Entre el rugir de los motores y el incesante movimiento intenso del backstage, me encontraba en un torbellino de emociones.Las luces parpadeaban como estrellas fugaces en el cielo crepuscular, y el equipo de producción trabajaba como un reloj suizo para armar el escenario que sería testigo de mi actuación.
Mi corazón latía al ritmo acelerado de los motores, y el bullicio de la preparación resonaba como un eco en mi pecho.
Alrededor, el lugar era un caos ordenado de cables y equipo técnico. Entre el ambiente ostentoso de un Gran Premio, sentí la tensión acumulándose, pero también una anticipación palpable.
Mientras caminaba de un lado al otro intentando ignorar mi creciente ansiedad, Leo, mi baterista, llego por detrás para tomarme de los hombros.
—¿Puedes dejar tu maldito culo quieto? —pregunto, siendo siempre tan educado para hablar. —Comienzas a ponerme nervioso a mí.
Levanté la mirada hacia el cielo oscurecido pero iluminado por las luces de neón, y una sonrisa tímida asomó en mi rostro.
—Estoy tan nerviosa.
Era uno de mis primeros shows tan grandes y multitudinarios, un hito en mi carrera que resonaría en mi memoria mucho después de que los acordes se desvanecieran.
—¿Puedes creerlo? —le pregunte a Leo, mientras el bullicio del backstage formaba la banda sonora de nuestras palabras. —Este es uno de esos momentos que sueñas cuando eres solo una adolescente con una guitarra desafinada en el sótano de tu casa.
Él asintió, compartiendo mi entusiasmo. Pero detrás de la alegría, había una sombra de desafío.
Incliné mi cabeza hacia él, revelando un destello de vulnerabilidad.
—Es un gran momento para ti, para todos nosotros, Ivy. —me acaricio los hombros con complicidad. —Lo harás genial.
Suspiré, sintiendo cómo se liberaba un peso al compartir como me sentía con alguien de confianza.
La realidad de los problemas con mi anterior agente se escondía entre las notas de mi guitarra, habíamos tenido fuertes discusiones y eso muchas veces repercutía en mis espectáculos.
Pero eso tenía que quedar en el pasado. Mason, mi nuevo representante, se estaba encargando de convertirse en el arquitecto de la reconstrucción, deshaciendo los estragos dejados por mi agente anterior. Cada negociación, cada llamada, era un paso hacia la restauración de mi carrera.
Y la restauración de mi confianza.
Confianza. Una palabra tan simple pero cargada de significado en mi mundo. Mason no solo era un representante, se estaba volviendo un aliado en la batalla por mi integridad artística. Con cada estrategia que delineaba y cada problema que resolvía, mi confianza en él crecía.
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Teardrops on my guitar | Lando Norris
FanfictionEn el glamoroso escenario de la Fórmula 1, donde la velocidad es ley y los secretos se esconden detrás de las curvas, el piloto carismático Lando Norris y la prometedora cantante Nirvana Sinclair se ven envueltos en un juego de relaciones públicas q...