-confessions and connections.

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La emoción de la carrera aún zumbaba en el aire cuando con Saya nos dirigimos a la habitación de hotel de Vico para prepararnos para la fiesta de esta noche

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La emoción de la carrera aún zumbaba en el aire cuando con Saya nos dirigimos a la habitación de hotel de Vico para prepararnos para la fiesta de esta noche.

Pocos minutos después de haber llegado e instalarnos allí, la habitación ya estaba llena de risas y charla animada, con la energía vibrante de tres chicas emocionadas por la noche que se avecinaba.

Saya y Vico estaban siendo un apoyo increíble, y estábamos listas para relajarnos y disfrutar de la noche. La suite con impresionantes vistas de los alrededores de Austin, ambientada con luces cálidas y acogedoras, estaba llena de un surtido de maquillajes, perfumes y ropa esparcidos por todas partes. Era un caos organizado, el tipo de desorden que sólo surge cuando tres chicas están decididas a lucir lo mejor posible.

Vico conectó su teléfono al parlante y empezó a sonar una playlist llena de algunos clásicos del pop.

—¿Te paso el delineador? —pregunté a Saya, que estaba concentrada en su reflejo en el espejo.

—Sí, por favor. —respondió ella, sin apartar la mirada de sus ojos perfectamente delineados. Saya parecía tener una habilidad impresionante para el maquillaje.

Ella tomó el delineador y lo retoco con una precisión envidiable, sus labios rojos eran el toque final perfecto.

Vico estaba en el baño, decidiendo qué ponerse. La escuchaba murmurando para sí misma, indecisa entre un par de opciones. Me reí para mis adentros.

—¿Crees que este top es demasiado? —preguntó Vico, saliendo del baño con un top de lentejuelas doradas.

—Es perfecto, Vico. —le aseguré, terminando de aplicar mi propio rímel. —Y te queda precioso.

Saya sonrió y asintió.

—Definitivamente, es una elección ganadora.

Mientras terminábamos de prepararnos, el ambiente era ligero y lleno de risas. Nos ayudábamos mutuamente con los toques finales: Saya me pasó su brillo de labios, Vico arregló mi cabello, y yo les di mi opinión sobre su outfit.

Una verdadera colaboración de amigas.

De repente, noté que Vico se quedó callada, mirando su reflejo con una expresión pensativa.

—¿Todo bien? —le pregunté, preocupada por el cambio en su ánimo.

Ella suspiró y se encogió de hombros.

—Solo espero no cruzarme con Pierre esta noche, no estoy de humor para enfrentamientos.

Saya y yo intercambiamos una mirada. Sabíamos que Pierre se había vuelto un tema complicado para Vico. Saya, siendo la persona empática que es, tomó la iniciativa.

—¿Qué tal si hacemos una ronda de amigas? —propuso de repente, sonriendo con complicidad y con más alegría de la habitual.

—¿Una qué? —preguntó Vico, frunciendo el ceño.

Teardrops on my guitar | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora