En el glamoroso escenario de la Fórmula 1, donde la velocidad es ley y los secretos se esconden detrás de las curvas, el piloto carismático Lando Norris y la prometedora cantante Nirvana Sinclair se ven envueltos en un juego de relaciones públicas q...
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Mis párpados pesaban como si estuvieran cargados de plomo, y cada latido de mi cabeza resonaba con un eco doloroso en mi cráneo.
Con un suspiro cansado, me moví ligeramente, solo para darme cuenta de que algo estaba mal. Había un peso a mi lado, un calor que emanaba de la otra mitad de la cama.
Con un esfuerzo considerable, abrí los ojos lentamente, solo para ser recibida por un destello brillante de luz que me hizo entrecerrarlos de inmediato. La luz del día inundaba la habitación, inclemente en su claridad, y me obligó a parpadear repetidamente mientras mi visión se ajustaba y mi mente empezaba a despejarse lo suficiente como para comprender la situación.
Pude distinguir los contornos de la habitación de hotel a mi alrededor. Las cortinas apenas lograban filtrar la luz del sol, y la atmósfera estaba impregnada de un olor familiar a fiesta y alcohol.
Pero no era mi habitación y no estaba sola.
Entonces, mi mirada se posó en la figura a mi lado.
Logan yacía junto a mí, profundamente dormido, su cabello revuelto y su rostro sereno en el sueño.
La memoria de la noche anterior inundó mi mente, fragmentos de risas, música estruendosa y el susurro de conversaciones llenaron mis pensamientos, aunque todo parecía distante y borroso, como si estuviera viendo las imágenes a través de un velo de niebla.
Al observar más de cerca, noté la presencia de Oscar, dormitando a nuestros pies en la cama, con una expresión de completa inconsciencia en su rostro. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, y su respiración era tranquila y regular, en marcado contraste con mi propio estado de ánimo.
La realidad de la situación se estrelló contra mí como una ola furiosa, y sentí un nudo en el estómago al darme cuenta de la magnitud de mis acciones.
La fiesta, las risas, la música embriagadora... y ahora, aquí estaba, en una habitación de hotel con Logan a mi lado y Oscar en el extremo de la cama.
Mierda.
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras luchaba por recordar los detalles de la noche anterior.
Había flashes de recuerdos, pero todos estaban empañados por la niebla del alcohol y la confusión.
Con un suspiro resignado, aparté las sábanas y me puse de pie, sintiendo el vértigo de la resaca golpearme con fuerza. Necesitaba alejarme de esta habitación, de esta situación, antes de que las cosas se complicaran aún más. Con pasos tambaleantes, me dirigí hacia el baño, con la esperanza de encontrar algo de claridad y compostura en medio del caos de la mañana después de la fiesta.
Al salir del baño, me encontré con Logan ya despierto, observándome con dulzura.
Su mirada suave y comprensiva me tomó por sorpresa, y sentí un pellizco de ansiedad en el fondo de mi estómago.
