitar sentirme un poco insegura con mi atuendo más casual. Me miré la ropa, una elección que había hecho sin mucha consideración, y me pregunté si tal vez debería haberme puesto la ropa que Stella me había recomendado.

Eso me pasaba por ser una estúpida orgullosa.

Mi cerebro comenzó a jugar con mis inseguridades, como una tormenta que se desataba en mi mente.

¿Qué pasaría si Lando se sintiera más atraído por esas mujeres perfectamente arregladas? ¿Y si una de ellas lograba captar su atención y él se iba con ella? Sería algo probable, pero la idea de que él pudiera preferir a alguien más sofisticada y segura de sí misma que yo se aferró a mi mente como una sombra persistente, oscureciendo mi confianza en mí misma.

Intenté sacudir esos pensamientos de mi cabeza, recordándome que ahora teníamos una especie de acuerdo, y se había comportado de forma amable y atenta. Pero las dudas persistían, creciendo como una maleza intrincada en mi mente, alimentadas por la imagen imponente de esas mujeres que desfilaban por el paddock con una confianza que yo apenas podía imaginar.

Mientras continuamos avanzando hacia el área de McLaren, me sentí cada vez más fuera de lugar entre la multitud de personas perfectamente arregladas.

Aunque trataba de mantener una expresión serena en mi rostro, por dentro me consumía la incertidumbre y la ansiedad.

Finalmente, llegamos al área de McLaren, donde fuimos recibidos con entusiasmo por el equipo de Lando.

El movimiento de un lado a otro del garaje era agotador, los mecánicos y el personal nos saludaban con entusiasmo, mostrándonos las diversas tareas que realizaban antes de la carrera. Algunos ajustaban los alerones, otros revisaban los sistemas electrónicos, y todos parecían estar completamente inmersos en su trabajo.

En medio de la actividad frenética, una figura familiar se acercó a mí.

—Oscar. —salude, con una sonrisa cálida.

Teardrops on my guitar | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora