Pov– Lando Norris.
El paddock de Singapur zumbaba con una energía febril cuando bajé del coche después de la clasificación. La sesión había sido intensa, cada piloto lucho como si le fuera la vida en ello por obtener una posición privilegiada en la parrilla de salida para la carrera nocturna.
Aunque la adrenalina seguía corriendo por mis venas, no podía evitar sentir una pizca de decepción mientras me dirigía hacia el box del equipo.
El resultado de la clasificación había sido decente, con un P6 en la parrilla, pero no era el resultado que había estado esperando. Había estado apuntando más alto, esperando luchar por una posición en la primera fila, pero las cosas simplemente no habían salido como lo había planeado. Ahora, me encontraba en una posición comprometida para la carrera, con mucho trabajo por hacer si quería alcanzar lo más alto del podio.
Stella estaba a mi lado mientras caminábamos por el paddock, y me lanzó una mirada de apoyo cuando pasamos frente a los fanáticos que se alineaban en las vallas, animándome con entusiasmo a medida que me acercaba al box del equipo.
Aunque intentaba mantener la compostura frente a los demás, por dentro estaba luchando contra una marea de emociones. Estaba orgulloso del trabajo que había estado haciendo a lo largo de la temporada, pero también me sentía frustrado por no haber alcanzado mis expectativas en esta clasificación.
Sabía que tenía muchísimo más para dar que esto.
Tenía que mantener la concentración y enfocarme en la carrera que se avecinaba, pero era difícil dejar de lado la sensación de decepción que me pesaba en el pecho.
Finalmente, llegamos a McLaren, donde fui recibido por el bullicio frenético de los mecánicos mientras trabajaban en los preparativos finales para la carrera.
Me quité el casco y los guantes, dejando que el aire fresco de la noche me envolviera mientras me preparaba mentalmente para la batalla que se avecinaba.
Como era de costumbre, luego de la clasificación venían las entrevistas.
A pesar de mis esfuerzos por mantener la calma, no pude evitar sentir una punzada de ansiedad mientras me preparaba para enfrentar a los periodistas en la rueda de prensa. Sabía que tendría que responder a preguntas difíciles sobre mi rendimiento en la clasificación, y la perspectiva no me emocionaba en lo más mínimo.
Y había otra cuestión que me había estado atormentando todo el fin de semana. Algo que pesaba sobre mí como una sombra, nublando mis pensamientos y dejándome con una sensación de inquietud de la cual no podía deshacerme.
Nirvana.
Había decidido no aparecer, sin previo aviso, cuando Stella había dejado en claro que su presencia era necesaria luego de todos los rumores de la fiesta.
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Teardrops on my guitar | Lando Norris
FanfictionEn el glamoroso escenario de la Fórmula 1, donde la velocidad es ley y los secretos se esconden detrás de las curvas, el piloto carismático Lando Norris y la prometedora cantante Nirvana Sinclair se ven envueltos en un juego de relaciones públicas q...