El suave resplandor de la lámpara de noche ilumina la habitación del hotel mientras me preparo para la fiesta a la que Oscar me invitó.
El vestido negro se desliza por mi cuerpo, ajustándose perfectamente a cada curva, y me estudio en el espejo con una sonrisa satisfecha.
Y aunque me veo bien, no puedo evitar sentir un hormigueo de nerviosismo en todo mi cuerpo.
Miro mi teléfono, inquieta, y decido enviar un mensaje rápido a Asher, invitándolo a acompañarme. Después de todo, su compañía siempre hace que las cosas sean más divertidas, y me voy a sentir menos sola junto a él.
Pero su respuesta es una gran decepción.
"Lo siento, Ivy. Realmente estoy agotado. Diviértete esta noche".
Sus palabras me dejan un sabor agridulce, no sé si estoy preparada para enfrentarme a esto sola. Pero Asher necesita descansar, y lo entiendo. Después de todo, casi que lo he obligado a viajar conmigo aquí, y merece un poco de tiempo para sí mismo.
Arreglo el labial, antes de animarme a salir al pasillo del hotel, lista para dirigirme a la fiesta por mi cuenta.
Mientras avanzó por el pasillo, dobló en una esquina y chocó abruptamente con alguien que venía en dirección contraria.
—Joder. —exclamó, levantando la vista para encontrarme con unos penetrantes ojos verdes.
Su presencia me sorprende, y por un instante, me quedo sin aliento.
—Nirvana. —dice, su voz ligeramente tensa mientras me mira con atención.
—Lando. —respondo, mi corazón latiendo un poco más rápido de lo normal.
Una oleada de calor sube por mi cuello cuando me doy cuenta de lo realmente guapo que se ve en este momento. Luce impecable, con una camisa blanca que deja entrever su piel bronceada y sus rizos castaños caen desordenadamente sobre su frente, una mezcla de elegancia y desenfado que lo hace irresistible.
—Lo siento mucho —murmuró, apartando la mirada, avergonzada por haberme quedado atónita ante su presencia.
Lando me observa con curiosidad, y una sonrisa juguetona se forma en sus labios.
La tensión entre nosotros es palpable, y por un momento, me siento completamente vulnerable ante su intensa mirada.
Antes de que pueda decir algo más, una joven morocha sale de la habitación de Lando y le guiña un ojo con complicidad.
La sensación de tontura me embarga mientras me doy cuenta de la situación.
Me siento estúpida y fuera de lugar.
—Disculpa, llego tarde. —murmuró, sintiendo el rubor subir a mis mejillas mientras me alejó apresuradamente, deseando estar en cualquier otro lugar que no sea allí.
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Teardrops on my guitar | Lando Norris
FanfictionEn el glamoroso escenario de la Fórmula 1, donde la velocidad es ley y los secretos se esconden detrás de las curvas, el piloto carismático Lando Norris y la prometedora cantante Nirvana Sinclair se ven envueltos en un juego de relaciones públicas q...